
EL PAN ALIMENTA, LA LECTURA EDUCA.
MIS POEMAS Y SONETOS AL MI ATARDECER
PREAMBULO
Puedo deciros, sin ánimo de enaltecerme, que mi vida, aunque no fuera un recorrido cómodo, fue sin duda, un hermoso y placentero trayecto.
En mi ruta me encontré con momentos de extrema pobreza, ciclos de lástimas y de alegrías, ocasiones de plena felicidad e infortunio con situaciones de regocijo y tristeza.
Momentos dispares, que aunque te satisfagan o te disgusten, hacen parte de tu vida y enriquecen tu existencia.
Ahora, cuando soy apenas recuerdo y evocación del pasado, tomo consciencia de la debilidad humana. Es posible que lo haga por sentirme vencido por el tiempo, pero en realidad, mi estado de desánimo nasce del miedo, de la incerteza y de la soledad. Cuando naces, ignoras de dónde vienes, cuando mueres, no sabes adónde vas. Los dos misterios de la vida que jamás mente humana alguna sabrá explicar con razonamiento lógico y temporal: el nacimiento y la muerte.
“¡Yo soy yo con mis circunstancias!” Un docto pensamiento de Ortega y Gasset describiendo filosóficamente la materia humana ante su posicionamiento circunstancial dentro del tiempo y el espacio, que ocupa en su mundo natural. Es cierto que no se puede entender la vida prescindiendo de las circunstancias, como fue y está implantada. No se puede entender la vida de un ser humano prescindiendo de sus circunstancias.
Vivir es encontrarse viviendo aquí y ahora. Vivir es ser dueño de sí mismo en libertad, sometido al dictamen del tiempo y del espacio. Es enterarse, percatarse y tomar conciencia de su coexistencia con la naturaleza o su circunstancia; es decir, con el mundo a quien pertenece y con quien se fundirá mediante el enigma de la transformación. Aunque no sea un letrado en la materia, y siempre basado en el sentido común, la expresión de Ortega y Gasset “YO SOY YO Y MIS CIRCUNSTANCIAS” merece mi mayor respeto y consideración, pero dudo de su concepto, por no concordar con la realidad humana.
“¡YO SOY YO POR MIS SENTIDOS!” sería la tesis apropiada, para definir el yo como ser humano, con todas sus esencias. Sus sentidos: el oído, lo cual te permite convivir oralmente; la palabra, que nasce del pensamiento razonada por su conciencia, que te permite comunicar con los demás; el sentimiento, que es fruto de un áspero o dócil corazón; la vista, que te aporta la realidad del medio en que te desarrollas; el pensamiento, que te distingue de los demás animales y la conciencia, la cual te autentifica como un ser distinto entre todos los seres del universo. Son estos sentidos en realidad, el fundamento y realidad de mi ego. Son ellos, el principio de mi razón dentro del misterio de la existencia humana.
Vivir, es encontrarse viviendo aquí y ahora. Vivir es ser dueño de sí mismo en libertad, sometido al dictamen del tiempo y del espacio. Es enterarse, percatarse y tomar conciencia de su coexistencia con la naturaleza o su circunstancia, es decir, con el mundo a quien pertenece y con quien se fundirá mediante el enigma de la transformación. Aunque no sea un letrado en esta materia, y siempre basado en el sentido común, la expresión de Ortega y Gasset “YO SOY YO CON MIS CIRCUNSTANCIAS” merece mi mayor respeto y consideración, pero dudo de su concepto, por no concordar con la realidad humana.
“¡YO SOY YO CON MIS SENTIDOS!” sería la tesis apropiada para definir el YO como ser humano, con todas sus esencias que conforman sus sentidos: el oído, lo cual enriquece la existencia humana, recibiendo e interpretando los sonidos; el sentimiento que es fruto de un áspero o dócil corazón, la vista, que le aporta la realidad del medio en que se desarrolla, el pensamiento, que lo distingue de los demás animales, y la conciencia, que lo autentifica como un ser distinto entre todos los seres del Universo, son en realidad el conjunto celular, que dan vida a las circunstancias en el ser humano.
Yo soy porque he sido, en caso contrario no sería yo; luego por deducción, ya en el vientre de mi procreadora, yo era yo y mis circunstancias, pero sufragáneo de mí ascendencia. Cuando nazco, luego, cuando mis sentidos se desarrollan, voy tomando autonomía propia y es posible que entonces, siempre subordinado a mis sentidos, dependa de mis circunstancias.
Convencido que soy materia y espíritu, unidos por una causa común, me atrevo reflexionar sobre mí existencia como materia vinculada al sublime, a la inmortalidad, al infinito de la vida de cada ser humano.
Como ser viviente, yo mismo doy vida a mí existencia y es mediante este proceso natural, que doy vida al tiempo y con el tiempo desarrollo mis sentidos, afloran durante mi existencia las circunstancias. Luego cabe pensar, que yo dependo del desarrollo de mis sentidos, que en realidad son los promotores de mis circunstancias en el transcurso de mi vida.
El tiempo existe porque yo existo, luego yo soy yo en el tiempo en el espacio predeterminado por la naturaleza. Siendo yo materia sometida al tiempo y a la configuración natural de la sustancia, deduzco que nazco para crear, reproducir y morir.
Es inconcebible, que un universo creado con una perfección ilimitada, no fuera obra de alguien tan inmenso, poderoso y omnipotente como un Dios único y verdadero. Si ésta mi tesis está correctamente concebida, yo no dejo de ser un instrumento creado por Dios, para la consecución de sus fines.
¿Y cuáles son o fueron, los objetivos del Creador? La respuesta es delicada, porque siendo el Creador un misterio para el ser humano, sus fines son misteriosamente irrefutables. Una cosa es cierta: todo fue creado con tal perfección y afinidad, qua nada ni nadie pudiera hacerlo si no descendiera del infinito, y el infinito es el misterio y en el misterio reside Dios.
Ante ésta atrevida tesis, enriquezco mi vida actual, pues mi Fe, enriquecida por mi forma de ser, me da fuerza y valor para enfrentarme al fin de mi existencia como materia mortal, pero convencido de la inmortalidad espiritual, que fue, es y será eternamente el vínculo existencial en cada ser humano con Dios su Creador.
“Nazco, luego muero”, ésta sería la frase del ser humano consciente de su realidad ante el tiempo y el imperativo de la naturaleza. Es con y dentro del tiempo, que la vida humana toma la razón de su existencia, y con ello, se apoya en su espíritu concibiendo, por miedo, su auténtica existencia eterna.
¿Qué sería del ser humano si no existiera la Fe, la Esperanza y el sentimiento? Un ser terrible, un destructor sin justicia ni razón; sería un animal salvaje sin escrúpulos, sin honor ni razón. Nosotros los seres humanos, no somos solamente materia, somos algo mucho más que eso. Somos la inmortalidad incorporada en nosotros mismos, que nos enriquece o nos debilita, con sus actitudes, sus virtudes y su Fe dentro del tiempo. El ser humano no muere, se transforma en el tiempo, ya que su materia pertenece al núcleo de la transformación, reglamentada por la madre naturaleza, pero el espíritu, no está vinculado a la materia. El espíritu, es la infinita partícula inmortal qué volverá al misterioso seno del infinito en la eternidad.
Ante ésta creencia lógica y sobrenatural, basé y baso mi existencia. Sometido a ésta lógica espiritual, no soy egoísta, no aspiro riquezas ni bienes terrenales; me bastan mis sentidos, mi altruismo humano, mi lógica sensación de felicidad al sentirme realizado. En suma, me siento feliz creyendo en lo que soy: materia mortal, que da vida al tiempo dentro de un espacio reducido del Universo.
Con este pensamiento, quiero dejaros mí poesía, para qué conozcáis mi realidad humana en un mundo egoísta, insensato y rebelde en varias épocas de mi vida. Cuidad con celo vuestro tiempo, procurad ocuparlo con placer, amor y felicidad, pero jamás olvidéis, de cuidar vuestro espíritu, pues sólo con él y en él, encontraréis la auténtica inmortalidad.
Quiero terminar este preámbulo, con una dedicatoria muy especial, a quienes fueron, son y serán parte de mi recuerdo: A mis queridas hijas, nietos y nietas y a su descendencia; a los escasos amigos que me ayudaron a entender la amistad, e a mis hermanos del alma, que me enseñaron a ser humilde, sensato y buen cristiano.
El autor
VERSOS AL MI ATARDECER
ARREPENTIMIENTO TARDÍO
Escondo mi dolor cobardemente,
frente a mí condición y mi desgracia.
Me avergüenzo, de esgrimir la falacia
y embrutecer mi delicada mente.
Vagueando sin rumbo, soy un fallido
huyendo de mí por remordimiento.
Soy hoja que arrastrada por el viento
vuela confundido al desconocido.
Se muere poco a poco mi ilusión,
débilmente late mi corazón,
y mi mente, es ya víscera enfermiza.
Asqueado de mí mismo y arrepentido,
Me dejo arrastrar al indefinido,
Con la esperanza de una nueva vida.
AMARGO SUEÑO
Ésta noche tuve un sueño contigo.
Sueño efímero, falto de una razón.
Me ofrecías tu dulce corazón,
A cambio de dejar mi buen amigo.
Te reproché la oferta con dolor
y busqué otra amarga alternativa,
ofreciéndote sin peros mi vida,
sólo a cambio de tu sincero amor.
No has querido aceptar mi pedido,
porque pretendías mi buen amigo
a cambio de tu falso corazón.
¡Cuán amargo amor tuve en mi destino!...
Si por cambio de amor pierdo mi amigo,
prefiero el buen amigo a tu traición.
EL GRITO ALISTANO
En mi silencio hay una voz desolada.
Por las calles desiertas hay sólo muerte.
La noche marcha allá de la madrugada
y cae por tierra el ánimo del más fuerte.
Mi pueblo se tornó un frío cementerio,
dónde la fobia es macabro enterrador.
Es tierra esclava, dentro de un gran imperio,
que tan sólo produce, pena y dolor.
Mi pueblo derramó sangre por fronteras
que quedaban entre la vida y la muerte.
Esclavizado sirvió en las galeras,
bajo el mando del látigo, del más fuerte.
Mi pueblo no tiene viviendas ni lechos;
se viste de negro y vive con la ausencia.
Camina triste por senderos estrechos,
y le sangran los labios por su impotencia.
En mi humilde pueblo mora la pobreza
en cuyos hogares hay frío en agosto,
y sólo beben lágrimas en la mesa
sonriendo con su llanto por el disgusto
.
Su destino es sufrir el duro abandono
que la mala suerte hace tiempos le echó.
Es un jardín abierto en ventoso otoño,
cuyo aroma la guerra lo aniquiló.
Mi pueblo es el molino que muele el trigo
para la mesa del potente señor.
Mi pueblo no tiene fuego ni abrigo,
tan sólo esclavitud, angustia y dolor.
En mi pueblo vive el sueño embaucador,
Las cadenas y el látigo del más fuerte.
Mi pueblo sólo usa el arma del amor
A la hora de su abrazo con la muerte.
EL CIEGO
Tu vida es un mundo en la oscuridad.
Un trueno sin rayo, un rayo sin luz;
un elipse intenso, una larga cruz
nutrida por el dolor y ansiedad.
Con borrones negros, imaginando,
das color y vida a todos y todo;
en la oscuridad, das vida a tu modo,
a todo aquello que vayas palpando.
Tus ojos son dos faros apagados.
Un túnel negro sin luz ni poesía;
una noche sin color ni magia.
Son tus recuerdos nunca disfrutados,
negras sombras sin vida ni color,
con quien vives con humildad y amor.
¡MI CISNE AMADO!...
¡Oh cisne blanco, que sobre mi lago
Navegas tenuemente!... No te vayas
a otros lagos de magníficas playas.
¡No te vayas mi cisne bien amado!
Deja qué te vea todos los días
paseando bajo la luz de la luna,
con tu opulento esplendor que me abruma,
y tus brazadas, tiernas melodías.
Te miro lago adentro, navegando
dócilmente sobre sus aguas claras
mientras mi corazón a quién maltratas
de rodillas pido, que oigas mi llanto,
y no te vayas buscando otro amor.
¡Sigue en mi manso lago, por favor!
UN CANTO A MI AMADA MADRE
Recuerdo aquellos años de mi infancia,
cuando todo era bello, disfrutando
de la inocente y feliz ignorancia
con qué vivía, soñando y jugando.
Recuerdo tus palabras madre mía,
al calor de una lata de aserrín:
“Hijo mío, no hay mayor alegría
para la inocencia de un benjamín
que encontrar en el juego su consuelo
y en su madre su eterna protección,
pero no dejes de mirar al cielo
buscando el origen de tu creación.
Si vida tienes por yo darte vida,
a Dios debo tan magnífico honor,
y si eres, por su Divina premisa
A Él debes, respecto, fe y amor.
Recuerdo madre mía con dolor
el día que te fuiste para siempre.
Llorando de pena pedí al Señor
qué volviera a tu cariñoso vientre.
Como parte de tu vientre que fuera,
me juzgaba con derecho a él volver.
Inocente deseo, que emergiera
de un niño condenado a padecer.
Ahora, cuando los años ya pasaron
te recuerdo evocando aquellos tiempos.
Penosos tiempos, que te castigaron
con la enfermedad y los sufrimientos.
En el allá deposito este poema
inspirado en mi dolor y emoción.
Recógelo mamá, es mi tristeza
en verso, poema de amor e ilusión.
Allá donde estés, de estrella en estrella,
tendrás querida madre la ocasión
para indicarme como llegar a ella,
cuando expire mi enfermo corazón.
Y juntos, como cuando yo era niño
me cogerás nuevamente en tu seno
para acunarme con aquél cariño
como lo hiciste cuando era pequeño.
EL POETA
El poeta es fuente de la vida
en el mundo de la belleza.
Es armonía y sutileza,
dulzura y pasión contenida.
El poeta cuando escribe canta
y su canto suele ser triste.
Sólo en su corazón existe
el gemido de su garganta.
Sus inquietudes son sus temas
qué versifica con pasión
con versos, que su corazón
Crea, en sonetos y poemas.
El poeta escribe lo que siente,
con lindos colores variados
que expone en inmortales cuadros
para el disfrute de la gente.
Es el compinche de la luna
peregrinando mundo fuera,
en busca de la primavera
para dar vida a su locura
MI DESESPERO
Escondo mis penas cobardemente,
sometido al poder de la desgracia;
Vivo en un mundo donde la falacia
hostiga mi espíritu e hiere mi mente.
Vagueo por escabrosos senderos
en busca del fundamento del tiempo;
descubro que su iluso fundamento
son, fugaces momentos pasajeros.
Porque pertenezco al espacio y al tiempo,
tengo la muerte como fundamento
y el espíritu como razón eterna.
En mi lecho o en la fría caverna
se detendrá mi estoico corazón,
porque soy materia en transformación.
ETERNO AMOR PATERNAL
Me duele en el alma, que tu rencor
determine nuestra separación.
Aunque herido tengas tu corazón,
no debieras traicionar nuestro amor.
Porque te amé con el arte de amar,
te di todo cuanto has ambicionado:
te di sensatez y mi amor sagrado
llevándote apasionado al altar.
Y ahora, cuando mi vida se acaba,
te vales de una patraña macabra
para destrozar nuestro amado hogar.
Si amor voy a perder porque tú ganas,
amor mantendré, por mis hijas sanas,
que un día nuestro amor nos quiso dar.
AL FINAL, ¿QÉ ES EL AMOR?
Al final, ¿Qué es el amor?
¿Fuego ardiente que no quema?
¿Abundancia qué no llena?
¿pasión, placer o dolor?
Amor es fuerza y poder
fabricado con pasión,
por un sobrio corazón
predestinado a querer.
Es la sensata locura
entre dos seres mortales,
qué enriquece sus ideales
y valora su hermosura.
Amor, es en el desierto,
el oasis de la ternura;
el fulgor de la locura
entre lo falso y lo cierto.
Porque es sensato y querido,
alberga amor y bonanza,
manantial de la esperanza,
consuelo para el sufrido.
De qué voy a temer, si estoy arruinado?
La miseria fue por mí bien conocida,
el hambre fue mi riqueza en mi pasado
y la desgracia mi fortuna podrida.
¡Tengo miedo sí!, Y no es miedo por terror;
miedo a perder la esperanza, que es morir,
o de alcanzar la muerte, sin señor
de vuestro perdón… de dejar de vivir.
Fui poderoso como la alta montaña,
robusto como la roca ante la mar,
sensato con la hospitalidad de España,
responsable y procreador de mi hogar.
Frágil fui, como el transparente cristal,
y débil como la vida ante la muerte,
tentando vencer el pecado local
ante la fobia y abuso del más fuerte.
Olvidé el apostolado natural
que aprendí en mi lejana mocedad,
que el arma mejor, para vencer el mal,
es el perdón, el amor y la humildad.
EL DESARROLLO
Ya no hay en el mundo espacio
para tanta pantomima.
Se tornó el mundo grisáceo,
y huele a azufre y gasolina.
Los peces mueren ahogados,
por el hedor de los ríos;
los pájaros asfixiados,
por los ambientes baldíos.
Llora la luna de pena,
se esconde el sol, por pudor,
y el poeta ya no tiene vena
para hacer versos de amor.
Vocifera con violencia
el inhumano cañón,
se destruye la convivencia
con el odio y la ambición.
De rodillas en el suelo
sobre el polvo inanimado,
clama el hombre con desvelo,
pero no es escuchado.
No se encuentra explicación
para tanta adversidad,
producto de la ambición
de una loca sociedad.
Maldigo al hombre alocado
que el monte por placer quema;
maldito el hombre que es dado
a golpear nuestro sistema.
El invierno es hoy verano,
y el verano frío invierno;
el sol se tornó villano
y la mar, terrible infierno.
Sin darnos cuenta, el camino
que en el tiempo caminamos
se va haciendo más mezquino
con el aire que respiramos.
Si no tomamos un nuevo rumbo,
La tierra, dejará de ser mundo.
MI DESDICHA
Tuve la dicha de nacer difunto,
y entre los vivos vivir sin aliento,
Sufriendo las traiciones de este mundo,
arrastrado por el tirano tiempo
Caminando arrastré muchas desdichas.
Perdí una madre al poco de nacer,
un amor por la crueldad de mis lizas
y la fe en mí mismo, al vivir sin ser.
Con el paso del tiempo, fui perdiendo
la confianza, voluntad y el aliento,
para seguir viviendo moribundo.
Cerré los ojos para huir de este infierno,
y volando, alcancé el vergel eterno,
para nascer en aquél otro mundo.
ORACIÓN DE UN CRISTIANO
Ante Vos, con todo respeto
arranco de mi humilde pecho
mi sentimiento de lealtad.
Te brindo lo humano de mí,
mi amor lleno de frenesí,
mi poema lleno de humildad.
No quiero vanaglorias, dadas
a sucias y laicas palabras
que manchen Tu nombre Divino;
solamente quiero alcanzar
la fama eterna, que es ganar
la gloria Tuya en mi destino.
Ahora que la cultura humana
se aleja de la fe cristiana
cautivada por la fiereza,
quisiera, para compensarte,
mi vida, sin reparo darte
como cambio, por tu tristeza.
UN MÍTICO SUEÑO
En una playa hipotética,
soñando,
extendido sobre la arena,
alcanzó la magia eterna
llenando
de deleite, su alma poética..
Soñaba que entrada la noche,
sin rumbo,
vagueaba por calles desiertas,
dejando en su camino, estelas
de un mundo
de mentira, egoísmo y derroche.
Mientras caminaba, una luz
fulgurante
plasmaba su imagen en el suelo,
con su felicidad en duelo
con su amante,
mientras transportaba su cruz.
El fatigado caminante,
asustado
por la dureza del camino
y las causas de su destino,
Excitado,
despertó besando su amante.
Y sus ojos desconsolados
despertaron
contemplando su realidad.
Sus penas y la soledad
le engañaron,
con sus sueños apasionados.
Dicen: “Los sueños, sueños son”
y es verdad.
Aquél sueño por él vivido,
Entre desamores perdido,
Levedad
fuera, para su corazón.
SENTIDO DE LA VIDA
Así como el Sol da luz a la vida,
la alegría robustece nuestra alma;
solamente se consigue la calma
con sensatez a su justa medida.
Viviendo nuestra vida con egoísmo,
estamos moldeando la imperfección.
El amor, medra en nuestro corazón,
la nobleza, la humildad y el altruismo.
El hombre es materia y parte del tiempo,
que el tiempo modela a su conveniencia;
materia habitada por una esencia,
que no la veo, pero qué la siento.
Caminamos por rutas demarcadas,
bajo el sino que impuso la deidad,
sometidos por la necesidad
y las reflexiones sacralizadas.
CHISMORREOS ZAMORANOS
Busco una sombra en ésta llanura
dónde abrigar mis penas mortales.
¡Cuánta desgracia!, ¡Cuánta perjura,
Afectando mis nobles ideales!.
Dicen que soy un estafador.
Que engaño a todos sin miramiento,
que vendo rebajado el amor
y con él, soy fugaz como el viento.
Ingrato sentido de maldad
de gente indolente y desjuiciada,
murmurando mi moralidad
sin causa alguna justificada.
Me duelen estos juicios taimados,
porque fui y soy persona honrada.
Cuánta injusticia en vida pagamos,
por la perversa y falsa palabra.
QUERIENDO VIVIR
Una sola vez te vi
y mis ojos hechizados quedaron.
Pena que te conocí
cuando mis facultades ya expiraron.
Pregunto: ¿Tiene fronteras el querer?
¿Tiene fronteras el amor?
Aunque el tiempo me hiciera envejecer
¿Por qué no ser yo, su señor?
Aún en mi pecho abrigo la ansiedad
Por tu sugestivo cuerpo,
Porque pienso que en mi avanzada edad
La vida, no es tiempo muerto.
Morir es ser vencido por el tiempo,
es quedar en el camino;
es volar arrastrado por el viento
sin saber de su destino.
Porque muriendo todo se me acaba,
no quiero matar mi sueño,
evocando un amor, que menoscaba
mi alma, en mí exigente otoño.
Reconozco y acepto mi situación,
pero no este provenir.
Porque así pienso, cuido mi corazón,
queriendo amar y vivir.
DIFAMACIONES POPULARES
Con este poema apenado
levanto mi voz llorosa,
ante un pueblo noble y honrado,
que la historia ha destacado
por su ascendencia gloriosa.
Levanto mi voz doliente
con llanto conmovedor,
para os pedir tiernamente,
que valore vuestra mente
a los demás, con amor.
Llegué a ésta amada tierra
de manos del tierno amor,
con mi juventud despierta,
buscando la feliz meta
del trabajo y del amor.
Años pasaron de luchas,
por alcanzar mi derecho.
Mis torturas fueron muchas,
provocadas por injustas
ignominias, en mi trecho.
Los años fueron pasando,
y con ellos fui curtiendo
mi pecho. Fui fecundando
este hogar que quiero tanto
y a quién debo este momento.
Di lo más grande que tengo
a ésta tierra tan querida.
Le di todo sin lamento,
con amor y sentimiento,
juntamente con mi vida.
En mis versos puse ardor,
predicando tu hermosura,
exaltando tu valor
y entrega plena de amor,
a los demás, con ternura
Y es que amarte mi Zamora,
no es muy difícil de hacerlo;
en tu magno pueblo aflora
virtud que cualquiera adora
y que estimula a quererlo.
Muchos años anidado
en tu regazo afectuoso,
aprendí de tu pasado,
preceptiva que me ha dado
ventura en este momento.
Amigos no pude hacer,
aunque para ello luchara.
Aun hoy, es molesto ver
un extranjero cualquier,
que a ésta tierra emigrara.
El hombre no nace, se hace.
Nací lejos de esta tierra,
más deciros me complace,
Que mi espíritu allá yace,
y aquí, tengo mi vida yerta.
Que el hombre llega al destino
satisfecho y complacido,
si en su vida hizo camino,
caminando con el tino
que honra el hombre comedido.
Por gracia de Dios, he dado
honor y gloria evidente,
a mi Portugal amado
en este país castigado
por la envidia de la gente.
Que si pecado es juzgar,
sin ton ni son los humanos,
mayor pecado es matar
la armonía de un hogar,
con la boca y no las manos.
Luché por la subsistencia
trabajando honradamente.
En mi vida, la conciencia
fue siempre la prominencia
de mí espíritu y mi mente
Decidme, pueblo qué extirpas
las ansias de mi existencia:
¿Qué te he hecho que me humillas
con cuentos?, ¿Por qué amancillas
mi nobleza y mi conciencia?.
Si es porque soy extranjero,
os diré que sois tiranos.
Meditad, que es majadero
vuestro juicio tan grosero,
de quien son vuestros Hermanos.
Si es porque soy indeseable,
tendré que daros razones
que muestren al respetable
una vida detestable
de malévolas acciones.
Consciente soy desde cuna
mi honra muy bien demostrada,
que voceo con franqueza,
que si poseo riqueza,
la honradez es mi fortuna.
Siempre fue mi pensamiento
ser honrado y caballero,
y aunque herido por el tiempo,
mantengo ese sentimiento
como mi guía y lucero.
Dolor tengo por castigos
infligidos con maldad:
la ausencia de los amigos
que pudieron ser testigos
de mi honorabilidad.
No vos pido compasión,
tampoco vos pido amor;
solamente la razón
que di a mi corazón
paz y su vejado honor.
Si no merezco tal gloria,
porque soy hombre de mal,
que aquí, mi estancia irrisoria,
muera ésta mi amarga historia,
pensando en mi Portugal.
Cuán triste es, de noble pueblo
haber nacido tal gente,
que da odio por consuelo
persiguiendo sin desvelo,
al inmigrante inocente.
SOÑANDO CON UNA EUROPA UNIDA
Cómo pájaros libres, volaremos
recorriendo ésta Europa veterana;
suprimiendo fronteras y destierros,
viviendo más libres cada mañana.
Juntos, en una Europa novedad,
lucharemos por una relación
democrática, noble y en libertad,
hermanada con un solo corazón.
Fraternizando nuestro continente,
dónde pueda vivir en paz la gente
unida por fascinantes ideales,
tendremos un continente mejor,
tomando por su bandera el amor,
Y por ambición, ser todos iguales.
LLANTO POR UN AMOR
Ahora, cuando el tiempo me hizo hombre arruinado,
busco en la soledad el dulce consuelo,
viviendo llorando, amargo desespero
por algo mío, que se fue de mi lado.
Como llama que quema sin compasión,
la nostalgia abrasa mí apenada vida.
Soy hoja de otoño que cae desprendida
de mi flácido y decaído corazón.
Fui manantial limpio y genuino, en mi infancia.
Riacho fui, cuando alcancé mi juventud,
arrastrando en mi caudal, esa virtud
que llena una vida, de gozo y fragancia.
Sobre las tenues aguas de mi riachuelo,
han navegado mis sueños e ilusiones;
maté la sed a abundantes corazones
y a muchas almas, les di paz y consuelo.
En sus orillas, crecieron lindas flores
que dieron belleza y aroma a mi caudal.
Tanto gozo, me hizo olvidar Portugal
con toda su amarga historia y sus horrores.
Un amor quedó en mi limpio riachuelo,
qué hizo feliz y abundante mi caudal.
Aquél amor puro tan sublime y leal,
que solamente yo, he podido tenerlo.
Y entre espesos bosques y abruptas montañas,
mi riachuelo peregrinó diestramente,
salvando múltiples males de la gente,
que ensuciaba el riachuelo con sus patrañas.
Cuando mi riachuelo se hizo esplendoroso,
empezó a soñar ser un día la mar.
Fue así, soñando, que pudo consumar
el idilio más sublime y majestuoso.
MI SEPARACIÓN
Me muero de pena por dejarte
Cuando más necesito de ti.
Veinticuatro años para encontrarte
Y en el mismo tiempo te perdí.
Ahora, que quedas volando libre,
puedes tomar el rumbo que quieras,
que yo, bajando y subiendo laderas,
procuraré vivir aunque triste.
Navegaré con mi pensamiento
por nuestro romántico pasado,
viviendo aquél amor a tu lado,
muy lejos del espacio y del tiempo.
Con mis recuerdos, me quedaré.
Con mi dolor tomaré camino.
Con mi desespero alcanzaré
locura de amor en mi destino.
Me quedará el dichoso recuerdo
De un tiempo de gran felicidad;
Tú te quedarás con tu secreto
Yo iré sin saber la verdad.
Me queda el sueño de fantasía,
que haré alarde en mis tristes poemas.
Llenaré mil lagos con mis penas
Y te evocaré con mi poesía.
Si algún día lamentas tu acción,
baja de tu monte del rencor,
que yo, necesitado de tu amor,
te daré mi alma y mi corazón.
¿POR QUÉ SOY MALO?
Movido por deseos e ilusiones,
voy haciendo camino sin distancia.
Fabrico situaciones amorosas,
hago medrar en el desierto rosas
y creo trincheras con mi arrogancia,
sembrando sueños en los corazones,
que sólo dañan y son frustraciones.
Soy charlatán sin medios ni pudor.
Corto de inteligencia y voluntad.
Pinto glorias en mi imaginación,
Y escribo sin mente ni corazón.
Traiciono sin vergüenza la verdad,
me divierto con el hambre y el dolor,
sin apreciar el auténtico amor.
Soy astro perdido en el universo,
sin luz, sin materia, sin firmamento.
Soy viejo tronco de árbol desechado,
río sin cauce, perro abandonado,
alma maligna sin vida en el tiempo.
Sin duda que soy, espíritu perverso,
que holgazanea por el universo.
¡Sí!... Sólo soy humano cuando sueño.
Soñando, doy fe de vida en mi vida;
luzco mi existencia en mi subconsciente,
y aprecio las caricias de la gente.
Todo es calma por amor concebida,
que da vida a mi deseo halagüeño,
cuando por la noche, contigo sueño.
MI NOSTALGICA INFANCIA
Nací allá, dónde los campos son verdor,
que refrescan y embellecen el paisaje.
Dónde el pino y el eucalipto, con su olor,
purifican el ambiente del paraje.
Allá, dónde el oro es la negra pizarra
arrancada del corazón de la tierra,
por mineros, que al ritmo de su balada,
arrancan con su pico la negra piedra.
Allá, dónde en verano el maíz es dorado
aportando a aquellos campos litorales
la sublimidad de un paisaje abnegado,
entre pinos y eucaliptos ancestrales.
Mi pueblo es un largo valle de esplendor,
protegido por dos montes legendarios,
donde hay armonía entre el hombre y el amor,
donde no medran los pérfidos sicarios.
Recordar lugares de mi pueblo amado,
me provoca nostalgia y gran desconsuelo,
porque vivo en soledad, muy alejado
de mi patria, de mi gente… de mi pueblo.
MIS VERSOS
En busca de la inspiración,
elevo mi mente al Divino;
esfuerzo fuerte el corazón
y entrego a Apolo mi destino.
Mis versos de gran sencillez,
rocían mis poemas de amor
con tanto encanto y brillantez,
qué llenan de gozo el lector.
Mis versos, mis hijos queridos,
formados para subsistir,
son pétalos desfallecidos
de un árbol ya presto a morir.
Mis versos son sueños vividos;
son lágrimas desvanecidas,
son pájaros volando, heridos,
son mis penas, son mis heridas.
MI ÚNICO AMOR
Perdí la mayor riqueza,
cuando en mí lozana infancia.
fui feliz con la tristeza,
lánguido con la abundancia.
Evoco con gran dolor
esos años de pobreza,
cuando sólo había amor
para comer, en la mesa.
Un día el sol se enfuscó
y el día se hizo funesto;
mi alma afligida lloró
aquél amor a mí presto.
Recuerdo aquél día triste
con tanta desilusión,
que desde entonces, no existe
dentro de mí, la ambición.
Decías mamá, sonriente,
que no llorara por ti,
sabiendo tu casta mente
que te alejabas de mí.
Entre clamores partiste
aquél fatídico día,
para qué mi vida triste
se hiciera melancolía.
Ahora cuando soy mayor,
te recuerdo aún con pasión,
evocando aquél tu amor
qué guiaba mi corazón.
Por las noches miro al cielo,
en tu busca, madre amada.
Considero que el lucero
que más brilla, es tu morada.
Inquieto por lo que creo,
busco en el cielo esa estrella
con acérrimo deseo
de descubrir la más bella.
Porque sé, madre querida,
que en esa estrella brillante
vigilas mi frágil vida
en cada mi acción e instante.
Mi ilusión, madre querida,
es tenerte junto a mí.
Si no puedo ver tu vida,
deja que te evoque así.
Aquél día que haga mella
la muerte, en mi débil vida,
te pido que en esa estrella
me aguardes, madre querida.
Entonces, como en mi infancia,
ajeno al hambre y al dolor,
alcanzaré la abundancia
con tu afecto, en paz y amor.
Espérame pues, allá
dónde hay gozo interminable.
Desde esa estrella, mamá,
no dejes de vigilarme.
Para que el día que muera,
llegue a tu estrella dichosa
de la mano de quién fuera,
la madre más terna y hermosa.
CONFORMISMO
La niebla oscurecía el día,
el día convidaba al fuego.
Mi alma en silencio, padecía
el frío que tu alma expandía,
llenándome de desconsuelo.
Cobijo busqué en mis penas,
mis penas no me abandonaron.
Helada la sangre en mis venas
por la fría noche y mis penas,
mis ojos por penas, lloraron.
En busca del desconocido,
sin rumbo, buscando camino,
hallé dolores, y vencido,
tan sólo solté un gemido:
“dichoso soy con mi destino”.
LAMENTACIONES
Dejé el nido más hermoso, buscando
la efímera libertad, que no existe.
Huyendo de mí mismo, fui encontrando
la razón de una vida amarga y triste.
Los días desde entonces, son derroches
de vagas esperanzas e ilusiones,
qué alargan al infinito mis noches
llenando mi corazón de aflicciones.
Ahora, cuando soy tronco envejecido
por la efímera vida que he vivido,
mato mis pasiones con el pasado,
evocando aquél nido de mi infancia,
aquél hogar de amor y de abundancia
que mi excentricidad ha traicionado.
¿QUIÉN ME LLAMA?
Baten a mi puerta. ¿Quién será?
¿La muerte?... ¿La desgracia quizá?
La muerte no es posible que sea.
Aún tengo que hacer mucha tarea,
y la desgracia es mi compañera,
desde mi angustiosa mocedad.
¿Será la fastidiosa tristeza,
que siempre llega con sutileza,
para disgustar mi corazón?
¿O quizá el crudo remordimiento,
que siempre aparece, cuando el tiempo
me castiga con la compunción?
Baten a mi puerta, ¿Quién será?
Seguro que no es felicidad.
Quizá la quimera de la vida
pretendiendo encontrar su guarida
en una existencia ya vencida
por el odio y la fatalidad.
Quién sea, que sea bienvenido,
que está mi corazón bien fornido
para tomarlo con ilusión.
¿Qué puede temer un corazón
enfermo, por engaño y traición
del amigo desagradecido?
Entrad y tomad mi existencia
como os plazca, pero mi consciencia,
que será al final mi redentora,
respetadla; que ella es valedora
de una alma sencilla y acogedora,
predestinada a la Omnipotencia.
SOMBRAS DE UN AMOR
Hay una sombra qué me persigue.
Es una sombra desmesurada,
que donde vivo, ella también vive
martirizando mi alma apenada.
Es una sombra de adulación
para mi castigo y desespero,
que aun qué castigue mi corazón,
cercana a mí, esa sombra quiero.
Es una sombra que en tiempos fuera
felicidad, amor y placer,
Que al zamorano celos le diera
aquella que fuera mi mujer.
Es una sombra que hoy me tortura
con remembranzas de aquél pasado.
Tiempos de amor, tiempos de ternura,
me recuerda la sombra, a mi lado.
Es una sombra que da ilusión
al sufrimiento, desmoronando
el sufrimiento de un corazón
que junto a ella, vive soñando.
Es una sombra que me libero,
germinada en un feliz encuentro;
adónde el Tormes abraza el Duero
y sus arribes callan el tiempo.
Es una sombra que me castiga
con viejos recuerdos, sin pudor,
pero que me anima e me cobija
con recuerdos y sueños de amor.
Es una sombra de aquél amor
que perduró mientras tuve suerte.
Será la sombra de mi dolor,
el castigo de amor, por perderte.
MARINERO DE LA MAR
Mar adentro, marinero,
marinero de la mar,
mar adentro, tu velero
no deja de balancear.
Tu velero marinero,
sólo sabe en alta mar
conducirte placentero
con su suave balancear.
Proa arriba, popa abajo
sobre las olas del mar
tu velero es tu agasajo
y aliento para tu hogar.
Mar adentro marinero
alejado de tu hogar
vives tú y tú velero
la pujanza de la mar.
Mientras pescas marinero
marinero de la mar
balancea tu velero
y rezan por ti, en tu hogar.
EL SALAZARISMO
Espesura adentro, al nacer del día,
accedí al tributo predestinado,
con el alma pura, con la hidalguía
de un mortal, que a Dios fuera consagrado
Maldición del diablo provocativo,
que tentó romper mi vida aún embrión,
agraciando vientre dócil y sumiso
Indigencias que hieren el corazón
Tuvo mi vida, suerte en encontrar
protección en madre tan convincente,
que el furor del tigre no pudo dar
agresión, al embrión, aún inocente.
A lo lejos truenan cañones; guerra
desdichada en lucha por el poder.
En mi cuna, lloro por no entender
la ambición que a Dios aterra.
Suenan látigos en cuerpos desnudos,
corre sangre en busca de libertad,
impedidos, los hombres se hacen mudos,
bajo el látigo de la autoridad.
Y mis ojos se abren al mundo, dando
argumento justo a la obra Divina.
¡Pobres ojos!... listos para ver tanto
falseamiento y tanta ofensa dañina.
Junto al hambre nace la enfermedad,
que en aquellos tiempos era temida;
penitencia humana que es recibida
con amor, arrojo y conformidad.
Afección que asola a los indigentes,
barrenando sus débiles pulmones.
Entretanto, los fascistas potentes,
se recrean dados a las pasiones.
Las campanas no paran de sonar
por los muertos que crecen día a día
¡Cuántas lágrimas! ¡Cuánto malestar!
entre un pueblo robusto, que moría.
Encontré al nacer tanta quimera,
en un hogar doliente y empobrecido,
que tan sólo pensé haber nacido
para una infancia triste y pordiosera.
Aun así, lleno de felicidad
sentí placer y orgullo de mí mismo
¿Qué iba yo a saber de la libertad,
y del látigo del salazarismo?
AÑORANZAS DE MI PUEBLO
Añoro aquellos años de vida,
colmados de ansiedad e ilusiones.
Aquellos juegos y tradiciones,
aquella inocencia perdida,
aquella amistad persuasiva
de lealtad, entre dos corazones.
Añoro las calles de mi pueblo.
El Calvario de olores divinos,
poblado de eucaliptos y pinos,
que a la alma dan sosiego y consuelo.
Sus fuentes, sus campos y su suelo,
Refugio de pueblos peregrinos.
Añoro mi infancia candorosa
de debates y juegos sutiles,
cuando las pasiones infantiles
no son más que la ilusión dichosa
de ser felices con cualquier cosa,
con inocentes sueños pueriles.
De mi pueblo, añoro su terneza
brotada en corazones sufridos,
la vida de los desprotegidos,
carentes de pan y libertad.
Añoro mi pueblo, con lealtad
Todos recuerdos allí vividos.
De mi pueblo, me queda muy poco,
que recuerde emocionadamente.
De mi tiempo joven, ya no hay gente
Y de mis parajes pintorescas
Sólo quedan calles, gigantescas
Marañas, trazadas a lo loco.
EL GRITO DEL POBRE
En mi silencio, hay una voz desolada.
Por las calles desiertas hay sólo muerte.
La noche marcha allá de la madrugada
Y cae por tierra el ánimo del más fuerte.
Mi pueblo, es ahora un macabro cementerio
Donde el pánico es siniestro enterrador.
Es tierra esclava, dentro de un gran imperio,
Que cultiva ahora, sólo pena y dolor.
Mi pueblo vertió su sangre por fronteras
Que quedaban entre la vida y la muerte.
Esclavizado, sirvió en las galeras
A la fuerza del látigo del más fuerte.
Mi pueblo no tiene viviendas ni lechos,
Se viste de negro y vive con la ausencia;
Camina triste por caminos estrechos
Y le sangran los labios por su impotencia.
En mi humilde pueblo vive la pobreza
En cuyos hogares hay frío en verano.
Matan la sed con lágrimas de tristeza,
Y se manifiestan con su llanto aldeano.
ASÍ ES EL AMOR
Así es el cálido amor:
fuego que ardiendo no quema,
llama que ilumina y llena
de aliento, nuestro interior.
Amor es cálido día
de primavera florida.
Es eso… miel de la vida,
placer y melancolía.
Amor es la comprensión
entre dos vidas sinceras,
que luchan fielmente entre ellas,
por el amor con pasión.
Amor, es gracia sublime
que laurea al más dichoso.
Es algo maravilloso
qué raro encanto te imprime.
¿Amor!... Asilo fecundo
de afecto y felicidad.
Cuerpo y alma de la amistad,
paz y bonanza en el mundo.
MIS AMORES
Miro al cielo pidiendo con fervor,
que si existiera el entrañable amor,
llegue a mí su sublime complacencia.
Ya que amor humano, si tal existe,
no convivió jamás con mi alma triste,
desde que superé la adolescencia.
Amor tuve en mi afortunada infancia.
Un amor puro de plena fragancia
que rememoro con mucha tristeza.
Aquél amor maternal, que se ha ido
allá, dónde Dios dejó escondido
el nuevo albor de la naturaleza.
Tuve años después un amor sensual,
afectivo, responsable y cordial.
Fue al principio de mi adolescencia.
Este amor fue tan formal y profundo,
que siguiendo las reglas de este mundo,
legó sangre y vida a mi descendencia.
Si la riqueza es la felicidad,
según la autoritaria sociedad,
indigente soy, por mi buena suerte.
A Dios pido, que sea la pobreza
mi petulancia frente a la riqueza,
hasta el día de mi plácida muerte.
Sostengo cuatro amores en mi vida,
cuatro faros que alumbran mi guarida
Cuando estoy presto a llegar al final.
Me queda el inmensurable consuelo,
saber que muy allá lejos, en el Cielo,
me espera aquél amor maternal.
UN SUEÑO
En una playa inexistente,
soñando
extendido sobre la arena,
alcancé la sapiencia eterna,
llenando
de deleite mi subconsciente.
Mi sueño era un río grandioso…
un sueño…
que camina, pero no existe.
Un río nostálgico y triste
que es dueño
de un caudal seco, misterioso.
Mi sueño es burbuja que muere,
un soplo,
una aventura sin autor,
una caricia sin amor,
un dolo
que a mi alma y corazón hiere.
Mi sueño, es nubarrón que pasa
corriendo
sin dejar huella de su senda.
Es la realidad echa leyenda
tejiendo
Intriga, locura y desgracia.
Mi sueño sólo es fantasía,
procreada
por mi mente desvanecida
en noche oscura de mi vida,
que emana
tan sólo, mi tonta utopía.
INFORTUNIO
Amarga y dura tesis tiene ésta vida,
que define en nosotros un vil destino.
Nos regula con el Misterio Divino
y nos limita con la muerte maldita.
Somos fruto agreste de la humanidad;
producto que nace, madurece y muere.
Somos la misma vida que mata y hiere
con el discurrir del tiempo, sin piedad.
Por el dominio, lucha y vence el más fuerte,
esclavizando al mendigo, que fenece
ante la prepotencia, que prevalece
sobre el hombre, con el rigor de la muerte.
Nuestra vida es el camino programado
por el místico y la sustantividad,
teniendo la natura por realidad,
y el místico por ente inmortalizado.
La vida es desventura y felicidad;
manantial de placer, belleza y misterio.
Existe, porque existe en su inmenso imperio,
justicia, orden y mutabilidad.
MARÍA LA PORTUGUESA
María la portuguesa
Laureada por su belleza
Y su voz angelical,
Dio nombre, esplendor y fama
Al Barrio Alto y a Alfama,
Honrando así a Portugal.
Fue su voz, su mayor riqueza,
Su corazón su entereza,
Figura bella y bizarra,
Que usando por manto el cielo
Lloró y cantó con su pueblo
Al trinar de una guitarra.
Siete colinas se excitan,
sus típicos barrios gritan:
“Maria la portuguesa”
Llora el pueblo de alegría
Oyendo cantar Maria
El fado de la pobreza.
El Tajo, allá en el profundo,
Llevado por aquél mundo
De fulgor, fado y belleza,
Se deleita murmurando:
“Cuán bella es la voz del llanto
De María la portuguesa.
AQUÉL AMOR
Entre la nostalgia y mi pensamiento
busqué amores y raras pasiones.
Apasioné inocentes corazones
con poemas empachados de ilusiones,
más sin armonía ni sentimiento.
Viví amores entre la noche y el día
y tuve el placer de su propiedad
hasta que un día, la fatalidad
me sorprendió con la mendicidad
y me arrojó con la melancolía.
Y tuve la dicha de ser dichoso
amando sin derecho a ser amado;
tuve la dicha tenerte a mi lado,
por el placer y mi deber sagrado
de procrear, dando razón a mi vida.
No puedo decir que existiera amor
en nuestros inconscientes corazones,
cuando ambas vidas eran ilusiones,
y nuestras ansias carnales pasiones.
No había entonces amor, había ardor.
¿ADÓNDE CAMINAMOS?
Egregios hombres de nuestro tiempo,
de raza insigne jamás sabida,
dejad que os diga con voz garrida
cuanto valéis en este momento.
Quisiera que versos atrevidos,
inspirados con delicadeza,
os llegasen con la sutileza
con que los reciben mis sentidos.
Si alcanzo valor para este poema,
se debe a sucesos anormales
que socavan mi fe en los ideales
de una democracia que está enferma.
La política se tornó verbena
legal, para estafar cómodamente,
y la justicia, que ampara su gente,
ni juzga, ni castiga ni condena.
A Vos egregio rey de este pueblo,
os dejo el malestar y el quejido
de tu gente, para lo cual pido,
hagáis justicia a tanto desvelo.
Los parados siguen aumentando,
la pobreza es cada vez mayor,
las calles nocturnas son horror
y en Euskadi se sigue matando.
Ya no se respeta la verdad,
todo es falacia premeditada.
Tristeza brota mi alma agotada
por falta de la sinceridad.
Tenemos demasiadas razones
para pedir a este gobierno,
nos permita dejar este infierno
convocando nuevas elecciones.
DICEN QUE SUEÑO
Sueño con el mañana despierto.
Sufro soñando, porque lejano
lo veo, y mis deseos, en vano
se disipan, porque estoy enfermo.
Huyen de mí por mí flojedad,
parezco un viejo sin juventud,
habla la gente de mi salud,
con aversión, desprecio y maldad.
Dicen que vivo con la ansiedad,
que soy el otoño de la vida,
que escribiendo alcanzo la fatiga,
que el amor es mi fatalidad.
Cuando salgo, huyen de mí en el pueblo.
Siento nostalgia de aquél consuelo
materno, al principio de mi vida.
Cuando me daba por pan, su amor,
cuando silenciaba mi dolor,
con ternura, mi madre querida.
UN CANTO A LA VIDA
Mi canto es un grito de dolor
lanzado al aire, con fe y amor
desde el hondo de mi corazón.
Oigo, veo, y no encuentro razones
para qué se maten ilusiones
de vidas, que aunque siendo aún embrión
con vida, les late el corazón.
Quisiera llegar al corazón
del hombre tirano sin razón
para enseñarle a vivir y amar
como viven y aman los sensatos,
reconociendo todos sus actos
como camino para llegar.
Que el feto de una madre no es vida,
decís los que tenéis corrompida
el alma, y el corazón amargado.
Os juzgáis señores del saber,
de la ley, del mando y del poder
ignorando el precepto sagrado.
Tened cuidado. ¿Quién juzgáis ser
diciendo que sólo la mujer
es dueña de su mísero cuerpo?
Debéis saber que vuestra existencia,
se debe al misterio de la esencia
que creó Dios en el momento cierto.
DOLOROSA VALENTÍA
¿De qué voy a temer, si estoy arruinado?
La miseria es por mí muy bien conocida,
el hambre fue mi riqueza en mi pasado
y la desgracia, mi fortuna podrida.
Tengo miedo, y no es un miedo sin pudor.
Miedo a la negrura de la soledad,
miedo a morir ahogado por el dolor,
miedo al frío, al hambre y la necesidad..
el mundo no es más que un pervertido juego,
del cual, soy la ficha del peor jugador.
Nazco, vivo, y a manos de la suerte muero,
En juegos, donde siempre gana el mejor.
En el monte del olvido sepulté,
vanas ilusiones creadas por el tiempo.
Con el tiempo, llegué adónde llegué,
guiado por el infortunio y mí lamento.
Desdicha y lamento tuve en mi camino,
sin descubrir el motivo de mi suerte.
Dolorosa valentía en mi destino,
ante el peor de los juegos, frente a la muerte.
CAMINANDO AL ALBA
Caminaba por mí sendero
en busca de un techo y un destino,
sintiendo el frío mañanero,
qué hiela el pensamiento primero,
y después, enfría el camino.
Extenuado por tanto andar
y sediento de comprensión,
sentí ganas de regresar
al que fuera mi dulce hogar
y me diera amor e ilusión.
Crueles puñales me apuntaban
amenazando mi existencia.
Rabiosos ojos me miraban
con tal vileza, que cegaban
mi vista , con su virulencia.
Los puñales qué me apuntaban,
cerraban paso a mi camino;
las piedras que mis pies pisaban,
contra mis gozos se tornaban,
amargando más mí destino.
Quiso Dios, que el sol emanara
sus rayos sobre mi camino
desdichado, y así encontrara
el cariño qué allá buscara
desde que fuera un triste niño.
Sin pena ni gloria, pasé
entre puñales y traiciones
el sendero que detesté
y donde tan sólo encontré
el hambre, el miedo y decepciones.
Volé entre sueños e ilusiones
por pueblos de gran comprensión,
olvidando tantas razones
que me llenaban de pasiones.
Fruto de una necia razón.
Ahora, lejos de ese sendero;
cuando soy apenas sustancia
caduca, guío mi velero
hacia el camino verdadero
de paz y amor en abundancia.
Que abundancia es tener el alma
ahogada de placer y amor.
Es sentir la apacible calma
de un sueño prodigioso al alba,
de una mañana del señor.
VANOS DESEOS
Beso tus labios y en mis labios siento,
el calor de tu dócil corazón.
¡Te quiero amada mía! ¡No te miento!.
Te hablo convencido de mi pasión.
Cuando sueño, sueño sólo contigo.
Te concibo como algo fabuloso.
Te veo en la cumbre del infinito
haciéndome el hombre más venturoso.
Deja amor mío, que loca pasión,
secuestre eternamente nuestro amor,
para qué vivamos nuestra ilusión
entre la felicidad y el dolor.
Deja amor mío que siga soñando
para qué me inciten mis devaneos,
para qué mi corazón siga amando
con bellos sueños y vanos deseos.
MURMULLOS DE LA GENTE
¡Oh vil pueblo que lavas en el río,
tallando mi féretro con tus cuentos;
manchando mi vida con tus eventos;
condenando mi alma, con tu albedrío.
Me irritan vuestras voces sentenciosas,
que el Duero las transporta con enfado.
Te Olvidas que mi mundo fue creado
por cretinas lenguas ignominiosas.
Dejad que mi corazón castigado
por los disparates de mi pasado,
viva feliz mientras pueda vivir.
No embadurnéis las aguas del Duero
con vuestro maldito embuste perverso,
que puede un día, ser vuestro elixir.
RECUERDOS DE UN AMOR
Lloro por enojo y pena, al saber
que pronto olvidaste nuestro pasado.
Me pregunto si amaste sin querer,
o si tu amor estaba equivocado.
Me sonrío por no saber llorar,
y para callar mi padecimiento,
me harto de alcohol, sólo para olvidar
este desconsuelo que llevo dentro.
Minada tengo mi pobre existencia
por tanta pena y amargura sufrida;
Si vivo, es porque mi fe y consciencia,
no me dejan ser amo de mi vida.
De la gente abomino su sentir,
su loca forma de hablar y pensar,
De sus falsos dolores, al parir
Injurias, sólo para importunar.
Años pasaron, sin jamás saber
si fue un juego, tu forma de amar,
o una trampa tuya, para placer
de tu figura, presta a subornar.
Si a camino andado, volver pudiera,
otra senda, con rigor buscaría,
donde amor encontrara y amor tuviera
que diera a mi vida paz y alegría.
Amor tuve cuando era fruto verde
y amor perdí por mi amarga desdicha.
Cuando el hombre su primer amor pierde,
dolor gana para toda su vida.
EL DESALIENTO
Se cierne sobre mí todo lo peor,
cuando estoy avejentado y vencido.
No soy más que tronco del árbol caído
que se reseca por falta de amor.
Me muero poco a poco y soy consciente
de esta muerte que es lenta e imperiosa.
Sólo ahora, mi consciencia lujuriosa,
se dio cuenta del error de mi mente.
Me muero como mueren los audaces,
con furor y angustia, pero capaces
de recordar con amor su pasado.
Me doy cuenta que por ley de la vida
alcanzo la quietud bien merecida
que esta vida en mi vida, no me ha dado.
AL MESÓN DEL JERÓNIMO
Bienvenidos a este mesón seductor,
amigos de la buena tapa y buen vino,
que si buscas un lugar acogedor,
otro igual no encontrarás en tu camino,
ya que sentimientos tiene su señor,
y la artimaña y rapidez de un felino.
Entrad en el mesón de paz y abundancia,
donde degustaréis sabor y elegancia.
En su barra, hay vino de virtuosa cepa;
en su parrilla, deliciosos asados:
desde la típica y sabrosa chuleta,
a los exquisitos y fastuosos platos,
que si tu sabor a mi gusto se entrega,
te recomendaré los ricos guisados,
que mi mujer prepara con tal primor,
que a la deidad, da envidia su sabor.
Come y bebe con plena satisfacción,
que es lo que desea su dueño y señor,
para que vuelvas a este afable rincón,
de correcto servicio y justo valor,
pero jamáis olvidéis vuestra razón,
que os tente faltar a su dueño y señor,
ya que su servicio, abundante y esmerado,
debe ser reconocido y sufragado.
Cuando te vayas, recuerda este lugar
con cariño, regocijo y gratitud,
para que sientas ilusión, por tornar
a este lugar, que da placer y salud.
Que si esta dicha, de ti puedo alcanzar,
plácida será para ti mi virtud,
de sensatez y leal consideración
por tu deferencia por este mesón.
JAMÁS TUVE UN AMOR
Si amando pudiera ser amado,
volvería a amarte locamente,
aunque tuviera que ser esclavo
de tu despotismo, nuevamente.
Aunque de ilusiones no estoy falto,
jamás olvidaré el castigo
que me infundiste, que fue tan alto,
que aún hoy, sobrellevo conmigo.
Si acepto el castigo de la vida,
como circunstancia sin sentido,
¿Por qué no aceptar tu escabullida
como elemento de tu capricho?
Si el amor es materia inmortal
que el tiempo no puede exterminar,
El tiempo, es sustancia tan banal,
Que fenece con su caminar.
Porque conozco el mental dolor
que imprime la huida sin razón,
renuncio a ese tu falso amor
fruto de un tozudo corazón.
A UN AMIGO QUE SE ME FUE
Apenado vengo aquí, mi buen amigo,
A dejarte las flores de mí amistad,
Que los tiempos me hicieron vivir contigo
Para mantenerla hasta la eternidad.
Porque todavía joven, aprendí,
Que un amigo es para la vida y la muerte,
Yo no puedo olvidarme jamás de ti
Llorando en ésta fría tumba tu suerte.
Vengo a cantarte la canción de mi pena
Hecha de la tristeza del cruel otoño.
Aquí dejo estas flores con este poema
Que viene por bien interrumpir tu sueño.
Vengo aquí compungido por tu destino
Que te esconde debajo de esta losa;
Quisiera que por allá, en tu camino,
Mantuvieras tu felicidad tan briosa.
Te traigo el eterno dolor de tu padre,
De tu novia, nostalgia y penosos días.
Quiero dejarte lágrimas de tu madre
Mezcladas con la nostalgia de las mías.
Y así te dejo buen amigo, con pena,
Lamentando la tragedia de tu historia.
Te dejo con gran dolor este mi poema,
Tu vida, quedará siempre en mi memoria.
DOLOR DE UN EMIGRANTE
Fatigado tengo mi corazón
por las infamias de gente villana,
que humilla con castigo, la razón
Del cáliz cruento de sangre pagana.
Con grito grácil, sin fuerza, levanto
mi voz sutil, reclamando amistad,
¡Qué débil tengo mi voz!... que mi llanto
no llega al oído de la sociedad.
Es gracia sádica y amarga de un pueblo
con fama noble y de gran corazón
derramar su rabia en mi desconsuelo
baldando sueños de un hombre sincero,
que diera su vida con ahínco y esmero
para recibir vuestro odio y traición .
UN FUGAZ RECUERDO
Una sola vez te vi
y mis ojos hechizados quedaron.
Pena que te conocí
cuando los años ya por mí pasaron.
Me pregunto, ¿Es que envejece el amor?
¿Nuestro cariño, el querer?
¡Claro que no!... Si amamos con ardor,
Inocencia y leal placer.
Sabiendo lo que mí corazón siente,
se aviva en mí este amor fiero.
Cuando el amor nos enamora y prende,
no hay mal que pueda romperlo.
El amor es fuego que quema el alma.
Es llama que alumbra el ser.
Es la ilusión de un corazón en calma
soñando al atardecer .
MI VALONGO
Mi pueblo es encanto y bondad,
risueño y lleno de fragancia.
Fue cuna de mi dulce infancia,
preceptor de mi mocedad.
Florecen en sus matorrales
los claveles esplendorosos,
y junto a caminos sinuosos,
brotan los limpios manantiales.
Mi pueblo es fuente de riqueza
que engrandece su realidad,
manteniendo con sobriedad
la noble usanza portuguesa.
Honor, trabajo y patriotismo,
nobleza bien reconocida;
cuna de gente bien fornida
en el arte, saber y heroísmo.
¡Oh gente de amor y bravura!...
¡De hospitalidad asombrosa!
Dejad que mi voz vanidosa
dé a conocer vuestra hermosura.
Son las glorias de tu pasado
que engrandecen tu historia actual.
Fue tu valle, verdoso prado,
es tu gente, honra nacional.
Paisanos míos, aquí expongo
lo que percibo en este instante:
la nostalgia por mi Valongo,
el dolor por ser emigrante.
Dejad que recuerde el santuario
en el monte de Santa Justa,
respire el olor del Calvario
y oiga la voz sabia, ya vetusta.
del moro que vino a esta tierra
por el oro en ella escondido.
¡Qué triste!... aún anda por la sierra
Llorando por lo que ha perdido.
Si perdido en el monte, llora
el moro por lo que ha perdido,
en estas tierras de Zamora,
lloro el pueblo donde he nacido .
DEJAD QUE LLORE EN SOLITARIO
Soy hoja que se desprendió
Del árbol más bello del mundo.
Soy llama que el tiempo apagó
Con su soplo frío y profundo.
Riachuelo seco por el tiempo,
Sin orillas ni otra belleza.
Albergo solo el sentimiento
Que nasce de mi agria tristeza.
Son míos los tristes gemidos
Del lobo hambriento solitario.
Mis gritos de muerte, afligidos,
Sólo son ecos de un calvario.
Soy todo eso y algo de lo humano
Que el tiempo y sociedad corrompe,
Resignado con ello, no en vano,
Escribo lo que mi alma esconde.
Porque soy así, en solitario
Soy brutalidad y ternura.
Soy el riachuelo estrafalario
Con alma cristalina y pura.
¿QUIÉN LLAMA A LA DESVENTURA?
Llaman a mi puerta, ya de madrugada.
¿Quién será?, ¿Acaso la vil desventura
buscando mi vida menoscabada?
¿O quizá, el desamor hecho ternura?
El amor no puede llamar así,
y la desventura es mi compañía
desde aquél fatal día, que perdí
el deseo de vivir el día a día.
Pero… a estas horas…¿Quién puede ser?
¿Por qué llaman así tan tenuemente?
¿Será la lluvia?, ¿El viento?, Será gente?
La lluvia no es. No puede ser posible,
El viento en primavera es apacible
Y la gente, ¿Qué tiene aquí que ver?
UNA TARDE DE INTENSO AMOR
La conocí entre los matorrales,
a la orilla de un río transparente.
Entre la fresca brisa y las fatales
picadas del artrópodo renuente,
nos besamos con tamaña ansiedad,
que su cuerpo en viva fogosidad
y su sexo, me calentó la mente
.
Sus pechos, dos soles exuberantes,
se dieron a mí libar con placer.
Sus ojos, eran dos faros brillantes
expresando su encanto de mujer.
Lamiendo su cuerpo de arriba abajo,
me entregué a ella, dándole agasajo
varonil, con las ansias de mi ser.
Lentamente… con suavidad, mi boca
fue deslizando por su fino cuerpo,
hasta que llegué a la zona loca.
Ella emocionada gritó: “¡Alberto…
Alberto!... ¡No te puedo resistir!,
Hagamos el amor. Quiero sentir
Todo lo tuyo dentro de mi cuerpo.
¡Aquél momento fue maravilloso!
Nos besamos tan intensamente
con aquél orgasmo tan jubiloso
qué nasciera de un amor indecente,
que me di cuenta, que entre matorrales
suelen hacer el amor los animales
Y no el hombre mesurado y decente.
Cuando todo ya había terminado,
el sol ya había desaparecido.
Los dos, lentamente y de brazo dado
fuimos por donde habíamos venido,
y aquél amor entre el hombre y mujer,
no pasó de una historia de placer
entre el solitario y el amor furtivo.
EL ABUELO, EL NIETO Y EL BURRO
Camino a Toro, en día de mercado,
iban abuelo y nieto sobre un burro.
Era un burro viejo y muy desmirriado,
pero, aunque delgado y viejo, era duro.
Pasando briosamente por un pueblo,
ya después de mucho camino andado,
unos mirones haciendo el camelo
dijeron: -“¡Pobre animal desmirriado!
¡Hay que ver dónde llega el atropello!...
¡Abuelo y nieto sobre el animal…!”
¡Tendrán jeta!..”-. ruboroso, el abuelo
comentó: “-Por lo visto, vamos mal;”
Ya fuera del pueblo, ambos se bajaron.
-“Hijo mío”- expresó el abuelo, -“andando
Iremos los dos”- y ambos caminaron
A la par del burro añejo y blando.
Más adelante, en otro nuevo pueblo,
dos labriegos con la guadaña al hombro,
viendo caminando el niño y su abuelo,
murmuraron entre sí con asombro:
“¡Serán tontos!... El abuelo por viejo
y el chiquillo que apenas puede andar,
siguen a pie, junto al animalejo,
y el burro, que es de carga, a descansar.
Cuando aquellos hombres atrás quedaron,
montó el nieto en el burro desmirriado,
y andando, meditaba en lo que hablaron
aquellos labriegos de aquél poblado.
Más adelante, otro grupo de gente,
al ver el abuelo a pie caminando
comentaron: -“el niño cómodamente
montado en el burro, y el abuelito andando.”-
El abuelo, asqueado del chismorreo,
bajó el niño del asno desmirriado,
voceando::“¡Ya está bien de cachondeo!
La culpa es mía por hacerles caso.”-
No hay mejor cosa, que dejar hablar
a la gente, según su parecer,
pero a su juicio, establecer y obrar
su acción, sin dejarse convencer.
Si hacemos caso al que el pueblo comenta
terminamos cargando el animal.
Que sirva ésta historia de reprimenda
al crítico embustero nacional.
¿QUÉ ES EL AMOR?
No es justo que se juzgue el amor
engaño de la naturaleza.
Amor, es la luz de la belleza,
Es la misma vida en su candor.
Amor, es la fragancia radiante
Qué purifica dos corazones;
Impulso para las ilusiones
Y sufrimiento para el amante.
Amor es luz en la oscuridad,
Oxígeno para la existencia,
Cúspide del ardor con prudencia
placidez ante la tempestad
amor es cariño regalado
sin petulancias ni condiciones.
Es fuerza que une dos corazones
Una vida en un amor sagrado.
Amor es llama que encendida
Ilumina y calienta el hogar.
Es fruto del gozo por amar
Es llama que da placer y vida
Amor es cariño regalado
Sin petulancia ni condiciones.
Es fuerza que une dos corazones
Es el alma de una amor sagrado.
¡Amor!... Hijo de la Omnipotencia,
Manantial de la fecundidad,
Lecho de gozo y fraternidad
Alba de la paz y la prudencia.
El amor mes dar sin recibir
Es paz, entrega y dulce consuelo,
Que sólo la dicha de tenerlo,
Recompensa el dolor de vivir.
Todo esto y algo más es el amor
En un mundo de felicidad
Pero el amor en la actualidad
Es vicio, placer y desamor.
AMOR DE POETA
Donde hay pan hay alegría.
Donde hay amor hay fortuna.
No hay riqueza que más una,
Que el amor desprendido.
Amor, es sólo poesía
En el poeta enardecido.
La poesía es sensación
De un dolor emocionante
Que te aflige a todo instante
Con tal encanto y dulzura,
Que dichoso el corazón
Que lo viva con ternura.
El poeta es feliz sufriendo,
Porque sufriendo, concibe
Los sentimientos que escribe
Extraídos de su interior;
El poeta da vida y aliento
A su poema, con su amor
CARTA DE AMOR
Con mi corazón destrozado,
escribo estos versos llorosos,
recordando nuestro pasado
entre discrepancias y gozos
Cuán dura es la vida, amor mío,
cuando jugamos a ganar.
No nos damos cuenta del lio
que es, el amor en un hogar.
Cuanto amor, ambos prometimos
convencidos de nuestro amor.
Cuántos disgustos compartimos
por nuestro convenio traidor.
Eran épocas, que el amor
vivía en nuestros corazones.
Eran tiempos en que el pudor
Callaba nuestras discusiones.
con los años, fruto del tiempo,
timados nuestros corazones,
por nuestro falso sentimiento
de amor, surgen las frustraciones.
Con tu pasión enfurecida
y mi estúpida relación,
dimos vuelo a nuestra ambición
quemando nuestro amor en vida.
Esta vida no es un edén
de placeres inagotables;
nuestra vida, es el mal y el bien,
dos fuentes irreconciliables.
Intolerante con mi vida,
sin pensar en los resultados,
busqué amores apasionados
en amante comprometida.
Cual amante fui a buscar
cuando el tiempo me hace saber
que el amor no es sólo placer
y que hacer el amor, no es amar.
Por ello amor mío, te niego
la ruptura documentada,
para la quietud y sosiego
de mi alma, a Dios consagrada.
Aunque alejado de tu amor,
quiero sentir el frenesí
de un orgasmo con tu dolor
con la muerte cerca de mí.
EL PADECIMIENTO
Delante de mí, el padecimiento.
Esa enfermedad de los humildes
que se desarrolla con el tiempo
Y se localiza dónde vives.
Esa enfermedad elaborada
por gente bárbara, codiciosa,
que sin reparo, su vida es dada
al despotismo con cualquier cosa.
Busco en el tiempo medicación
para la enfermedad sin decencia
que abate el más recio corazón
con el virus de la prepotencia.
Es espantoso el virus del sida,
aterrador el cáncer humano,
pero no es menos, sentir por vida,
el látigo egoísta de tu hermano.
Si el dolor exige comprensión,
la vida necesita de amor.
Bienaventurado el corazón
que sufre sin sentir el dolor.
MIS CELOS
Una flecha me clavaste
en mi débil corazón,
que los ojos que tú amaste
aún sangran por tu traición.
Me dejaste cuando soy
Hombre viejo y sin pasiones,
sin saber adónde voy
por caminos desabridos
que azotan los corazones
más austeros y fornidos.
Caminando sin anhelos
apenado por perderte,
me castigo con mis celos
sin razón para tenerlos
con razón para quererte.
NOSTALGIAS
Oigo una voz dentro de mí
que me preocupa intensamente.
Es un gemido tan vehemente
que me conduce junto a ti.
Busco entonces su contenido
para poder tranquilizarme,
pero… es tan hondo su gemido
que interpretarlo no consigo,
pero estimula a emborracharme.
Es un gemido fascinante
que me corrompe el interior,
reivindicando a cada instante
aquél pasado confortante
de gran ventura y tanto amor
EL TIEMPO
El tiempo fue mi enemigo,
el mundo, mi seducción,
la pobreza mi castigo
la ambición mi perdición.
Con el tiempo hice camino,
caminando perdí el tiempo.
Ahora, cuando estoy perdido,
lagrimeando, me lamento.
El mundo que me sedujo
con trampas tan sugerentes,
mi alma al desierto condujo,
donde moran los dementes.,
Amar y no ser amado,
por quién es tu misma vida,
convierte el hombre sensato
en una bestia aturdida.
RECORDANDO
Esta noche estoy muy triste
evocando mi pasado.
¡Amargura!...
Por lo poco que te he dado
y lo mucho que me diste
con ternura.
.
Esta noche estoy muy triste
recordando tu figura
elegante
tu cariño, tu dulzura
que un buen día tú me diste
como amante.
Esta noche estoy muy triste
evocando aquellos años
impetuosos
de un amor disimulado
que en mi vida aún existe,
disfrazado.
SOÑANDO
Soñando despierto gané ilusiones.
Ganando ilusiones, me fui instruyendo.
Ahora que soy viejo, estoy deduciendo
que mis sueños solo fueron pasiones.
Razón tuviste haberme abandonado
por haber sido insensato contigo,
aunque me duela, fuera tu castigo
tan lacerante, atroz y despiadado.
Cohabitando ahora con la soledad
lejos de ti, siento necesidad
del cariño que dabas con ardor.
Lejos de ti, sufriendo un mar de penas,
te sigo amando atado a estas cadenas,
con la esperanza que vuelva tu amor
TE SEGUIRÉ QUERIENDO
Te pierdo cuando se apaga mi vida.
Ingrata actitud de la circunstancia,
que aviva el amor donde hay abundancia,
y veta el amor donde hay la desdicha.
Me duele perderte, porque te quiero,
sabiendo que tu corazón no me ama.
Consciente de mi doloroso drama,
deseo morir, pero… no me muero.
Se hizo noche en mi precaria existencia.
Sólo me queda la vaga conciencia
de haber amado a quién nunca me amó.
Que amando, seguiré con mi destino,
mientras la vida me preste camino
para evocar a quién me traicionó.
GABUNDO
¡Cuán triste es ser vagabundo!
Caminar en solitario,
parecer dueño del mundo
y no ser más, que un corsario
perdido en el gran desierto,
rebuscando entre la arena
su tesoro estrafalario,
dónde encuentra la agria pena
que lo hace más solitario.
Cuán triste es ser vagabundo.
Carecer de patria y hogar.
Parecer dueño del mundo
sin tener donde posar
MI REMORDIMIENTO TARDÍO
Por llanuras y montañas llegué,
a la cumbre de mi vida frustrada.
Injusticias y calumnias tomé,
por tu abnegación y la bondad dada.
En la cumbre de mi vida, llorando,
rememoro mi existencia apagada.
Con mis lágrimas, voy apaciguando
el dolor de una vida apasionada.
Mi mirada al camino recorrido,
me recuerda penas y adversidades,
que me diera la vida por castigo,
por mis impertinencias y maldades.
Aun perdiendo el deseo de vivir,
sigo con mi lucha por la existencia,
sabiendo, que para sobrevivir
hace falta voluntad y coherencia.
¡Si ya no tengo codicia por la vida!.
¡Si ya apenas palpita mi corazón!
Porque soy cobarde, tengo perdida
la esperanza, la fe y la razón.
Si un amor llegó a existir en mi vida,
algo muy especial tuvo que pasar.
El auténtico amor, jamás anida
en un corazón tacaño y vulgar.
Miro al horizonte mientras camino,
pero sin dejar de mirar lo andado,
para recordar los celos e inquinas
causantes de mi macabro pasado.
Recordando, aunque me cause dolor,
soy feliz a la hora de la verdad,
muriendo atado a la cruz del amor
con mi suspiro de felicidad.
Aunque quiera, ya no puedo volver
en busca de otro amor, o mejor suerte.
Me quedarán los recuerdos del ayer,
me quedará la despiadada muerte.
MIS SUEÑOS
Durmiendo sueño contigo,
despierto, sigo soñando,
si no sueño, no consigo
ser yo, porque por castigo,
aún lejos, te sigo amando.
Sueños gráficos y bellos
que evocan tiempos aquellos
de amor y felicidad.
Mis sueños son mis perjuros
arrestados entre muros
de aversión y enemistad.
Sueño y seguiré soñando
para no perder tu imagen.
Para seguir recordando
aquél hermoso paisaje
que me dio casta y linaje
para que te siga amando.[11]
MIS HIJAS
Tenía tres hijas encantadores,
esbeltas y de encanto singular.
Tres serenas pescadas en la mar,
que evoco llorando a todas las horas.
Tenía e ya no tengo las tres serenas.
Se fueron de la mano del olvido.
Llorando quedé, por haber perdido
mis tres hijas y sus tiernas zalemas.
Ahora, el tronco que les dio vida, vahído
por el tiempo y las hijas que ha perdido,
vaga por el mundo con su dolor
en busca del recuerdo, sin consuelo.
Evocando aquél amor, que por perderlo,
perdiera el fruto de su casto amor.
Mis consejos
Cuán dura es la soledad.
Cuán amarga la tristeza.
Cuán mala la falsedad.
Cuán penosa es la pobreza.
Cuán perversa la mentira.
Cuán sensible es el dolor.
Cuán enojosa es la ira.
Cuán afable es el amor.
Cuán grande es el ser humano
que ejerce la tolerancia.
Cuán hermoso, ir de la mano
de la humildad y constancia.
Cuán dichoso es el humano
qué frena su corazón,
a la fobia de su hermano
con amor y sumisión.
Cuán grande sentir dolor
por los hermanos sufridos.
Cuán grande es llenar de amor
Los corazones partidos.[12]
SOS DE AMOR
Oigo tu voz muy lejana,
melancólica y dolida.
¿Qué está ocurriendo amor mío?
¿Dónde está tu albedrío?
¿La codicia de tu vida
cuando huiste aquella mañana?
Heriste mi corazón
Al dejarme abandonado.
Me hundiste en el desaliento
matando mi sentimiento
Condescendiente y abnegado,
sin motivo ni razón.
Ahora, cuando años pasaron,
me llamas arrepentida.
¿Qué te pasa vida mía?
¿Dónde está tu altanería,
tu egoísmo y tu decidida
razón, que mi amor mataron?
Te fuiste cuando yo vivía,
me llamas cuando ya soy muerte.
¿Por qué lo haces alma mía?
Tú sabes, que desde el día
en que cambiaste mi suerte,
sólo soy melancolía.
Tu llanto me conmociona
porque te sigo queriendo,
pero el tiempo me fue dando
razón, para ir caminando
por el sendero del tiempo,
con rabia que no perdona.
Me llamas cuando no puedo
volver a sentir tu amor.
Me llamas, cuando perdido,
en el monte del olvido,
supe para mi dolor
de tu maldito secreto;
que odiando como me odiabas
matabas tu desazón
con el otro a quién amabas
con tu alma y tu corazón.[13]
SOY NADA SIN AMOR
Mi corazón palpita tenuemente.
No tengo lágrimas para llorar.
Soy existencia triste y decadente,
sin un amor, sin patria ni un hogar.
Quiero vivir, y no tengo vigor
para vencer la triste realidad.
Que la vida, no es vida sin amor.
Que el amor es, vida y fecundidad.
Que el amor llenó mi vida de aliento,
cuando la vida desconocía el tiempo
entre mágicos sueños juveniles.
Sólo ahora, cuando soy vaga existencia,
juzgo el amor con hombría y prudencia,
aunque los años me sean hostiles.
SUSPIROS DE DOLOR
No lo sé si gané
por haberte perdido.
Sólo sé que te amé,
sin estar convencido
de tu amor pordiosero
que fue siempre remiso
a mi amor verdadero.
No lo sé si mis penas
se marchan con mi llanto.
Sólo sé que en mis venas,
la sangre se está helando
por la falta de amor.
Afligido, voy dando
suspiros de dolor.
No lo sé si es de noche,
sólo sé que no hay luz
en mi vida. Derroche
de miedos, pesada cruz
de penas y amargura,
Que al final, me conduce
hasta mi sepultura.
No lo sé si la vida
vuelve a darnos calor.
Sólo sé que en mí, anida
el recuerdo de amor
que es hoy mi soledad,
suspiros de dolor,
delirios de ansiedad.
ALLÁ DE LA MUERTE
Nascí, viví y fui tentado
Por el demonio malicioso,
Allá donde existe el pecado
En el amor libidinoso.
En mi vida, tuve una infancia
Muy triste, pero muy hermosa.
Ganaba amor con mi ignorancia
Y era feliz con poca cosa.
En mi juventud, desprecié
La realidad de mi existencia.
Gracias a mi capricho encontré,
La pena de la Omnipotencia.
Ahora, cuando soy sólo esencia
En un mundo eterno de luz,
Alberga mi alma la prudencia
Que me inspira la Santa Cruz.
Morí con miedo a abandonar
Un mundo de satisfacciones,
Pero disfruté, al encontrar
Un mundo de luz, sin pasiones.
Recuerdo ahora, sin añoranza,
Esa vida muy placentera
Desde este mundo de bonanza
Donde reina la paz sincera.
EL DESASTRE HUMANO
Florecen los campos en primavera,
se broncean los trigos en verano.
Son las dádivas de un Dios al pagano,
que su ley continuamente vulnera.
Del manantial brota agua cristalina,
que robustece el caudal del riachuelo,
que se abraza al río y se contamina,
con los desechos del nefasto pueblo.
Un mundo por el hombre corrompido,
que naufraga entre la vida y la muerte,
que por todo tener, todo ha perdido
a las manos del tirano más fuerte.
Día llegará que el sol se oscurezca,
se sequen las fuentes y se abra el cielo,
y que jamás en la tierra amanezca,
sin que haya humano alguno, para verlo.
Ese día, el hombre aterrorizado
se dará cuenta, de su fallo humano,
por exterminar lo que Dios le ha dado,
con su ambición y su criminal mano.
DESDE MI VENTANA
Desde mi ventana, en mi soledad,
veo un mundo nervioso y apresurado,
caminando sumido en la ansiedad,
con el rostro abatido y masacrado.
Veo gente que pasa discutiendo
con sus gestos humanos de violencia,
y muchos pobres, pasando pidiendo,
ante el enojo de la prepotencia.
Desde mi ventana veo ésta España
liada por una mañosa maraña
de políticas faltas de razón,
que destruyen la sana convivencia
con su insensatez y la prepotencia,
Embadurnados por la corrupción.
LA BARCA
Al lejos, veo un barco navegando.
Flota tenuemente sobre la mar,
y una gaviota lo va acompañando,
y el velero no deja de flotar.
En el barco van cuatro marineros
y la gaviota, en el mástil posada.
Ellos, son pescadores aventureros,
es ella, pescadora consumada.
La mar se emociona cuando es bonanza,
y se violenta cuando se cabrea,
pero nunca les roba la esperanza,
ni les niega el fruto de su tarea.
La barca es la vida del pescador,
la mar, la despensa para su hogar,
la gaviota, da alegría y color
al Divino misterio de la mar.
Los marineros que en la barca reman,
sobre la mar para ellos concebida,
son padres de humildes lares, que rezan,
para que vuelvan a su lar, con vida.
La barca, la mar y los marineros,
con la gaviota en el mástil posada,
son el alma de los aventureros,
son la aventura por Dios emanad
CONFESIÓN DE AMOR
Desde que te conocí,
mi vida es de otro color.
No sé si esto es frenesí,
es fantasía o es amor.
Solo sé que vengo aquí
a expresar mi sentimiento
de fascinación, por ti..
Que donde delata el viento,
lo amansa mi pretensión,
con el puro sentimiento
que alberga mi corazón.
Deja que mis labios fríos
se templen con tu pasión,
para que los gozos míos
fortalezcan nuestra unión.
Deja que libe tus senos
con mi lengua inmaculada,
para qué los dos, gocemos
de una vida apasionada.
Deja que mi ánimo muerto
renazca con tu vigor.
Que sea tuyo mi cuerpo,
que sea mío tu amor.
EL CIELO
A la luna se llegó, volando
en artilugios sofisticados.
Al Cielo, se llega caminando
por senderos humildes y honrados.
El poder se alcanza con dinero
e ilustre linaje familiar.
El Cielo, con el amor sincero
y la virtud de saber amar.
El placer se alcanza disfrutando,
con el natural egoísmo humano.
El paraíso, lo vas ganando,
con el amor que das a tu hermano.
El Cielo es tu conciencia en bonanza,
y el espíritu en sueño profundo;
es sueño en vuelo, con la esperanza,
y la fe, puesta en el otro mundo.
Triste y apenado escribo este poema,
porque herido tengo el corazón.
Por ello sufro, ésta mi condena
De escribir, bebiendo sin razón.
Bebiendo te olvidé, y fui dichoso
con mi mente desequilibrada;
remedio santo, aquél vino hermoso
que todo apacigua y todo apaga.
El poema que ahora estoy escribiendo,
a la luz de la luna y al refulgir
del cielo estrellado, es el lamento
del poeta bohemio presto a morir.
Aquella noche, sólo y apenado,
me senté al borde de mi camino,
mirando el firmamento estrellado
sometido al consuelo del vino.
Al vino de Castilla bendigo
por su melosidad y sabor;
único medio que me da abrigo
Y calla mi tristeza de amor.
A la luna se llega volando,
Al olvido se llega bebiendo,
A la ventura se llega amando
y el amor se conquista, queriendo.
Porque amor tuve y ese amor perdí,
paso noche tras noche en desvelo,
tentando encontrar, con frenesí,
otra estrella de amor en el cielo.
BEBO PARA OLVIDAR
Aquella noche, huyendo de mí mismo
corrí todos bares de la ciudad,
buscando razón para mí espejismo,
y perspicacia para mí ansiedad.
Bebiendo, alcancé la tranquilidad
que mi alma reclamaba asiduamente.
Bebiendo, perdí la afectividad,
ganando la repulsa de la gente.
Aquella noche, la luna brillaba,
propagando mi sombra en mí camino;
de cuando en cuando, mi sombra se arqueaba
con la absurda gracia que crea el vino.
Silbando a altas horas de la noche,
ajeno a todo cuanto me rodeaba,
culebreando, con risas de fantoche,
mi cuerpo, lentamente caminaba.
Lanzando fantochadas a la luna
con mímicas y un lenguaje atrevido,
que desagrada, a aquella hora nocturna
al vecino que descansa en su nido.
Aquella noche, bebiendo, olvidé
las penas que ahogaban mi corazón.
¡Trapicheos cobardes, ya lo sé!...
Pero que te aleja de la aflicción.
El sida que aparece espectralmente
por obra del demonio o la deidad,
devasta la existencia lentamente,
de nuestra incontrolada mocedad.
Se mueren los peces envenenados
en ríos de poca agua ponzoñosa.
Los montes, por capricho son quemados,
tornando ésta España más arenosa.
Todo esto es fruto de una sociedad
egoísta y agresivamente alimaña,
que albergando malicia y deslealtad,
desprecia su vida y aniquila España.
Son los tiempos de la modernidad
que avanzan por veredas de ambición.
¡Pobre gente!... ¡Trágica sociedad!...
Caminando hacia su exterminación.
Porque la conciencia apenas existe
y el estilo político es callar,
con alevosía y corazón triste,
bebo por la noche para olvidar.
La vida moderna se hizo tan cruel
que tengo asco de esta vil sociedad.
Se juzga por el color de la piel,
se juega al amor con la falsedad.
La justicia es hoy una institución
que medra supeditada al poder.
Pedir justicia, teniendo razón,
supone hoy, el peligro de perder.
Políticos que juraron honor
en mítines plagados de emoción,
gobiernan hoy felices, sin pudor,
ejerciendo la inmoral corrupción.
Hogares que se rompen, sin sentido
de prudencia y responsabilidad.
Tan sólo porque un gobierno podrido,
les apoya con su legalidad.
El paro somete el trabajador
al hambre y profunda exasperación,
en tiempos que impera el ordenador
y especula más que nunca, el patrón.
AL MÍTICO MIGUEL INDURAIN
Te hiciste hombre en lugar predestinado,
bajo la sombra honesta de un buen padre
y la ternura de una ejemplar madre,
que siempre estuvieron y están, a tu lado.
Con tus padres te hiciste hombre, y señor
de la sensatez y la gloria humana.
Con tu voluntad y tu mente sana,
te hiciste un excepcional corredor.
Te consagraste este año del señor
como hombre, como padre y corredor
para orgullo de tu patria querida.
Gracias Miguel por tu nobleza y esfuerzo.
Yo, con este soneto y verso a verso,
sólo quiero ensalzar tu épica vida.
UNA MILAGROSA CRUZ
Hay una Cruz en mi pueblo
tallada en piedra atezada,
que da esperanza y consuelo
a la gente desahuciada.
Está entre dos viejos montes.
en un lugar solitario,
entre eucaliptos y pinos
en el monte del Calvario.
Acostumbran los mineros
ir a aquella Cruz divina,
rezar por los compañeros
que murieron en la mina.
Milagrosa es esa Cruz
que el minero adora tanto,
de dónde cuelga Jesús
con su mirada de llanto.
Por la mañana temprano,
de camino hacia la mina,
el minero da su mano
a esa cruceta Divina.
Y le pide con fervor
que le permita volver,
para seguir dando amor
a sus hijos y mujer.
or la tarde, ya oscureciendo
vuelve el minero a la Cruz
con su reconocimiento
a la bondad de Jesús.
Hay una Cruz en mi pueblo
Que es la Cruz del valonguero
Que protege y da consuelo
Al abnegado minero.
ESTOY LOCO POR TI
Dicen que estoy loco por ti
¡Que locura más puntillosa!
Mi locura es un frenesí
por tu silueta fina y hermosa.
Tus pechos, dos cumbres atrayentes
divinamente lobulados,
pasman mis ojos complacientes,
quedando ante ellos embriagados.
Tus negros ojos fascinantes
son dos faros de gran fulgor;
son como dos flechas flameantes
de dulzura, pasión y amor.
Tu pelo dorado y lustroso,
larga melena ensortijada,
combina con tu rostro hermoso,
dándote la gracia de una hada.
Tus lindas piernas, proyectadas
por las manos de la deidad,
son dos peanas ornamentadas,
que combinan con tu beldad.
Todo tu cuerpo, hermosa mía,
es belleza resplandeciente,
que calienta el alma más fría
y seduce al más exigente.
icen que estoy loco por ti
y no lo dicen sin razón;
la primera vez que te vi
conquistaste mi corazón.
Lo dicen quizá por requiebro,
pero es cierto que percibí
Ese efecto, cuando te vi
Por primera vez junto a mí,
En aquél baile veraniego.
O QUE TUVE EN MI VIDA
En mi vida tuve de todo: amigos
Que me dieron muchas satisfacciones,
y entre ellos, unos cuantos enemigos
que hirieron mi vida con sus traiciones.
Tuve la desdicha, luego en mi infancia,
perder mi abnegada y querida madre,
conocer la miseria y la vagancia,
y el desamor de un insensato padre.
Tuve el cariño de una abuela tierna
que me dio todo: amor y la ilusión,
el consuelo y su dilección materna
que ha dejado marca en mi corazón.
Tuve unos hermanos maravillosos,
aunque separados por la orfandad,
que como yo, vivieron años penosos
al amparo de la hospitalidad.
En mi vida tuve un grandioso amor
Que me dio amor y felicidad.
En mi vida conocí con dolor
la maldad, el dolo y la falsedad.
uve en mi vida tres perlas preciosas
que engrandecieron mi humilde reinado.
Tres hijas esbeltas y cariñosas
Que en mi corazón guardo con cuidado.
El día de hoy, tengo la soledad
y el recuerdo de un pasado afligido,
aunque lejos de la mendicidad,
gustaría revivir lo vivido.
ILUSIONES
Me gustaría llegar a la cumbre
de la montaña más alta del globo,
y con la mano, acariciar el cielo,
y con la vista, disfrutar de todo.
Me gustaría ser el manantial
con su simplicidad y sensatez,
con su pureza y frescor natural,
sirviendo al hombre con su sencillez.
Me gustaría ser la inmensa mar,
violento y apacible, pero atrayente.
Despensa inacabable, para dar
sustento y gozo al humano indigente.
Me gustaría ser la primavera
con los jardines y campos floridos,
para dar belleza al alma romera
que acrisola en el campo sus sentidos.
Me gustaría ser todo en la vida
para poder todo dar con amor.
Si sublime deseo en mi alma anida,
¿Por qué me dais vileza y desamor?
MOR Y ODIO
Hay momentos que siento odio hacia ti;
hay otros, que te recuerdo llorando.
¿Acaso es esto un loco frenesí?
¿O quizás, es porque te sigo amando?
Por las noches, en sueños lastimosos,
revivo tiempos de felicidad,
durante el día, mis ojos llorosos
lagrimean, por mi fatalidad.
No tengo dudas que te sigo amando,
aunque este amor se esté deteriorando
por tu orgullo y falta de pundonor.
Aunque lejos de tu felicidad,
albergo la ilusión y la ansiedad
por recuperar de nuevo tu amor.
PRODUCTO DE LA POLÍTICA
Tomando un vino, ya al atardecer,
en una taberna de esta ciudad,
tuve la desgracia de poder ver
el drama que vive la sociedad.
Mientras tomaba un placentero vino,
un fornido joven se me acercó,
y con la ligereza de un felino,
de mi bolso, la cartera robó.
Me di cuenta del ladrón atrevido
a quién agarré diligentemente.
No me puso resistencia el bandido
al ver que en el bar, había más gente.
Tan sólo, emocionado, me expresó:
-¡Señor!... Créame, no soy un ladrón.
El hambre que tengo, a esto me obligó.
¡Perdóneme señor por esta acción!.
Me decía todo esto, aquél chaval,
escondiendo su rostro acobardado,
admitiendo haber procedido mal,
llorando de vergüenza, arrepentido.
Le pregunté se quería un bocata,
y el chaval sonriéndome contestó:
¡Sí señor!... Aunque el hambre no me mata,
más me ahoga, lo que mi vida perdió.
¿Qué perdiste en tu vida de importante?-
pregunté, para saber la razón
qué llevara aquél chaval al desplante
de robar, sin modales de ladrón.
-No tengo un techo donde cobijarme,
son éstas mis únicas vestimentas
que todo año sirven para abrigarme
del frío, del calor y las tormentas.
Busqué trabajo en pueblos y ciudades,
sin mirar sacrificios o funciones,
pensando sólo en mis necesidades,
soñando realizar mis ilusiones.
En vano hice mi peregrinación
en busca de un trabajo retribuido.
¡Aquí me ve!... Cerca de ser ladrón,
sin nunca desearlo o haberlo sido.-
Aquél chaval, joven y bien fornido,
era fruto de la marginación.
Era el producto humano, corrompido
por la esclavitud y la corrupción
AMOR MÍO
ce tiempo que no sé de mí amor.
Se me fue una mañana muy temprano,
sin decir nada, como amor villano,
plagado de odio, desprecio y rencor.
Hace tiempo que se marchó mi amada,
llevando con ella mi bienestar,
dejando mi corazón sin lugar
en su alocada vida apasionada.
Marchó cuando más la necesitaba;
en tiempos de abatimiento y dolor.
Triste es, creer en el dogma del amor,
cuando pierdes el amor de tu amada.
Se fue como se van los insensatos,
frustrando los ideales de su amado,
atropellando, el sagrado legado
de la unión, con sus alocados actos.
Mi amor, se marchó espesura adentro,
huyendo de mí sombra peligrosa,
esperando que mi vida ventosa
se desgaste con el paso del tiempo.
Adentro de tu espesura alocada,
muy lejos del amor qué detentaste,
te arrastras como yo, mohína y apenada,
presa por el odio, hacia quién amaste.
Olvidas amor mío, que procreamos
con celo, abnegación y dilección,
tres perlas, que son bastante razón
para dar por ellas lo que tengamos.
Es cierto, que es buena la libertad.
Que agrada vivir el mago placer.
Pero… ¿Te será agradable perder,
el don humano de la dignidad?.
Hace tiempo que te fuiste a parajes
dónde lobos hambrientos y traidores
te esperan con sus fingidos amores,
tallados con galas y falsos viajes.
Fuiste amor mío, muy lejos de mí.
Tan lejos, que mi pobre pensamiento
se resigna en perpetuo sufrimiento
amándote, pero lejos de ti.
No lo sé si esto es odio, o si es amor.
Si esto es sufrimiento o es resignación.
Sólo sé, que sereno mi dolor,
Callando el dolor en mi corazón.
AVIDAD DE 1992
Del cielo bajaban con suavidad,
copos de blanca nieve en mi Zamora.
No había nadie en la calle aquella hora,
tan sólo yo vagaba por la ciudad.
Las calles adornadas y lucientes
daban hermosura a aquella ciudad,
en una noche de golpear los dientes,
por el intenso frío y la humedad.
Brillaban las ventanas hogareñas
y se oían villancicos melodiosos,
en hogares zamoranos gozosos,
festejando las fiestas navideñas.
Acurrucado junto a un portal,
me protegía del frío que hacía,
con mí sufrida mente, sin moral,
y mi alma, entregue a la alevosía.
Sonaban los villancicos al lejos
dónde reside la paz y el amor.
mientras yo, animado por mi dolor,
Cantaba llorando, mis desconsuelos.
En aquella noche de navidad,
fue tan grande mi dolor y mi llanto,
que mis lágrimas me mojaron tanto,
que mi cuerpo vivió la realidad.
Miré al cielo y del cielo encapotado
aquella blanca nieve qué caía,
un manto de blancura extendía
sobre aquél apaciguado poblado.
Vencido por el cansancio y el dolor
me dejé llevar por la somnolencia,
recordando la armonía y cadencia,
de aquellos cánticos de paz y amor,
Que todas las noches de navidad
cantaba mi amada familia unida,
cuando yo disfrutaba y amaba la vida.
CUENTOS DE LA GENTE
Dicen que estoy desequilibrado
escribiendo tantas tonterías.
Comentan que al paso de los días,
estoy perdiendo salud y agrado.
Comentarios injustos de gente
propicia a la mentira perversa.
Propagan lo que les interesa,
en general, maliciosamente.
Escribo, porque escribiendo expando
el dolor de una vida frustrada.
Dichosa el alma que sea dada
al sufrimiento, al dolor y al llanto.
Escribo aquello que mi alma siente
y lo tolera mi corazón;
escribiendo, quieto mi pasión
Y doy vida a mi fallida mente.
Escribo versos sin armonía,
pero colmados de excitación;
versos brotados de un corazón
Loco de amor y melancolía.
Dicen que con frecuencia medito
sobre el admirable arte de amar;
porque lo tuve en mi dulce hogar,
lo recuerdo, evoco y reivindico.
IRCUNSTANCIAS DE LA VIDA
Jamás pensé, que al llegar a esta edad
deseara dejar este mundo horrendo.
Es cierto, que cuando la soledad
se congrega con la necesidad,
te descorazona a seguir viviendo.
Recuerdo mi infancia desventurada,
que siendo triste, me daba ilusión.
Mi juventud mezquina y limitada,
que apenas me permitió qué pensara
en mi vejez, sólo en la diversión.
En mi adolescencia, quiso la suerte
darme patrimonio y felicidad,
con los cuales me aterraba la muerte.
La vida, era entonces mi afán más fuerte
en un hogar rico en prosperidad.
Llegué a la cumbre de mi existencia
alejado de esa infancia inocente,
sin la juventud ni la adolescencia.
Vivo la terna vejez con la ausencia
de la materia efímera imprudente.
Ahora que soy lo que realmente soy,
espíritu vivo en materia muerta,
a mi pensamiento lucidez doy,
Que la vida está allá adónde voy.
ésta, no pasa de ser una mierda.
A LA TIERRA DONDE NACÍ
Con humildes versos, destartalados,
quiero enaltecer mi admirable pueblo,
que me diera nostalgia, con los fados
de aquellos años, de tremendo duelo,
Entre los burgueses y marginados.
¡Mi Valongo!... tierra donde nascí.
Largo valle de verdura fastuosa,
dónde por primera vez conocí
el aroma plácido de la rosa
y el picor de la espina dolorosa,
aquellos años en que allá viví.
¡Mi Valongo!... tierra de hombres altruistas
y de hermosas mujeres vehementes,
que inspiran a los poetas, y a fadistas
seducen, con sus miradas atrayentes
en noches de luna, o en bares de artistas
donde se oye el fado y lloran sus oyentes.
Guardado por dos montes legendarios
se dispersa sobre un valle alongado,
donde moros, romanos y corsarios
lucharon por el oro allá encontrado.
Valongo, fue tierra de oro y pizarra;
de historia, lealtad y casta bizarra.
¡Valongo!... Verdes campos y riachuelos
refrescando su entorno natural,
con bellos paisajes que excitan, verlos.
Así es Valongo: altruista y jovial,
que agranda el imagen de Portugal,
y honra mis paisanos, nobles y austeros.
A ti Valongo, desde mi ignorancia,
quiero rendirte mi contemplación,
recordando aquellos años de infancia,
aunque hambriento, colmado de ilusión.
Después de una vida, sin jactancia,
Tú eres la paz, para mi corazón.
Nací entre lágrimas de tristeza
Y gemidos de frialdad y dolor,
Bajo el patrocinio de la pobreza
Y el agasajo maternal de amor.
A Dios gracias doy, por mí realeza
Valonguense, temple de un gran señor.
CARTA A MIS HIJAS
Hijas mías:
Os escribo estos apenados versos
con el corazón roto de dolor,
En momentos de proyectos inciertos
y alejados del incitante amor.
No quiero que lloréis mi situación;
pues ella, es fruto de mi proceder.
Sólo os pido, que vuestro corazón
no deje de brindarme su querer.
Si dolor tengo, por haber perdido
vuestra madre, a quien deberéis amar,
mayor es mi dolor no haber tenido
vuestro cariño para me alentar.
Quisiera deciros cuanto lo siento,
por todo aquello que nos ha pasado.
Quisiera volver atrás en el tiempo
para ser venturoso a vuestro lado.
Que un padre, aun siendo desventurado,
tiene derecho a vuestra estima ciega,
por todo cuanto en vida os ha dado
y por el amor de padre que os lega.
EL PERRO
En mi vida, tuve pocos amigos
que me diesen su cariño y lealtad.
De muchos de ellos, recibí castigos;
un idilio vestido de maldad.
Por esos lazos de amistad ambiguos
destrocé mi vida con su crueldad.
Tuve en mi vida un solo amigo leal
que jamás me pusiera condiciones.
Un amigo sincero y servicial,
qué me diera suficientes razones
para dudar del amigo legal
en muchas razonadas ocasiones.
Ese amigo que jamás te abandona,
que vela con celo y sin condiciones
Tu vida. Aquél que te escucha y perdona,
te da su cariño sin condiciones,
callando sumiso y con lealtad su obra,
siempre afectivo con tus pretensiones.
¿QUÉ PASÓ AMOR MÍO?
¿Dónde estarás amor mío,
en este amargo momento?
¿Con tus hijas junto al río,
pescando algún nuevo evento?
Quizá… sólo padeciendo
el estúpido error mío.
Error humano tremendo
que destrozó nuestra vida
con aquél fracaso horrendo
a la hora de mi partida,
huyendo sin despedida
de tu carácter violento.
¿Dónde están esas promesas
de un amor interminable?
¿Dónde están, amor mío, esas
horas de amor, esa afable
dilección inagotable,
que tantas veces me hicieras.
En mi soledad, medito,
y llorando arrepentido,
levanto al cielo mi grito
de dolor incomprendido,
por el amor que he tenido
como mi sagrado mito.
DERECHO A LA VIDA
Me duele leer en la prensa y saber
de abusos humanos inconcebibles,
como quemar los montes por placer,
o matar por gusto, aves apacibles.
Contemplo la vida con pesimismo,
al ver como se destruye el planeta.
Acuso ésta sociedad y a mí mismo,
como autores de esta brutal faceta.
Los montes son quemados sin piedad,
por falta de respecto a la creación;
los ríos arrastran la suciedad
vertida, por la industria y la ambición.
Apenas llueve, se abrazan las tierras,
fantasmas que anuncian fatalidades,
como el hambre, la miseria y las guerras,
la lucha por la vida en las ciudades.
Tendremos por las calles agonía,
dolor insoportable en cada hogar,
al ver que sus miembros, día tras día,
se mueren por no poder respirar.
El aire viciado es fuego candente,
que quema los pulmones sin piedad,
y el sol, que por vida fuera indulgente,
provoca el cáncer en la sociedad.
Las aguas marinas se descomponen,
sus especies mueren envenenadas
por gases y otros productos, que esconden
la muerte, para especies apreciadas.
Sufro que la vida, que es nuestra vida,
muera por capricho de estrafalarios;
muera por el desarrollo suicida,
a manos de políticos sicarios.
Me duele ver como en este planeta
se mata lo que es vida, sin piedad,
en busca de la podrida riqueza,
sin criterio sobre la humanidad.
La vida sólo es vida, con la vida
de las plantas y de los animales;
de la mar, los ríos y manantiales,
de los peces y el árbol envejecido.
Todo cuanto existe en el universo
es vida que da vida al ser humano.
Tan perfecto es el mundo, que está inmerso
en la voluntad de un Dios Soberano.
MI VELERO
Con viento en popa, sobre un mar en calma,
camina mi velero su camino.
Transporta mi vida, lo guía mi alma.
Me lleva al colofón de mi destino.
Con la mar en calma, sin tempestad,
la tenue brisa arrastra mi velero.
Sin prisas, pero con esa ansiedad
de llegar al destino sin recelo.
Con viento de popa, mi alma camina
hacia al destino por Dios programado,
herido por la infamia dañina
de un pueblo injusto, a la ignominia dado.
Mi velero navega ayudado
por la brisa, el velaje y mi timón
a un arenal en paz, sólo habitado
por humanos puros, de corazón.
Navega mi velero con dolor
con viento en popa sobre un mar en calma,
en busca del consuelo del Señor
para mi dócil corazón y mi alma.
ASEOS NOCTURNOS
En las noches de verano, soy dado
a paseos laxantes por el campo,
y me siento más hombre, más dotado,
ante tanta grandeza y tanto encanto.
El silencio se rompe con la brisa
Y algún grillo con su ameno chirriar.
Caminando a paso lento, sin prisa,
voy haciendo camino al caminar.
Y mi sombra por la luna esbozada,
me acompaña al largo de mi camino.
Mi sombra, que camina avergonzada
de mí mismo, es prueba de mi destino.
De cuando en cuando, paro y miro al cielo,
y siento una felicidad serena.
Me enternece el cielo y me encanta verlo
con su lúcido azul en luna llena.
Mis paseos en noches de verano,
son purgas para mi fatalidad.
Caminando, me escapo del engaño
y mi sombra arropa mi soledad.
LA MUJER
Sin duda, que Dios creó la mujer
para sumisamente procrear,
y al hombre, el misterioso deber
de producir, proteger y amar.
Pero los tiempos cambiaron tanto,
que hoy en día todo es diferente;
la mujer abusa con su encanto,
y el hombre se acopla complaciente.
¿Qué mayor riqueza puede haber
que un hogar formado con candor,
por el hombre, los hijos y mujer,
Juntos por Dios y por el amor.
La mujer ya no ama, se encapricha
según la circunstancia y el varón,
y con los caprichos, la desdicha
se junta a ellos y rompe la unión.
Los hombres como lobos hambrientos,
se lanzan en busca del placer,
y ellas, bellos cuerpos sugerentes
se dejan a gusto convencer.
El hombre, animal usurpador,
desmorona el amor con su usura.
Ignora, que jugando al amor,
está jugando con su ventura.
mujer, que fuera la ilusión
en hogar por amor concebido,
es hoy con su falsa seducción
la creadora del amor prohibido.
¡Mujeres!... Madres de la impudicia
en barras y barrios marginados,
que venden su cuerpo por codicia
a hombres viciosos degenerados.
A ti mujer madre y procreadora,
que luchas por tu hogar con honor,
te pido, sigas halagadora
con tu hombre, tus hijos y tu amor.
EN LA SOLEDAD
Albergado por la soledad,
poco a poco pierdo la razón.
Es mi cariño, el arduo dolor
que quema y abrasa mi corazón,
cuando soy ante la realidad
rabiosa fantasía de amor.
¿Dónde están los cobardes amigos,
que venden mi amistad por traición?
¿Dónde está vuestra fidelidad?
Devolved la vida a un corazón,
que agobiado por vuestros castigos
está muriendo en la soledad.
¿Qué es el amor, para un poeta triste
que vaguea en busca del Eterno?
Un camino por la ambigüedad
hacia el corazón partido y enfermo
que ya no palpita, apenas subsiste
ante su muerte en la soledad.
¡Mundo!... ¡Vida!.... Confusa ilusión
para el hombre que es desventurado
en el amor, la suerte y amistad.
El mundo es nada y la vida, es fado
que se ahoga al callar su corazón,
para poetizar en la eternidad.
PITAFIO
bajo ésta lápida oscura e indolente,
sólo yacen los restos de mi materia.
Restos de un cuerpo que fuera miseria,
e ignorancia, ante el saber de la gente.
Mirad ésta tumba y tomad ejemplo
de su inquilino; en vida un presumido,
ambicioso, intolerante y lascivo;
amo de su mundo y señor del tiempo.
Pero un día, el tiempo lo dominó
y su cuerpo impotente, se abatió
ante la prepotencia del más fuerte.
Aquí, solamente hay restos de un cuerpo,
abatido por las leyes del muerto,
Justiciado por la macabra muerte.
OS SUEÑOS… SUEÑOS SON
Soñé ser un gran poeta… un iluminado.
Y escribí miles de versos primorosos
en aquellos años de hambre, y que era esclavo
del caciquismo, de los más poderosos.
Soñé escribir poemas como Machado,
con versos de penetrante inspiración,
en los años que mi espíritu era dado
al infortunio, al amor y a la emoción.
A la luna inspiradora, le escribí
sutiles poemas a la vida y al amor.
Versifiqué con destreza y frenesí
a los ríos, los árboles y a la flor.
Pero los años, con sus vicisitudes,
sofocaron mi poética inspiración,
avivando en mis degradantes virtudes,
el desamor, fuente de mi inspiración.
La luna, que fue zarpada por el hombre,
dejó de ser mi mítica inspiradora,
los ríos intoxicados la hecatombe,
y mi inspiración se tornó desertora.
Los montes calcinados, negros desiertos,
causan sobresalto al más neurasténico.
Las grandes ciudades y pueblos, son guetos
de robos, y el hombre es un mal anémico.
nte tan infausto evento, mi demencia
desdibuja la auténtica realidad,
embruteciendo mi frágil existencia
con poemas sin alma, hechos con vaguedad.
Mis versos, son lágrimas con sentimiento,
gotas de sangre de un frágil corazón.
Son gritos de amor llevados por el viento
allá adonde aún hoy, vive mi leal pasión.
Si las circunstancias varían mi suerte,
La naturaleza transforma mi cuerpo.
Si polvo voy a ser, después de mi muerte,
¿Qué ápice me quedará después de muerto?
MI PENSAMIENTO
Vivo como la paloma perdida
en alto vuelo sin orientación.
Busco el rumbo a la dichosa guarida,
dónde aún palpita el dulce corazón
de aquella que me dio amor y vida.
Volando, agitado por la ventisca,
vuelo propulsado por la ilusión.
Y noche tras noche, en la oscuridad,
al abrigo de sueños engañosos,
vuelo sobre una nube de ansiedad,
para llegar donde besos son gozos,
y los rencores son hostilidad.
A mis brazos te entregaste llorando.
fui muy feliz, pero estaba soñando.
Te esperaré, como esperan las flores
al amanecer de la primavera,
para darte el amor de mis amores,
que llevo en mi sangre aventurera,
como prueba y premio de mis dolores.
TRA NAVIDAD EN MI ALCOBA
Otra noche sin luna ni estrellas,
recluido en mi alcoba solitaria
entre espectros de una vida muerta.
Todo es silencio en mi alcoba, abierta
a las penas; son solamente ellas
el ánimo a una vida precaria.
Mi alcoba es silencio nauseabundo
Qué humilla mi personalidad.
Una alcoba fría y tenebrosa
Donde la soledad perniciosa
Anubla mi vida en este mundo
Para conducirme a la irrealidad.
Mi alcoba es un mundo sin presencia,
Insegura, fría y silenciosa.
Tan sólo el quejido lastimoso
De un corazón frío y pesaroso,
Quebranta con su amarga dolencia
El frío silencio de mi alcoba.
En mi alcoba, no hay noche ni día.
No hay nada que me sirva calor.
Es una alcoba fría y siniestra,
Una tumba que sólo se presta
A sueños de amor en fantasía:
Una alcoba de muerte y dolor.
RECORDANDO EL PASADO
Deja que te recuerde en la distancia,
para que mis penas sean más leves.
Deja que se me acerque tu fragancia
para qué se me encurte la distancia,
y pueda así saber, cuánto padeces.
Deja que mi lamento llegue a ti
como llegan a mí tus aflicciones.
Deja amor mío, que perdure en mí
todo ese amor que por celos perdí,
aunque padezcan nuestros corazones.
Deja que nos invada la ignorancia
y se consuman nuestros resquemores,
para que toda ésta amarga distancia,
que nació del celo y la petulancia,
desemboque en la mar de los amores.
Deja amor mío, que exprese en mi poema
el dolor que invade mi corazón.
Mi vida sin tu amor es un dilema,
para un corazón que sufre de pena
por la distancia y falta de razón.
Que amor, amor mío, es ilimitado;
no tiene límites ni restricciones;
el amor que nos fuera consagrado,
jamás nos podrá ser arrebatado,
mientras palpiten nuestros corazones.
Unidos por Dios, dimos vida y amor,
a tres perlas creadas con sufrimiento.
Con esfuerzo y titánico valor,
creamos treinta y tres años de candor,
y en días, con nuestro temperamento,
olvidamos la promesa de amor.
Por ti amor mío, cuanto sufro y siento.
LLANTO NAVIDEÑO
Hay una estrella en el cielo brillando,
ésta fría noche de navidad,
y en mi corazón, hay tristeza y llanto
por mi desventura y mi soledad.
Suenan las campanas, comunicando
la llegada del Niño Redentor,
mientras en mi alcoba, llorando, canto
villancicos al Niño, por amor.
Oigo la diversión de mis vecinos,
propagando su virtuosa alegría,
mientras yo, descorcho recuerdos mohínos
del envase de mi melancolía.
De cuando en cuando, un extraño sonido,
sobresalta mi débil corazón,
pensando en algún sujeto querido,
que venga a apaciguar mi situación.
Ilusiones vanas de un amor, finado
por las manos de la fatalidad.
¡Cuán triste es, sentirte desamparado
ésta fría noche de navidad!
En mi alcoba, añorando mi pasado,
bebo la bilis de mi soledad,
con un brindis al poeta desgraciado,
en ésta desdichada navidad.
Brindo por vos, ¡Oh indigente errante!,
Por ti, ¡Oh hijo de la fatalidad!
Con la hiel que se extiende por mi sangre
En ésta desdichada navidad.
¿QUÉ BUSCAS CAMINANTE?
-¿Adónde vas caminante?
¿Qué buscas en tu camino?-
-Huyo del pueblo aberrante,
en busca de otro destino.-
-¿Qué queja tienes del pueblo
qué te diera pan y amor?-
-El pan, fue sólo consuelo
Y el amor, un desespero
que me arrastró al dolor.-
-¡Por lo que hablas, forastero,
te venció la cobardía!-
-Me venció el desespero
y aquél amor traicionero
que murió con mi alegría.-
-¿Adónde vas caminante?
¿Qué buscas en tu camino?-
-Busco la tierra distante
adónde vive mi amante,
señora de mi destino.-
-¿De qué amante estás hablando?
¿De algún amor encubierto?-
Aquél pobre hombre, llorando
me respondió: -voy buscando
la vida, después de muerto.
ue allá en un mundo distante,
dónde sólo hay paz y amor,
vive mi sagrada amante,
la mujer más abundante
en cariño, entrega y amor.-
-Y quién es esa mujer?
¿Dónde está?, ¿puedo saberlo?-
-Fue mi madre y mí valer,
quien me anunció al morir,
que me esperaba en el Cielo.-
-Bendito eres caminante,
ojalá puedas llegar
adónde puedas hallar
tu amada y deseada amante,
para a cara descubierta,
cantarle con voz de poeta,
Tu poema del caminante.-
DESTERRADO YO?... ¿POR QUÉ?
Desterrado sin un juicio objetivo,
de la tierra qué fuera mí querer,
me da nostalgia y pena dónde vivo.
Mi corazón lastimado y partido,
perdió la esperanza de allá volver.
Entre mis amores y amigos leales,
dejé la sospecha de mi pecado.
por la sospecha, madre de mis males,
y mi alegato con nobles ideales,
de mi amada Zamora fui expulsado.
Dura condena para un ser humano
que sólo esparciera amor y lealtad,
entre el noble y leal pueblo zamorano.
Me duele haber extendido mi mano
a quién me robara la dignidad.
Llegué a estas tierras ilusionado
en busca la fortuna y el amor,
pero aquí, solamente he encontrado
el desprecio, el infundio y el desamor.
trabajé desinteresadamente
por razones sociales conocidas;
sufrí por los dolores de la gente
Y alenté con ilusión muchas vidas.
Ayudé y defendí los marginados
trabajando para su integración;
estuve siempre con los apenados,
y doné a Zamora mi corazón.
Allá adónde vaya, haré saber
de vuestro sentimiento despiadado,
sin lastimar mí sincero querer
por la ciudad que tanto amo y he amado.
De ti, mi amada Zamora, diré
que fuiste placidez a mi dolor;
la feliz estancia, adónde encontré
el resquemor popular y el amor.
Fue contigo que aprendí a caminar
con desprendimiento, lealtad y honor,
llenando de bienes mi humilde hogar
con mi trabajo, libertad y amor.
Bendita seas tú, Zamora amada,
por lo mucho qué me diste y das ahora,
que aunque los miserables hagan gala
de su maldad, yo amaré Zamora.
INFUNDIOS POPULARES
Busco un lugar en ésta llanura,
dónde esconder mis penas mortales.
¡Cuánta desgracia!... ¡Cuánta perjura
lanzáis contra mis castos ideales!
Decís que soy un estafador;
que os engaño sin remordimiento;
que me doy con pasión al amor
y soy efímero como el viento.
Maldito sentido de maldad
de gente perversa y desjuiciada,
que dudan de mi moralidad
sin causa alguna justificada.
Me duelen estos juicios malvados,
porque soy una persona honrada.
¡Cuánta afrenta sufren los honrados
con el infundio de la palabra.
Llegué aquí muy ilusionado
buscando la fortuna y el amor,
pero aquí, solamente he encontrado
el desprecio, el infundio y el rencor.
Luché desinteresadamente
por causas por todos conocidas;
sufrí con las penas de la gente
y alenté con amor muchas vidas.
Luché y defendí los marginados,
trabajando por su integración,
os dejo mis poemas apenados
por el dolor de mi corazón.
Allá donde vaya, haré saber
de vuestro corazón despiadado,
sin mermar mí sincero querer
por la ciudad que tanto he amado.
De ti, amada Zamora, diré,
que fuiste sosiego a mi dolor,
Feliz estancia, donde encontré
La envidia popular y el amor
Contigo aprendí a caminar
Con formalidad, lealtad y honor,
Enriqueciendo mi humilde hogar
Con trabajo, libertad y amor.
Bendita seas Zamora amada
Por qué fuiste y lo que eres ahora.
Aunque los perversos hagan gala
De su maldad, yo amaré Zamora.
¿ES ESTO AMOR?
Cuando me acuesto, estoy pensando en ti;
durante la noche, sueño contigo;
despierto con tu imagen junto a mí,
y por el día, te tengo conmigo.
De noche y día te tengo conmigo.
Lo debo a este sufrimiento de amor.
Bendito sea este grato castigo
que mitiga mi salvaje dolor.
Eres mía, porque sueño contigo,
y porque soñando siento el calor
de tus besos, que aplacan mi castigo
y dan vida a mi romance de amor.
Si vivo es porque te tengo conmigo,
si sufro es porque me amarga el dolor.
Dime amor: ¿Sufriendo con tu castigo
puede el tiempo consumar este amor?
LA VENTURA DE SER AMADO
Bendita la ventura mía
por tener tu amor otro día
y ver tu corazón en candor.
Soy feliz por tu ardiente boca
que se vuelve ferviente y loca
con mis locos besos de amor.
Bendita tu limpia morada
que excita mi cuerpo con nada,
con esa dulzura y frescor,
que mi corazón exaltado,
soñando tenerte a su lado
tan sólo respira tu amor.
Porque eres así generosa,
mi vida se hace poderosa
ante el miedo a la soledad.
Porque soñando soy señor
de la grandeza de este amor
que vive por necesidad.
EVOCANDO UN AMOR MUERTO
Aquella tarde, cuando me abandonaste,
mi corazón se marchitó para siempre.
Dejé de ser aquél hombre complaciente,
aquél ser alegre que tanto admiraste.
Dejé de creer en la esencia de la vida,
que es el amor fecundado con amor,
para entregarme a la vil y presumida
forma de vivir sin juicio ni pudor.
Años pasaron, mi corazón invoca
aquellos años de nuestra convivencia,
aquél amor brotado de la inocencia,
aquella nuestra juventud viva y loca.
¿por qué el amor tiene que morir un día?
¿Por qué tengo que ser lo no haber sido,
si mi corazón siempre ha pertenecido
a tu vida y tu vida a mí alevosía?
Pasaron años, y mi mente despierta,
te recuerda a la sombra del desespero,
queriendo dar vida a una vida ya muerta,
queriendo renacer un amor ya muerto.
QUERIDA NOELIA
Emocionado, mi corazón se alteró,
abrasando con su pasión mi interior.
Una lágrima, sobre mí poema cayó,
recordándote en la distancia con amor.
Llorando besé tu foto, emocionado,
con la felicidad abrasando mi piel,
complaciéndome con tu sonriso abnegado
y tu dulce mirada de sabor a miel.
Gracias reina mía, por me haberes dado
tu afecto para calmar mí necesidad,
ahora, cuando mi corazón frágil y cansado,
ni evocaba, ni vivía la navidad.
Orgulloso, por la nieta, más agraciada
en belleza y nobles sentimientos humanos,
me siento alagado y feliz con tu consuelo,
prometiéndote que tendré ésta navidad
en mi recuerdo, a ti y a tu buena mamá
con el cariño, ternura y amor de un abuelo.
CONSCIENTE DE MI ALEVOSÍA
Me voy, sin saber adónde voy
y ni siquiera sé adónde ir;
y todo ello, porque adónde estoy,
mi corazón no puede vivir.
Me voy, sin saber qué voy buscando,
con ésta inesperada partida;
quizás piense silenciar mi llanto
allá, donde la dicha no es vida.
Me voy dejando tu corazón
vacío de pasión y alegría,
al saberme vacío de pasión
y consciente de mi alevosía.
Me voy buscando la soledad
y no huyendo de tu compañía,
porque siempre te amé de verdad,
aunque esclavo de mí alevosía.
MÍTICOS SUEÑOS
Mi llanto, es tan sólo mi desespero,
por no ser lo que debiera haber sido;
por no saber estimar lo que hoy quiero,
ni defender aquél amor perdido.
Halagado por amables recuerdos
Y dichosos sueños trasnochadores,
me ahogan de pánico miles miedos,
me excitan el alma, miles de amores.
Recibo tu desdén con rabia y pena,
por no saber lo que piensas y quieres;
si amor es eso, una ficción moderna,
¿Qué se puede esperar de las mujeres?
Dolido por el castigo del tiempo,
en mis sueños, doy vida a mi pasado.
Cuando el hambre, la lluvia, el frío y el viento
me agasajaban con el triste fado.
Callando mis penas con el amor
que aún subsiste en mi triste corazón,
en largas noches, calmo mi dolor
soñando con tu amor y tu perdón.
SÓLO TE PIDO AMOR
Tengo miedo, mucho miedo, saberte
alejada de mi nerviosa vida.
Miedo de tu orgullo, miedo a perderte
ante el depredador y su mentira.
Con mi grito, quiero romper el cielo,
adónde el amor medra y se propaga,
para que tu corazón pueda verlo,
y mi existencia se sienta halagada.
Con mi corazón por ti prisionero,
postrado a tus pies, apenado quiero
pedirte compasión por mi dolor.
Si eres humilde y tu soberbia vences,
No debes callar el amor que sientes,
Al hombre que sólo te pide amor.
DEJAD QUÉ ME MUERA
Dejad que me muera vagueando,
como vagué toda mi vida,
para callar el oscuro llanto
de una existencia malherida.
Dejad que muy plácidamente
me encuentre con la oscuridad,
para qué muriendo mi mente,
yo no pueda ver la eternidad.
Dejad que vaya lentamente
de vuestras mentes afligidas,
el poeta apasionado y ardiente
que escribió con letras vaídas.
Dejad que en esta helada noche,
me encuentre con la realidad
de ésta vida cruel y fantoche,
camino de la eternidad.
Dejad que muera en paz mi cuerpo,
para que mi alma tome vida,
allá donde el incierto es cierto
y la virtud, agradecida.
Dejad que me muera pensando,
para qué siga recordando
con llanto, mí sufrido amor.
ejad que naveguen conmigo
mis penas, angustias y llanto,
para qué soñando contigo,
allá muerte, te siga amando.
QUIERO SABER
Quiero saber, ¿Por qué es fuego el amor?
¿Por qué es sencillo siendo apasionado?
¿Por qué siendo cariñoso, es dolor
para el hombre que locamente ha amado?
¿Por qué hace sufrir a los corazones
enfermos por el mal de la pasión?
¿Ese amor cedido sin condiciones
que lleva el hombre a perder su razón?
Quiero saber, ¿Por qué siendo tu esclavo
dejaste que el destino depravado
me trajera a este mundo de dolor?
Quiero saber, ¿Por qué siendo bondad
me castigaste con la soledad,
sabiendo que mi vida es sólo amor?
NUESTRO ÚLTIMO ENCUENTRO
Aún siento en mis mejillas, el beso
que me diste aquella hermosa tarde.
Un saludo entre el valor y el miedo,
sólo eso. Un beso para el recuerdo,
recordando el amor y sosiego,
que yo destruyera con mi maldad.
Me preguntaste se aún recordaba
nuestra vida de amor tolerante;
te dije que el amor no se acaba,
si es puro y bello como el diamante.
Se ruborizó tu linda cara,
lloré de pena, em aquél instante.
Me di cuenta de tu agitación
y me sentí alabado con ello.
También tú, oíste mi corazón
latir inquieto. Todo fue bello,
todo pasó… una vaga ilusión.
Ya que amor, yo no puedo tenerlo,
Nos despedimos con un saludo,
sin entendernos nuestro dolor.
Por incapacidad quedé mudo,
por rencor, quedó ciego tu amor.
UN CANTO AL AMOR
¡Amor!... Palabra dulce y melodiosa.
Fantástica dicha al amanecer
de una unión, entre el hombre y la mujer.
Maravilla natural misteriosa.
¡Amor!... llama con luz viva y serena,
que excita el alma y calienta la sangre.
Volcán interior que tan sólo expande
pasión ardiente, que te embruja y quema.
¡Amor!... Oasis de apacibilidad,
de frescura, aliento, paz y consuelo,
de donde se alimenta el llano pueblo,
para vencer su agria necesidad.
¡Amor!... Estímulo para virtuosos,
para apasionados y los sensibles.
Bastón en vida, para los humildes,
Gracia de Dios para los venturosos.
¡Amor!... Feliz regalo del Señor
que excita la vida y le da ilusión.
Con el amor se excita el corazón
y se vence la maldad y el rencor.
Porque el amor es sosiego y vehemencia
que brota del hondo del corazón,
muy felices y afortunados son,
los que gozan del amor con prudencia.
EL EFÍMERO AYER
Acabo de llegar e ya el tiempo
Me hostiga con su recia autoridad.
Acabo de vivir mi mocedad
E ya la vejez en mi cuerpo siento.
Fue ayer cuando mis ojos se abrieron
para acoger el color de la vida.
Sin darme cuenta, pasó todo aprisa,
y los colores se me ennegrecieron.
Fue ayer, cuando mi vida era un sueño,
y mis sueños, un vergel halagüeño,
adónde disfrutaba con placer.
De ese ayer que el voraz tiempo llevó,
sin darme cuenta, sólo me quedó
el recuerdo de un efímero ayer.
¡SI YO PUDIERA!...
Si yo consiguiera hacerme valedor
De la infelicidad y la pobreza,
destruiría el poder y la riqueza,
las clases, la corrupción y el rencor.
Formaría ejércitos de hombres leales
al servicio de la justicia humana,
despojando del patrimonio y fama
aquellos que por bienes venden males.
Pondría en cada hogar moderación,
sensatez y responsabilidad.
Crearía la auténtica libertad
ajustada al orden y la razón.
Impondría al hombre el arte Divino,
haciéndole más hombre, y más humano.
Haría del prójimo nuestro hermano
y de la sensatez, nuestro camino.
Calmaría los rudos corazones
con la amarga y dolorosa poesía
de tantos poetas que el destino, un día,
los fusilara por sus convicciones.
Si yo consiguiera hacerme valedor
de tantos hermanos que mueren de hambre,
mi corazón, en ese alegre instante
alabaría a Dios por tanto amor.
LUCHANDO POR EL OLVIDO
Razón tengo para sentir afecto
Por ésta libertad halagadora,
ya que aunque viva sin amor ni techo,
me queda algo, que mi mente desflora.
Ya no siento en mi razón, el temor,
que andes buscando por ahí el placer.
Mis celos murieron con el amor,
que tú mataste, aquél amanecer.
Siento sí, una nostalgia contenida,
que castiga mi débil corazón,
con los recuerdos de una larga vida
de amor, felicidad y procreación.
Son recuerdos que en mi corazón guardo
sin rabia, sin hastío ni rencor,
para que no mueran en mi pasado
como murió aquél infausto amor.
UNA TRISTE HISTORIA DE AMOR
No sé si recuerdas. Estabas llorando
en el zaguán de aquella cafetería,
empapada hasta los huesos, ocultando
tu bello rostro, aquella tarde de aquél día.
Llovía torrencialmente y el frío, hería
la piel. Me acerqué a ti para ayudarte;
no lo sé si por maldad o cortesía,
te invité a que entraras a calentarte.
Tus mohínos ojos se clavaron en los míos,
mostrándome tu rabia, enojo y terror;
y todo ello, por los engaños sufridos
y de adulteradas promesas de amor.
-“No te asustes, sólo te quiero ayudar”-
te dije con fineza y formalidad;
y tú, tan sólo supiste susurrar,
que los hombres sólo tenemos maldad.
Fue entonces, que supe cuánto sufrías
por un pasado de infortunio y dolor,
descubriendo tus dolorosas desdichas
en tu profunda mirada de rencor.
Supe después, por qué fuiste desdichada
y de las tantas desgracias que sufriste,
por los abusos de un padre pederasta
y engaños de los amantes que tuviste.
Supe de ese pretendiente embaucador
que te obligó a abortar clandestinamente;
aborto furtivo que mató tu amor,
con la ablación y el rechazo de la gente.
¿Te acuerdas amor mío?... Ya años pasaron
desde aquél encuentro en la cafetería,
y nuestros corazones, como pactaron,
se siguen amando como el primer día.
-“No me recuerdes el pasado, amor mío,
y deja que siga viviendo, soñando.
Si tengo amor por todo cuanto he sufrido,
ayúdame a qué no siga recordando.-“
Me respondió ella con melancolía,
queriendo silenciar su dolor aún vivo.
“-Sí amor mío. Desde aquél mágico día
que soy inmensamente feliz contigo.
La vida tiene estas soberbias posturas
para suavizarnos el drama y el dolor;
fui la más desgraciada de las criaturas
y soy ahora, la más feliz, con tu amor.
Aquél día, querida, llovía fuerte
y el frío helaba la sangre de tus venas,
mientras yo, que acababa de conocerte,
me emborrachaba para esconder mis penas.
¿Por qué silenciar tu penoso pasado,
si fue él que te encaminó a mi guarida?
Deja que feliz, rememore a tu lado
aquél día húmedo y frío de tu vida.
Deja amor mío que el lejano dolor
se muera ahogado por mi felicidad,
para que los dos vivamos este amor
con júbilo, por toda la eternidad.
-“¡Que sí amor mío!... Callaré tu pasado
para qué no renazca en ti el dolor,
pero, deja que mientras viva a tu lado
ahogue tus tristes recuerdos con mi amor.”-
LO QUE HAY EN MI PUEBLO
En mi pueblo hay una fuente
que brota agua cristalina;
agua que bebe mi gente,
fuente que mi pueblo estima.
En mi pueblo hay un molino
que muele trigo y cebada,
y un lagar para hacer vino
con la uva de la parra.
En mi pueblo, hay poco más…
unos cuántos vegetales,
y ramoneando verás
unos cuantos animales.
En mi pueblo no hay doctor
ni cura para rezar.
Mi gente cura el dolor
con el vino del lagar.
En mi pueblo no hay enfado,
ni vicios que confesar;
llora, cuando canta el fado
y es feliz con su cantar.
De la harina del molino,
nace el pan para su mesa,
del lagar les brota el vino,
y del amor su riqueza
Pocos conocen mi pueblo,
adónde el sol marca el tiempo.
Donde el fado es su consuelo
y su esclavitud, tormento.
En mi pueblo hay una fuente
y unas casas con corral,
patrimonio de mi gente,
gente de mi Portugal.
NUESTRO VIAJE SIN REGRESO
Aquella tarde de un agosto caliente,
sin rumbo, salimos los dos mar adentro,
en busca de la felicidad ausente,
por no existir entre ambos, entendimiento.
Tu barca, pronto alcanzó el puerto deseado,
mientras yo… sigo remando sin saber
donde voy. En sueños estoy a tu lado,
y despierto, sólo deseo volver.
Miro el horizonte y se enfría mi mente,
al no ver más que la rabia misteriosa
de tu odio, hacia mi corazón indigente,
desde ese puerto, donde ahora vives dichosa.
Con mis manos firmes, sujeto mis remos,
ante la furia de las olas del mar;
cerrando mis llorosos ojos, enfermos,
en la soledad, me dejo naufragar.
Te fuiste como se van los encogidos,
vencidos por desasosiego al amor.
No te sirvieron mis angustiosos gritos
ni la dolorosa furia de mi amor.
Tomaste tu barca y te hiciste a la mar
en busca del puerto que tanto deseabas,
dejándome a la deriva, sin pensar
que el amor no muere en los apasionados.
Con tu desamparo encontré la razón
de mi nostalgia, de mi dolor y llanto,
para hacer navegable mi corazón
sobre esta brava mar, donde voy remando.
Que este amor que alimento en mi corazón,
muera conmigo en ese puerto lejano,
para qué en la eternidad, dé la razón
de este amor apasionado puritano.
MIS POBRES VERSOS
Cuantas veces, leyendo mis pobres versos,
me siento autor de algo disparatado.
Son un conjunto de extremos diversos,
engendrados por un poeta insensato.
Mis versos son fríos y pordioseros,
que conforman estrofas aburridas,
manchadas de sangre, por las heridas
abiertas por hábiles marrulleros.
Mis versos son tristezas, arropadas
por la autora de todas mis locuras,
son gritos por mis locas aventuras,
deambuladas en épocas pasadas.
Leyendo mis versos, me considero
un poeta sin arte ni vocación,
que escribe halagado por la pasión
de amar, con ansiedad y desespero.
Como hojas en otoño, desprendidas
por la fuerza del agitado viento,
son los versos que arranco de mi adentro,
que leyéndolos, curan mis heridas,
DONDE HAY AMOR, HAY PAZ
Adónde hay amor, hay felicidad.
Dónde existe sensatez hay ternura.
El amor es hijo de la bondad,
la tolerancia, hija de la cordura.
Si amor tienes, procura conservarlo,
alimentándolo con fe y lealtad.
Vale la pena sufrirlo y suportarlo,
si buscas en él tu felicidad.
Dónde hay amor vive la tolerancia
y germina en él la pura fragancia
que modera y sosiega la razón.
Donde hay amor, hay una paz inmensa,
hay una fuerza que une, tan intensa,
que exalta el alma y aviva el corazón.
DOS VIDAS AHOGADAS
Se rompen nuestras vidas sin pudor,
llenando nuestra existencia de penas,
sin darnos cuenta que donde hay amor,
no hay manera de romper sus cadenas.
En nuestras mentes, aquella ventura
de querernos con rigor y pasión,
yace inerte entre sombras de locura
en el hondo de nuestro corazón.
Todo fue sentimiento sin razón.
Muerto tu amor, se murió mi ilusión
de seguir remando sin tener mar.
Murieron en mí, pasiones y miedos
de todo aquello. Quedaron recuerdos,
tan sólo recuerdos para evocar.
LA CULPA NO FUE MÍA
¡Amor mío!... La culpa no fue mía.
Fue tu arrogancia, que sin compasión
jugó con mi inocente corazón,
posesa de la soberbia y la orgía.
Me tomaste como un juego cualquiera,
para satisfacer tus ansias locas;
después, sin darme cuenta, nuestras bocas
se dieron a la pasión traicionera.
¿Te acuerdas cariño, de aquél amor
que hicimos en aquél primer encuentro?
Excitados por el feliz momento,
callamos todo al nuestro derredor.
Mi corazón perdido en el vacío,
mientras gozaba con mi vil orgasmo,
latía alterado, al ver tu sarcasmo
simulando amor hacia este amor mío.
Procura ser feliz a tu manera
con esa libertad que tanto anhelas.
pero no vuelvas, deja que mis penas
mueran lejos de tu amistad fulera.
Aquél amor que en tiempos me brindabas,
murió ahogado por tu alevosía.
No comentes que la culpa fue mía,
ya que te fuiste, porque no me amabas.
LA SOLEDAD
Allá, adónde apenas mi vista alcanza,
vive soledad, hija del mutismo
y de la dañina desesperanza,
madre del terror y del fatalismo.
Viven en el alto de la montaña,
alejados del triunfo y de la fama;
sólo la tristeza les acompaña,
y la desgracia, su fiel cortesana.
Su hogar es un trozo de suciedad
que el tiempo construyó sin fraternidad.
Se alimenta de la necesidad
y tiene por amiga la ansiedad.
De noche, sólo la luz de la luna
alumbra su vida fría y callada;
durante el día, tiene la fortuna
de saborear su vida desahuciada.
Se emocionan las estrellas de pena,
por su melancolía e indigencia,
y hasta la luna, vive su problema,
escondiendo entre nubes su presencia.
Allá lejos, casi palpando el cielo,
vivo con mi penosa soledad,
muy lejos del mundo, para no verlo,
preso por el miedo y la cortedad.
LA BELLEZA INTERIOR
En algún lugar de Castilla, naciera
un hombre de nombre raro y raro tipo,
que por ser tan raro, por nombre tuviera
“RAREZAS,” aunque culpa suya no fuera,
haber nacido así de feo, y no bonito.
Tan feo era y por tan feo se tenía,
que le daba vergüenza andar por el pueblo,
pero cuando por necesidad salía,
entre sus dos manos su rostro escondía
con su triste mirada puesta en el suelo.
Una tarde, pastoreando su ganado,
tuvo la suerte, de sin ser visto ver,
una chica tomando el sol en el prado,
con su sugestivo cuerpo desnudado
y la expresiva seducción de una mujer.
Un largo rato la estuvo contemplando,
gozando del cuadro que se le ofrecía.
Con la ayuda de su mente, imaginando,
excitado, con su pene fue jugando,
sin retirar la vista de lo que veía.
Pasó buen rato con el falso placer
que producía aquél cuadro alucinador,
viendo la desnudez de aquella mujer,
exponiendo sus encantos, sin saber
que él estaba con ella, haciendo el amor.
Cual su asombro, al ver la chica levantarse,
y a paso lento, caminar a su encuentro.
Por vergüenza, se agachó para ocultarse,
mientras la afable chica, sin inmutarse,
al llegar junto a él, le preguntó sonriendo:
“-¿Por qué te escondes?, ¿Acaso eres miedoso?.
No temas. Tan sólo quiero hablar contigo.”
Recatado el chaval, escondió su rostro,
diciéndole: “perdona… pero tu modo…
no es normal para un tonto y monstruoso chico.”
“Desdichada es la forma en que vives, huyendo
de la vida y toda su felicidad.
¿Acaso la belleza es el elemento
que purifica y engrandece el pensamiento
o que personifique una sociedad?”
El muchacho emocionado y confundido,
con cierto reparo se fue levantando,
exhibiendo un rostro deforme y marchito.
“Como ves, soy muy feo… no soy bonito.”
dijo aturdido mientras se iba mostrando.
“No temas ni te exaltes por mi nudismo.
Al fin… ¿Qué ves?... Un cuerpo finalidad.
En cambio tú, eres la expresión del abismo
donde mi cuerpo aprende a verse a sí mismo
Enriqueciendo mi vida de humildad.”
“No pretendo desasosegar tu amor
que descansa feliz en la oscuridad,
solamente quiero aliviar tu dolor
mostrándote la imagen de mi interior
para qué valores tu felicidad.”
“Dichosa soy por servirte de consuelo
aunque gustaría servirte mejor.”
“No te preocupes, soy dichoso sin serlo
sintiendo el fuego del amor, sin tenerlo,
descubriendo la belleza del amor.”
“Te dejo pues, querido amigo pastor,
con mi moraleja por ti conocida:
no sufras porque no sepas el amor.
Puedes ser feliz y el placer es mayor
si amas tanto a los demás como a tu vida.”
Y aquella chica desnuda, se alejó
del triste y desafortunado pastor.
Con ella, la ilusión del chaval llevó,
con el triste RAREZAS, sólo quedó
La fragancia de aquél sueño, en su interior.
SIEMPRE SERÁS MI AMOR
Estoy esperando a que me abras tu vida,
para saber mi dura realidad.
No quiero pensarte como perdida,
porque te deseo con ansiedad.
Con mi llanto, quiero llegar al cielo
de los sueños imposibles. Tomar
del desamor, la facultad de amar,
para qué sientas mi amor sin tenerlo.
Con mi corazón por ti prisionero,
postrado a tus pies apenado, quiero
pedirte compasión por mi dolor.
Si eres humilde y tu soberbia vences,
no puedes callar el amor que sientes
dentro de ti, porque tú eres mi amor.
NOCHES DE AMOR
Siempre que miro al cielo en noches de luna,
Me acuerdo de aquellas noches estrelladas,
cuando los dos, paseando de manos dadas
al borde de aquella agradable laguna,
nos emocionábamos con tanto encanto.
¿Te acuerdas amor mío?... Nos quedábamos
mirando la limpia agua de la laguna,
donde plasmaba la romántica luna
nuestras siluetas. Nos excitaba tanto,
que al final, casi siempre, terminábamos
con nuestro loco amor, desafiando el cielo.
Aquella laguna, fuente de la vida,
era el edén de amor y tranquilidad,
donde reprimíamos nuestra ansiedad
con profundos besos y a la despedida,
bajo la luz de la romántica luna,
nos despedíamos de aquella laguna,
con el amor con que el amor crea vida.
LIBRES COMO EL VIENTO
Nos conocimos, cuando aún el tiempo
no computaba para nosotros.
Éramos simplemente unos locos
chiquillos, tan libres como el viento.
Nuestras mentes empequeñecidas
por la edad y nuestra inexperiencia,
evidenciaban nuestra inocencia
dando candidez a nuestras vidas.
Jugábamos al amor prohibido
sin saber lo que significaba;
era a mí, a quien siempre tocaba
jugar con tu cuerpo seducido.
Inocentes juegos al albor
de nuestra juventud zalamera,
que fueron abriendo la vereda
que nos llevara al cándido amor.
Jugábamos juegos de mayores,
deseando que nos corriera el tiempo,
sin pensar, que con cada momento,
morían nuestros ratos mejores.
El tiempo pasó y nos casamos,
y dimos vida a otras nuevas vidas,
con las dádivas y las premisas,
de aquél amor que ambos fabricamos.
Pasaron los años y con ellos,
se fue fortaleciendo ese amor,
que nasciera del juego, al albor
de una juventud llena de ensueños.
Nos conocimos cuando aún el tiempo
no interesaba para nosotros,
pero hoy, perseguimos como locos
volver a ser libres como el viento.
MORIR SOÑANDO
Dejad qué me muera soñando
como soñé toda mi vida,
para callar el agrio llanto
de una existencia malherida.
Dejad que muy tranquilamente
me encuentre con la oscuridad,
para qué muriendo, mi mente,
se encuentre con la eternidad.
Dejad que vaya lentamente
de vuestras mentes afligidas,
el hombre apasionado y ardiente,
que os escribe tiernas poesías.
Dejad que con mi fe, soñando,
me encuentre con la realidad,
para qué, mientras voy andando,
vaya haciendo mi eternidad.
Dejad que muera en paz mi cuerpo
para qué mi alma tome vida
allá donde el incierto es cierto
y la muerte innova la vida.
POR AMARTE TANTO
Por amarte tanto, mi corazón
quemó mi mente con fuego de celos;
agravios que no quisiera tenerlos,
férreo reto de tu injusta traición.
Por amarte tanto, soy apocado
ante tus amenazas y arrogancia;
porque pienso que amor es tolerancia
y la aversión, amor enmascarado.
Por amarte tanto, sufro y tolero
tus impertinencias con desespero,
avasallado por mi loco amor.
Callo mis penas, silencio mi llanto,
porque soy feliz amándote tanto,
aunque me aleje de ti, tu rencor.
EL DÍA QUE ME LLAMASTE
Me llamaste y fui a verte.
¡Cual dicha mía, amor mío!
al ser feliz, por tenerte
eternamente conmigo.
Me buscaste y te encontré,
y ambos fuimos muy dichosos.
Con tu corazón lloré,
por ti, lloraron mis ojos.
No sabía se soñaba
o se había enloquecido;
sólo sé que consolaba
verte y tenerte conmigo.
¡Cuán grandioso es el amor
cuando deseas tenerlo!
Con tu encuentro, mi dolor
se hizo agradable consuelo.
EN BUSCA DE TU AMOR
Subí al alto de la colina,
aquella tarde placentera,
en busca de aquella que fuera
el único amor de mi vida.
Apenas una sombra al lejos,
a mucha pena distinguía.
Una vaga ilusión baldía,
qué adulteraba mis deseos.
Violé el silencio, gritando
su nombre con gran energía,
pero el eco, me devolvía
su nombre con ritmo de llanto.
Bajé la colina llorando,
muy triste por no encontrarte,
con fe, en que en alguna parte
te encontraría, caminando.
No volví más a esa colina
por nostalgia, orgullo y temor;
con miedo a tu fallido amor
y por mucho miedo a ti misma.
Todos días, por la mañana,
en busca de ese amor perdido,
miro ese monte del olvido
desde el hueco de mi ventana.
En sueños te llamo aturdido
por tus gemidos de dolor,
que vuelan cargados de amor
en ese monte del olvido.
Convencido de mi destino,
ya no doy a mis sueños vida,
sólo tristeza en mi alma anida
por haber hecho este camino.
Amargado por el dolor
de no sentir en mí tu estima,
maldigo esa aciaga colina
donde te escondes de mi amor.
Porque te escondes, mi alma gana
el consuelo de la aflicción,
que va ahogando mi corazón
mientras miro por mi ventana.
Subí aquél monte del dolor
con la ilusión de estar contigo,
pero tu odio como castigo,
cegó mis deseos de amor.
En vano te sigo buscando
por esa colina lejana,
con poemas desde mi ventana,
que en silencio te voy cantando.
E DIRÉ CON ESTE POEMA
Deja que con este poema diga,
lo cuanto mi corazón aspira,
cuanto mi vida por ti mendiga
y cuanto mi alma por ti suspira.
Mi corazón es un torbellino
de pensamientos provocadores,
tentando descubrir mi destino
en la maraña de tus amores.
Te escabullas de mí sin razones,
alegando mis impertinencias
hacia ti; aludiendo mis traiciones
de amor, con fingidas evidencias.
Convencido de que tu intención
no es ni será olvidar mi existencia,
sigo animando mi corazón
a amarte, aun sin tener tu presencia
Deja que te diga con mi poema
lo cuanto estoy sufriendo por ti,
para que tu vehemencia enferma
no rechace este amor que hay en mí.
No pretendo que vengas llorando
con sensiblería y contrición.
Sólo te pido, ahogues este llanto
que amaga mi pobre corazón.
Mi espíritu, hostil conmigo mismo,
se bate al hilo de sus deseos;
tu desamor y mi pesimismo
son la causa de mis devaneos.
Te pregunto amor: ¿No es convincente
este querer hecho sin traición?
Siendo así, deja que mi amor entre
en tu fascinante corazón.
Deja amor mío que con el tiempo,
se fortalezca este amor en pena,
para qué renazca el sentimiento
que pide este apasionado poema.
POR LOS SENDEROS DE VALORIO
Paseaba en silencio, Valorio adentro,
aquella mañana de primavera,
entretenido con mi pensamiento,
dando vida a alguna absurda quimera.
De la sabia y humilde naturaleza,
gozaba feliz, aquella mañana,
respirando la peculiar pureza
del aire y sublimidad zamorana.
Entre la espesura de su arboleda,
la luz solar entraba en la alameda,
formando un tapiz de luz y frescor.
El silencio y armonía del lugar
inspiraban mi mente, para idear
apasionadas poesías de amor.
LA CATEDRAL DE ZAMORA
Baluarte de una ciudad olvidada,
durmiendo a orillas del mítico Duero.
Entre murallas y el crucial recuerdo
de una épica crónica apasionada
que quiso Dios, fuera tierra sagrada
para un pueblo que admiro y venero.
San Atilano desde su obispado
dijo: “ésta es la casa de mí Señor
que a través de los siglos, con fervor,
el noble zamorano bien amado,
honrará con su fe y sagaz valor
su Dios, por todo aquello que le ha dado.”
Templo de Dios al zamorano dado
Para su gloria y orgullo personal,
Donde el arte románico, tallado
Por las manos del castellano leal,
Expone la fe de un pueblo afamado
Por sus murallas y su catedral.
OFRENDA NUPCIAL
Dejad hijos míos, que en la distancia
del tiempo, ya por mí caminado,
os muestre el sendero a caminar,
para que ambos podáis alcanzar
la agradable y apreciada fragancia
de un mañana fausto y sosegado.
Que se rompan silencios absurdos
y, se ahoguen las rabias contenidas
en tiempos de vuestras largas vidas.
Sea vuestra virtud la paciencia,
librando el silencio de los sordos
con gestos y palabras tranquilas.
Qué florezca en vuestros corazones
el honor del auténtico amor,
para qué alcancéis la sencillez
como apoyo y pudor a la vez.
Para que en vuestro lar, las pasiones
sean paz y amor sin condiciones.
Que se feliz soy por veros felices,
más feliz seré veros caminar
hacia al fin, a paso placentero.
Sabiendo que no hay mejor sendero
para conservar vivas las raíces
de aquellos que os enseñaron a amar.
Llenando vuestro hogar de luz y calor
para que seáis sumamente dichosos,
en los momentos felices y hermosos
que florezcan de una cálida brisa
al amparo de vuestro ardiente amor.
PLEGARIA DE UNA MADRE
¡Dios mío!....
Soy tan humilde, que tan sólo sé rezar.
Me siento tan poca cosa ante tu grandeza,
que humildemente, ante Ti pongo mi vileza,
con mi sufrimiento y mi manera de amar.
Porque todo ves, debes recordar Señor
Cuando aquella mañana terrible y fatal,
Tuve que ingresar urgente en el hospital
Por las contracciones mezcladas con dolor.
¡Mezcla del dolor humano con el sublime!
El sublime, era la dulce y feliz espera
que compensa los dolores de la primera
y a la alma coraje y sacrificio le imprime.
Por voluntad Tuya, mi amado y gran Señor,
una madrugada llegó el dulce momento;
momento anhelado que se volvió tormento
para mi vida afectada por el dolor.
-¡Cálmate mi vida!... Será como querías.-
Dijo mi marido para darme consuelo.
-Será una niña muy agraciada y buena.
¡Verás!... Será tan guapa y lista nuestra nena,
que dirán haber nascido un Ángel del Cielo,
Y te hará muy feliz el resto de tus días.
Tengo miedo.- Balbuceé, -¿No has oído el doctor?
¡Qué es imprescindible practicar la cesárea!
Hay mucho riesgo cariño, por eso temo.-
-¡Olvida!...- contestó el marido, -el enfermo
no debe ser así. Busca esa extraordinaria
confianza, que siempre tuviste en el Señor.-
¡Y fue así Dios mío!.... ¡Lo mal que lo pasé!
¿Y quién soy yo para juzgar las circunstancias?
¡Pero!... ¿Te acuerdas Señor de la negligencia?
Cuando cambiaban de guardia, la mi presencia
no ha agradado al doctor. ¡Pero… sin jactancia!...
Si llegué a aquella hora, ¿Por qué?... Yo no lo sé.
La naturaleza nunca supo de horarios.
Nuestros cuerpos no son objetos programados.
¡En fin!... En tu Divina Omnipotencia están
todas esas horas que de mí no se van.
Momentos dolorosos de miedo cargados.
Terror crispado en mis juicios estrafalarios.
Y llegué a ver esos fórceps, que aplastaron
la frágil cabecita de dulce criatura.
Observé con pena sus sienes magullados;
sus macabros ojitos de sangre inundados.
desde entonces, sus ojos son magulladura
de esos fórceps, que marginada la dejaron.
Después de cinco años, ¡Qué bueno eres Dios mío!...
¡Cuando quieres, haces prodigiosos milagros!
Empezó mi niña a andar. ¿Gran felicidad
floreció en mi hogar. Sólo tu grandiosidad
permite que esto suceda. ¡Que buenos ratos
nos hizo pasar de buena dicha, este crío!...
Pero un día, Tú has querido mi buen Señor,
que volviera el dolor y tristeza a mi hogar.
Mi niño, por lo que fuera, volvió a ser
aquél cuerpo inactivo que fuera al nacer,
cuando disfrutaba feliz, presto a alcanzar
la gloria y el placer de descubrir el amor.
Entre médico y médico, fuimos gastando
todo cuanto teníamos, dinero y amor.
La sociedad no ha dejado abandonados
con un ser querido, destrozado en nuestros brazos,
sin más esperanza que tu bondad, ¡Señor!...
De rodillas te pido que escuches mi llanto.
Que se callen Señor, de hablar de los excluidos,
los médicos, políticos y sociedad.
Que se callen todos, que me provocan tedio.
Tú Señor, sólo Tú podrás darme el remedio.
Porque solamente Tú encarnas la verdad,
tan sólo Tú mi Señor, puedes ayudarnos.
Si es voluntad tuya que así sea la vida
de mi niño, acepto tu santa voluntad.
¡Pero… Señor!... Inspira nuestros dirigentes
para que este niño y tantos inocentes
alcancen su integración en la sociedad
para que su existencia sea humana y digna.
Que Tú mi Señor, sabes bien de mi dolor.
Rogándote tu perdón sin haber pecado,
no dejes Señor que la fe que tengo en Ti,
la pierda, por confirmar que no estás en mí,
sólo porque mi niño fuera condenado
antes de mi parto de sufrimiento y amor.
MI SONATA AL DESPERTAR
Con evocarte, no adelanto nada.
Será una apetencia sin paladar.
Prefiero cantarte una serenata
para conmocionar tu despertar.
Aquella serenata inoportuna
al despertarse de un sereno sueño,
ante la paz de la luciente luna
al amanecer de un día halagüeño.
Aquella serenata cadenciosa
que te hacía sonreír tiernamente
oculta atrás de la cortina rosa,
qué escondía tu cuerpo incandescente.
Evocándote no adelanto nada.
Yo sé que no me quieres recordar.
Escucha al menos ésta serenata,
ahora, cuando acabas de despertar.
ME DUELE EN EL ALMA
Veo consumiéndose mi vida
minada por falta de amor.
Distraigo y consuelo mi dolor
con la reminiscencia perdida
de una infancia forjada al albor
del hambre y de la guerra suicida.
Me acuerdo de mis manos sangrando
Cubiertas por crueles sabañones,
Y mis sensibles pies agrietando
Por atajuelos sin ilusiones,
por donde camino, pero no ando,
Señalado por mis convicciones.
Recuerdo mis amigos de infancia,
Jugando sin peonza ni balón;
Aquella niñez sin abundancia
Vagando influido por la ilusión
Supeditado a la intolerancia
De un mundo sin fe ni corazón.
QUERIENDO VOLAR
Estoy queriendo volar entre nubes,
para huir de mis locas extravagancias,
que hicieron desordenarse mi vida,
pero no vuelo. Mi mente enfermiza,
deambula soñando entre rocas y urces,
sitiada por oscuras circunstancias
de una existencia ilusoria, por vida.
Estoy queriendo volar y no vuelo.
Me sostiene aprisionado el recuerdo
de aquél amor intenso fracasado;
de aquél amor que fuera de mi lado
sin dejarme una frase de consuelo.
Me oprime su desprecio y su secreto
Que la llevó a haberme abandonado.
Estoy queriendo volar y no vuelo,
sujeto a este madero de la vida,
atado por macabros pensamientos
que castigan mi tiempo con tormentos.
Caduco, quiero morir y no muero,
con el propósito de dar salida
a mi vida, mis penas y lamentos.
estoy queriendo volar y no vuelo
atado a ese amor de mi juventud,
que fuera el promotor de estas cadenas
que me atan y martirizan mi cuerpo
con la sangre que corre por mis venas.
Estoy queriendo volar y no vuelo
atado al madero de mi dolor,
sin fe en el tiempo, veo la ilusión
corriendo junto a ésta fría prisión,
y la sombra de mi grito “me muero”
bajo el mando oscuro de aquél amor
que se fue un día de mi corazón.
NOSTALGIAS POR MI AMADA CIUDAD
Desterrado sin un juicio objetivo,
de la tierra que me viera crecer,
la recuerdo con pena, donde vivo,
con el pesar por un amor perdido,
sin la esperanza de poder volver.
Entre mis amores y amigos leales,
dejé la sospecha de mi pecado,
por las patrañas, madre de mis males,
y la falsedad de amigos chacales,
de mi amada Zamora, fui expulsado.
Dura condena para un ser humano
que sólo esparciera amor y lealtad
entre el noble y leal pueblo zamorano.
Lo siento, haber extendido mi mano
a quién mi robara la dignidad.
Entre nostalgias, en mi soledad,
deambulo con mi mente en lo ancestral,
queriendo olvidar la envidia y maldad
de la gente de mi amada ciudad,
desde algún rincón de mi Portugal.
Ruego a dios que en mi peregrinación
hacia el mundo de la fraternidad,
descanse mi apenado corazón
en la tierra qué me diera ilusión
para gloria y honor de mi dignidad.
Que si tal justicia a mi vida llega,
dichoso seré en la eternidad.
¿Qué mejor luz para una vida ciega,
qué sentir, oler y palpar la entrega
de mi Zamora, por mi dignidad?
SUEÑOS MORIBUNDOS
En sueños, te sigo recordando,
con nostalgia, pena y gran anhelo.
Despierto, te sigo rechazando
por tu desprecio a mi ingenuo llanto
que da vida a un amor, sin tenerlo.
Es duro y frío tu corazón
para no percibir mi clamor.
¡Que no soy yo!... Es mi condición,
quién te pide humildad y perdón,
para qué subsista nuestro amor.
Te evades de mi amor con la excusa
de qué necesitas meditar,
pero yo sé, que tu egoísta repulsa
se debe a tu maldita locura
por otro amor, en otro lugar.
Por ello te sigo recordando
en dulces sueños envenenados,
para durante el día, aun odiando,
vivir aquél amor, aun soñando,
entre dos corazones rehusados.
Te fuiste escondiendo tu dolor
entre equivocadas ilusiones,
pensando que el fuente del amor
estaba en el placer. ¡Cual error
lo tuyo, con tus estimaciones.
Dime insensata, ¿Qué pretendías?
encontrar en un cándido amor?
¿El vicio licencioso?... Sabías
que abomino las tontas orgías
y el placer que produce dolor.
No imagino el hombre con quien vives.
Puede ser alto, bello y señor
de bienes, pero jamás consigues
sacar de él los momentos felices
que produce el auténtico amor.
Que amor de placeres halagüeños,
está conmigo en mis dulces sueños.
SEMBRADOS DE PASIONES
Aún joven, planté en mi corazón
el árbol del placer y de la vida.
Con el tiempo, el exceso dio razón
a una existencia entregue con pasión
al vicio y diversión descomedida.
Me enseñaron, cuando pequeño, a amar,
a ser sensato, humilde y moderado,
pero el tiempo y las ansias de llegar
a ser libre, para poder gozar,
me llevaron a olvidar mi pasado.
Cuando mayor, con la mente excitada
por la fuerza, el deseo y la condición,
busqué en sigilo la ocasión adecuada,
para ser feliz con la ilusión dada
al gozo pasional, que es todo y nada.
Con este todo y nada, fue mi vida
perdiendo carácter y fantasía
entre desengaños y la temida
enfermedad del amor, que es guarida
de la discordia, el odio y la armonía.
Ya mayor, mis ojos no pueden ver
los sentimientos faltos de pudor.
Débil mi corazón para absorber
los placenteros recuerdos de ayer,
los vivo, pero sin pasión de amor.
El árbol del deseo y de la vida
que plantara en mi joven corazón,
se secó, como la rama florida
que llegado el otoño se marchita,
así murió mi débil ilusión.
EVOCACIONES INFANTILES
Ahora, cuando estoy cerca de la cima,
recuerdo con nostalgia aquél pasado,
aquella afectuosa infancia a tu lado,
cuando entre los dos, sólo había estima.
Aún recuerdo aquél cántico armonioso
loando la tabla de multiplicar,
y el júbilo de ambos, en el espacioso
huerto, dónde aprendíamos a amar.
Por la tarde, de regreso al hogar,
de manos dadas y como paseando,
volvíamos a casa suspirando
por volver a aquél hermoso lugar.
Los años fueron pasando, y un buen día,
por inocencia o falsa vocación,
interrumpimos nuestra relación,
porque la vida así nos imponía.
Habíamos hecho el curso primario
y las circunstancias nos separaron,
a mí, me ingresaron en un seminario
y a ti, otras amistades te buscaron.
En el día anterior a mi partida,
nos encontramos los dos en secreto
en aquél callejón oscuro y estrecho
que unía tu residencia a la mía.
¿Te acuerdas reina mía del momento?
sin saber, llorábamos de dolor,
jurándonos por vida un leal amor
sin darnos cuenta del rigor del tiempo.
Pasó mucho tiempo desde aquél día
de la despedida en el callejón,
pero aun hoy, en mi triste corazón,
vive esa aventura de fantasía.
No sé dónde estás o se acaso vives,
si tu corazón recuerda ésta historia,
sólo sé que en mi precaria memoria,
aún subsiste aquél amor con sus raíces.
LA CALLE SANTA CLARA
Aún recuerdo y quiero recordar,
su belleza en los años sesenta;
paseo desnudo de arboleda,
con un tapiz de piedra cenicienta
y escaparates de gran belleza
que daban salero a aquél lugar.
Vitrinas con el arte moderno,
sin rejas, altivas y orgullosas,
mostrando bizarras, la manera
de entusiasmar a las vanidosas
con modelos para primavera,
para el verano, otoño o el invierno.
Sus frontispicios, con decorados
de prominencia en piedra caliza,
hacen gala de una calle real,
donde el pueblo pasea sin prisa,
gozando su aroma natural
con sus parientes más allegados.
Hoy como ayer, Santa Clara ostenta
el paso habitual de caminantes
en domingos y al atardecer,
aunque ya no se perciba como antes
la publicidad del mercader
ni la placidez de los sesenta.
Cuando mi mente con pena, aflora
esa calle de hermosos recuerdos,
presiento en mi interior sus ternuras
añorando saber los secretos
de aquellas negras piedras desnudas
que fueron historia de Zamora.
EN BUSCA DEL SEÑOR
Me pediste para qué te llevara
a la montaña más alta del mundo,
para acercarte a Dios Nuestro señor.
También me pediste que te enseñara
ese cándido lugar tan profundo
donde residen la paz y el amor.
Te dije, que la estancia del señor,
no se encontraba en las grandes alturas;
que lo buscaras con mucho fervor
entre la humildad de las llanuras,
donde nace, crece y muere el amor,
amparado por Dios en las alturas.
Se encuentras en ti la fe necesaria,
en ella encontrarás tu Dios Señor.
Pues en ella, reside la bonanza.
En esa llanura de paz y amor
donde la quietud es su iluminaria,
encontrarás a Dios con su templanza.
Ahora, que sabea dónde está el Señor,
y donde reside la paz que buscas,
no mires al cielo para encontrarlo.
Abre tu mente con mucho fervor
hacia allá, adónde anidan tus dudas,
y encontrarás tu Señor para amarlo.
DEJA AMOR MÍO QUE SUEÑE
El loco amor que dentro de mí siento,
no lo mueve la sangre de mis venas.
Lo mueve mi constante pensamiento
sometido a sus dóciles cadenas.
Deja amor mío que vean mis ojos
el brillar profundo de tu mirada,
para así, saborear sus deleitosos
placeres, con mi alma a ti encadenada.
Deja que soñando viva contigo
y en sueños pueda sentir el placer
de tus cadenas como tu castigo
atraído por tu encanto de mujer.
Deja amor, que sea mío tu amor,
y este amor se fortalezca en tu pecho,
para qué pueda vivir con ardor
el éxtasis de tu orgasmo en mi lecho.
TODOS LOS DÍAS
Todos los días, busco en mí interior
El mejor afecto que llevo dentro,
Para purificar mi pensamiento
Y fortalecer mi fuente de amor.
Despierto por la mañana, pensando
Que vivo el amor por necesidad,
Sin darme cuenta que felicidad,
Es el placer de convivir amando.
Amando con la mente casta y sana,
El corazón se purifica y gana
Poder sobre tristezas y alegrías.
Porque pienso que mi felicidad,
Es producto de mi necesidad,
Busco ansioso el amor todos los días.
EXTRAÑA NOCHE
¡Extraña noche
aquella noche de luna llena!...
a la orilla de aquél riachuelo
que atraviesa tu bonito pueblo,
En tus brazos lloraba de pena.
Lloraba mi alma de desconsuelo.
¡Extraña noche!...
Porque el cariño que me brindabas,
carecía de lealtad y amor.
Era apenas vulgar amistad,
que intencionadamente me dabas,
con tu hábil seducción, sin pudor.
¡Extraña noche!...
Aquella noche de despedida
a la orilla de aquél riachuelo
que atraviesa tu bonito pueblo.
Te anuncié mi apenada partida,
y tú… no mostraste desconsuelo.
¡Extraña noche!...
Por sentir en mis labios tus besos
faltos de ternura y compasión.
Por el dolor de mi corazón
asfixiado por sueños perversos,
movidos por tu ciega traición.
¡Extraña noche
aquella noche de luna llena
junto aquél apacible riachuelo!
Te decía adiós mirando al cielo.
Viendo como la luna, por pena,
lloraba la angustia de este poeta.
¡Extraña noche
la macabra noche de aquél día!...
Yo queriendo ganar tu perdón
con mi sencillez y simpatía,
y tú, con tu tonta rebeldía,
hundiendo mi estoico corazón.
¡Extraña noche
aquella noche de desespero!...
Ambos sufrimos, por la arrogancia
del destino y de tu orgullo fiero.
Desde aquella noche, aquél riachuelo
que atraviesa tu bonito pueblo,
no deja de llenar de fragancia,
mis sueños con la mujer que quiero.
SOÑANDO QUE VIVO EL AMOR
Reconozco que soñando despierto,
descubro la magia del pensamiento;
Vagueando lúcido fuera del tiempo
elaboro un futuro adverso e incierto.
Me apodero del sillón del poder,
propago la justicia por el pueblo.
A los desamparados doy consuelo
y a los burdos les inculco el saber.
Ordeno y me escuchan los prepotentes
que dejan con humildad su sillón,
abriendo a los pobres su corazón
con donaciones y acciones conscientes.
Enseño en las escuelas con maestría
el arte de amar con todo rigor;
la universal materia del amor
y el arte de vivir en armonía.
Enseño a todo mundo a comprender
que ésta vida es sólo un procedimiento
nutrido por la circunstancia y el tiempo,
condenada en el tiempo a perecer.
Cuánto hago yo con mi imaginación!...
Son sueños cautivos de mi deseo;
son ilusiones, con las que recreo
mi exaltado y sensible corazón.
Seguiré soñando, aunque mi dolor
Amague llevarme a la realidad.
¿No son los sueños una ambigüedad?
¿No es trágico un corazón sin amor?
CONFORMADO CON MI DESTINO
La niebla oscurecía el día.
El día convidaba al fuego.
Mi alma en silencio, padecía
el frío que tu alma expandía
hacía mi corazón acerbo.
Consuelo busqué a mis penas,
mis penas no me abandonaron;
helada la sangre en mis venas
por la fría noche y mis penas,
mis ojos por amor, lloraron.
Después de tanto caminar,
huyendo del recuerdo y de ti,
miro al cielo, y para callar
pregunto: ¿Por qué te perdí?
Subsistiendo, sin ambiciones,
viajo al abrigo de mi suerte,
dejando morir mis pasiones
con mis seniles ilusiones
en la antesala de la muerte.
Con tu irreflexivo castigo,
no hago ni deshago camino.
Andando, me hago peregrino,
conformado con mi destino,
amando sin estar contigo.
LLANTOS DEL TIEMPO
Dejé el hogar más hermoso, buscando
la plácida libertad, que no existe.
Huyendo de mi hogar, fui encontrando
la senda de mi vida amarga y triste.
Los días desde entonces, son derroches
de vagas esperanzas e ilusiones,
que alargan al infinito las noches
entre remordimientos y aflicciones.
Ahora, cuando soy tronco envejecido,
por la nefasta vida que he vivido,
me entrego al rigor y ley de la vida,
Recordando aquél amor de mi infancia
qué me hiciera feliz en la ignorancia,
con mi imaginación atrevida
EVOCANDO UNA VIDA
Ahora cuando el tiempo me hizo desdichado,
tengo en la soledad un dulce consuelo,
el recuerdo de un amor, que sin tenerlo,
convive imaginariamente a mi lado.
Como la hiel, qué amarga sin compasión,
la nostalgia agria y envenena mi vida.
Como hoja en otoño que cae desprendida,
se va enmustiando mi débil corazón.
Fui manantial limpio y genuino en mi infancia,
en riachuelo me torné en mi juventud,
arrastrando en mi caudal esa virtud,
de amor, humildad, nobleza y tolerancia.
Sobre las tenues aguas de mi riachuelo
navegaron miles sueños e ilusiones:
una juventud cargada de pasiones
y un loco amor que no volveré a tenerlo.
Entre espesos bosques y abruptas montañas
mi riachuelo peregrinó diestramente,
salvando despropósitos de la gente,
echados a mi riachuelo, con patrañas.
Cuando lago transparente y esplendoroso
soñé llegar a ser un día, la mar.
Y así soñando, he podido consumar
el idilio más sublime y majestuoso.
Siendo lago, tuve aliento procreador,
creando tres cisnes con amor y lealtad;
fue así, con inmensa docilidad,
que mi lago pudo tener paz y amor.
Porque el destino así lo determinó,
un día, mis cisnes y mi gran amor
se fueron de mí, en busca de algo mejor.
Y mi lago de tristeza, se secó.
Fui manantial en mi infancia tan lejana.
En mi juventud fui un feliz riachuelo.
Fui lago, tuve cisnes y un amor bello
pero todo se disipó… una mañana.
Dejaré que el tiempo mate mi ansiedad
y la esperanza me dé vida y sosiego,
para seguir luchando con mi recuerdo
por el amor que me dio felicidad.
Fui tronco lleno de vida y gran fulgor,
que ignoró el tiempo que pasó corriendo.
Sólo ahora, cuando me veo extinguiendo,
recuerdo llorando aquél mi gran amor.
¿ADÓNDE ESTÁ ESE AMOR TUYO?
Dime, ¿Dónde está aquél amor
qué hizo unir nuestros corazones,
para qué llenes de dolor
mi alma, sin darme explicaciones?
¿Y dónde está, mi bien amada,
tu loada humildad de mujer?
¿Tu don de mujer abnegada,
que tan sólo daba querer?
Dime, ¿Dónde está amada mía
aquél dulce encanto agraciado?
¿Aquél cariño en plena orgía
brotado de un amor sagrado?
Dime reina mi bien amada,
¿Dónde está aquella tu dulzura,
que de tu inocencia brotaba
Con sinceridad y ternura?
Sufro por ambos, amor mío.
Por aquél amor que tuvieras
y que ahogaras por tu albedrío,
por mis desaires y quimeras.
Y ahora, los dos arrepentidos,
lloramos ese amor perdido,
de dos corazones, partidos
por un amor mal concebido.
Vereda arriba, caminando,
sin saber adónde llegar,
destierro mi amor con mi llanto
dudando si llegué a amar.
PUÑALES HUMANOS
Caminaba por mi sendero,
tentando encontrar mi destino,
sufriendo el frío mañanero,
que hiela el pensamiento primero,
y después, te enfría el camino.
Extenuado de tanto andar
y sediento de comprensión,
sentí ganas de regresar
allá, donde tuve mi hogar
y aún lo tengo en mi corazón.
Crueles puñales me retaban,
amenazando mi existencia,
de enemigos qué disfrutaban,
con la fobia que alimentaban,
su vil egoísmo y prepotencia.
Los puñales qué me apuntaban,
cerraban paso a mi camino;
las piedras que mis pies pisaban
en blandas carnes se incrustaban
enredando más mi destino.
Quiso Dios que el Sol emanara
sus rayos, sobre mi camino,
y con su fulgor encontrara,
otra senda que me llevara
a mi verdadero destino.
Atrás, enojado dejé,
puñales e infames traiciones,
una mujer que tanto amé,
una ciudad por quién luché,
y por muchas otras pasiones.
Volando lleno de ilusión
a otros lugares alejados,
procuro olvidar la razón
del llanto de mi corazón,
y el castigo por mis pecados.
Ahora, lejos de ese sendero,
cuando soy apenas sustancia
caduca, guío mi velero
por el camino verdadero
con sensatez y tolerancia.
Que con la fe y la esperanza,
mi caminar hace camino,
brindando amor a la venganza,
ofreciendo mi pecho a lanza
de enemigo y de mi destino.
VALONGO… TIERRA ADÓNDE NASCÍ
Valongo, de encanto y bondad;
Jovial y lleno de fragancia,
Fuera él cuna de mi infancia
Y tutor de mi mocedad.
Florecen en sus matorrales
Los claveles esplendorosos,
Y junto a senderos sinuosos,
Brotan los limpios manantiales.
Mi pueblo es recato y belleza
Que reseñan su identidad,
Exponiendo con vanidad
La auténtica alma portuguesa.
Honor, trabajo y patriotismo,
Fue su lema reconocido
Que enaltece un pueblo fornido
Por el trabajo y su estoicismo.
¡Oh gente de amor y ternura!...
¡De hospitalidad generosa!...
Dejad que mi voz vanidosa
Lleve al mundo vuestra hermosura.
Es con mucho orgullo e ilusión
Que escribo estos versos fogosos
Para mis paisanos garbosos,
Orgullo de una gran nación.
No sé si por suerte o por leyes
Recibí sublime legado
Del que fue poeta caricato
Mi abuelo Jose Alves dos Reis.
Que este poema humilde y afectivo
Sirva de alusión a ese poeta
Que fuera la gracia y conversa
Entre un pueblo hambriento y sufrido.
Con el recuerdo en ti, quisiera
Mi Valongo querido y amado,
Que me llevasen a tu lado
En aquél día que me muera.
FANTASÍAS EN LA SOLEDAD
¡Llaman a mi puerta, ya de madrugada!...
¿Quién será?... ¿Es acaso la desventura,
buscando mi vida menoscabada?...
¿O quizá el amor, que anda a mi procura?.
El amor no suele llamar así,
y la desventura, es mi compañía
desde aquél fatal día en que perdí
el único amor que entonces tenía.
¡Pero a estas horas!... ¿Quién puede ser?...
¿Por qué llaman así tan tenuemente?.
¿Será el viento?... ¿El bullicio de la gente?...
En una noche clareada y apacible,
el ruido del viento es casi imposible,
Y la gente… ¿Qué tiene aquí que ver?
FANTASÍAS DE AMOR
La cautivé entre vastos matorrales
a la orilla de un riachuelo corriente,
y aunque la fresca brisa y las fatales
picadas del vil mosquito renuente
me herían, la besé con ansiedad
para que ella cediera a mi maldad,
estimulando su cuerpo y su mente.
Sus pechos, dos soles exuberantes
se dieron a mi libar con placer.
Sus ojos, eran dos faros brillantes
y su cuerpo un éxtasis de querer.
Lengüeteándola desde arriba abajo,
me entregué a ella, histérico y viciado,
con el deseo de la complacer.
Lentamente, con suavidad, mi boca,
se fue escurriendo por su fino cuerpo
hasta que se acercó a la zona loca.
Ella emocionada me gritó: ¡Alberto!...
¡Alberto!...No te puedo resistir.
Hagamos el amor. Quiero sentir
todo lo tuyo dentro de mi cuerpo.
Aquél momento fue maravilloso.
Nos hemos besado tan intensamente,
antes de aquél orgasmo jubiloso,
que nasció con la fuerza de la mente
entre espesos y rudos matorrales,
como dos desalmados animales
que alcanzan el fin, pero no convence.
Cuando todo se había terminado,
el Sol ya había desaparecido.
Ambos, lentamente, de brazo dado,
nos marchamos por dónde hemos venido;
y aquél amor hecho sin más historia,
me quedó para siempre en mi memoria,
como el amor animal sin sentido.
ES EL AMOR
No es prudente, decir que el amor
Es una comedia en nuestra vida.
amor es llorar a la partida
y ser complaciente ante el dolor.
Amor es la llama espiritual
que te ilumina y te da calor;
es el don dado por el señor
a todo universo por igual.
Amor es luz en la oscuridad,
Satisfacción con la complacencia,
galantería con la demencia,
sosiego frente a la tempestad.
Amor es algo que regalamos
sin petulancia ni condiciones.
Una fuerza que une corazones,
un algo que todos anhelamos.
¡Amor!... Hijo de la Omnipotencia.
Manantial de la fecundidad,
fuente de gozo y felicidad,
sostén de una feliz convivencia.
Porque amor, es dar sin recibir,
es la paz abrazada al consuelo,
tan sólo la dicha de tenerlo,
recompensa el dolor de vivir.
¡Amor!... Amor y tan sólo amor
fecunda el altruista corazón,
que entrega todo sin condición
con su mente puesta en el Señor.
¡Amor!... Cuna de fecundidad,
de ternura y conmiseración,
que sólo habita en el corazón
que alberga paz y sinceridad.
DESESPERO DE UN DIVORCIADO
La vida que en mi vida tanto defendí,
Ya no significa nada para mi ser.
Día sin luz, mañana sin amanecer,
Soy la humillación por todo cuanto perdí.
Soy la noche oscura de pánico y terror
Que abriga el vagabundo sin patria ni hogar;
Soy la hoja seca del árbol, que al invernar,
Muere de tristeza por falta de calor.
Soy el tiempo que se disipó en el tiempo,
La aurora oscura que al nacer de la mañana
Surge oscurecida por la nube macabra
Del amor, que empana y cansa mi pensamiento.
Desearía ser feliz y soy desgraciado;
Sentir el amor y sólo siento aversión:
Todo, porque mi trastornado corazón
No se presta para querer ni ser amado.
Se parte en pedazos mi rudo corazón
De angustia, arrepentimiento y tanto dolor,
Por haber elaborado un fingido amor
Con ingenuos deseos y ciega pasión.
LA PREPOTENCIA
Delante de mí, el padecimiento.
Esa enfermedad de los humildes,
que te va matando con el tiempo
y con las angustias con qué vives.
Ese mal que nace con nosotros
y medra con el paso del tiempo,
haciéndonos siervos de unos pocos
con el infortunio y el sufrimiento.
Desdicha nuestra para su gloria
nos fue dado por la Omnipotencia,
penándonos con la vejatoria
injusticia de la prepotencia.,
Es espantoso el virus del sida,
aterrador el cáncer humano,
pero no es menos, sentir por vida,
el látigo egoísta de tu hermano.
Si el dolor exige comprensión,
la vida nos demanda el amor.
Bienaventurado el corazón
que sufre sin sentir el dolor.
EL CASTIGO A MI AMOR
Soñando despierto, vivo ilusiones.
Rememoro en la mística, aquél tiempo
en que nuestra ilación con sentimiento,
nos brindaba tantas satisfacciones.
Razón tuviste haberme abandonado
por haber sido insensato contigo,
aunque me duela tu duro castigo
excusándote vivir a mi lado.
Encadenado a la vil soledad,
procuro escapar a la realidad,
rememorando de ti lo mejor.
Fantaseando, mato mis agrias penas,
arrastrando estas pesadas cadenas
Fabricadas por la falta de tu amor.
AUN LEJOS, SIGO SOÑANDO
Durmiendo, sueño contigo.
Despierto, sigo soñando.
Si no sueño, no consigo
ser yo, porque por castigo
aún lejos, te sigo amando.
Sueños hermosos y bellos
que evocan tiempos aquellos
de amor y felicidad.
Sueños que son cuadros puros
pintados entre los muros
de la agria soledad.
Sueño y seguiré soñando
para no perder tu imagen;
para seguir recordando
aquél hermoso paisaje
que me dio casta y linaje
para que te siga amando.
CUÁN GRANDE ES...
Cuán dura es la soledad.
Cuán amarga la tristeza.
Cuán mala la falsedad,
Cuán penosa es la pobreza.
Cuán perversa es la mentira
Cuán sensible es el dolor.
Cuán enojosa es la ira.
Cuán agradable el amor.
Cuán grande es el ser humano
que ejerce la tolerancia.
Cuán hermoso es, ser hermano
del amor y la constancia.
Cuán dichoso es el humano
que abre su leal corazón
a su enemigo pagano
con amor y sumisión.
Cuán grande sentir dolor
por los hermanos sufridos.
Cuán grande es llenar de amor
los humanos afligidos.
Cuán dichoso es ser amado
y amar con todo fervor.
Cuán feliz soy a tu lado
Con tu vida y nuestro amor.
LA BARCA DEL PESCADOR
Al lejos, veo un barco navegando.
Flota tenuemente sobre la mar.
Una gaviota lo va acompañando
y el velero no deja de flotar.
En el barco van cuatro marineros
y la gaviota en el mástil posada.
Son ellos, pescadores aventureros,
es ella, pescadora consumada.
Al lejos, veo un barco navegando,
flota tenuemente sobre la mar;
una gaviota lo va acompañando
y el velero no deja de flotar.
Se pierde la barca en el horizonte,
se pierde la tierra desde la mar.
La gaviota levanta vuelo, donde
ve que hay algo para poder pescar.
Al lejos, veo un barco navegando,
flota tenuemente sobre la mar.
Una gaviota lo va acompañando
y el velero no deja de flotar.
La barca es arrastrada tierra adentro
con la gaviota en el mástil posada,
que se mece ante el soplido del viento
con su plumaje blanca alterada.
MI COBARDÍA
Aquella noche, huyendo de mí mismo,
corrí todos los bares de la ciudad,
buscando fe para mi pesimismo,
buscando ilusión para mi ansiedad.
Bebiendo, alcancé la tranquilidad
que mi alma reclamaba asiduamente.
Por beber, perdí mi identidad,
ganando la repulsa de la gente.
Aquella noche la luna brillaba,
dispersando mi sombra en mi camino.
De cuando en cuando, mi sombra se arqueaba
con la absurda imagen que crea el vino.
Berreando a altas horas de la noche,
ajeno a todo cuanto me rodeaba,
culebreando con risas de fantoche
mi cuerpo lentamente caminaba.
Caminé horas y horas sin sentido
lanzando fantochadas a la luna,
con mímicas y un lenguaje atrevido,
que desagrada a aquella hora nocturna.
Aquella noche bebiendo, olvidé
las penas que ofuscaban mi alegría.
Más tarde supe, que el arma que usé
para olvidar, fuera mi cobardía.
TRÁGICOS TIEMPOS MODERNOS
La vida moderna se hizo tan cruel
Que tengo asco de esta vil sociedad.
Se juzga por el color de la piel,
se burla del amor y la amistad.
La justicia, es hoy una institución
que medra condicionada al poder;
pedir justicia teniendo razón,
supone hoy el peligro de perder.
Políticos que juraron honor
en mítines plagados de emoción,
gobiernan muy felices sin pudor
ejerciendo la inmoral corrupción.
Hogares que se rompen sin sentido
de prudencia y responsabilidad,
tan sólo porque un Estado podrido
les apoya con su legalidad.
El paro somete el trabajador
al hambre y profunda exasperación,
en tiempos que impera el ordenador
y especula más que nunca el patrón.
El sida que aparece espectralmente
por obra del diablo o de la deidad,
devasta la existencia lentamente,
de nuestra incontrolada mocedad.
Se mueren los peces envenenados
en ríos con poca agua ponzoñosa;
los montes, por capricho son quemados
tornando ésta España más arenosa.
Todo esto es fruto de una sociedad
egoísta y agresivamente alimaña
que albergando malicia y deslealtad,
desprecia su vida y aniquila España.
Son los tiempos de la modernidad
que avanzan por veredas de ambición.
¡Pobre gente!...¡Trágica sociedad!...
caminando hacia su exterminación.
UN CANTO A TU BELLEZA
Dicen que estoy loco por ti.
¡Que locura maravillosa!...
Mi locura es mi frenesí
por tu silueta fina y hermosa.
Tus pechos, dos cumbres atrayentes
divinamente lobulados,
pasman mis ojos complacientes,
que ante ellos, quedan embriagados.
Tus negros ojos fascinantes,
son dos faros de gran fulgor.
Son como dos flechas flameantes
de dulzura, pasión y amor.
Tu pelo dorado y lustroso,
larga melena ensortijada,
combina con tu rostro hermoso,
dándole la gracia de una hada.
Tus finas piernas, proyectadas
por las manos de la deidad,
son dos peanas ornamentadas,
sujetando la humanidad.
Todo tu cuerpo, hermosa mía,
es belleza resplandeciente,
que calienta el alma más fría
y seduce al más exigente.
Deja amor mío que mi canto
cante tu belleza y virtud,
para que siga recordando
nuestra hechizada juventud.
LA NECESIDAD
Tomando un vino, ya al atardecer,
en una taberna de esta ciudad,
tuve la desdicha de conocer
la degradación de ésta sociedad.
Mientras tomaba un placentero vino,
un joven enjuto se me acercó,
y con la ligereza de un felino,
de mi bolso, mi cartera robó.
Me di cuenta del ratero atrevido
a quién agarré diligentemente.
No me puso resistencia el bandido
al verse amenazado por más gente.
Tan sólo, avergonzado, me expresó:
-¡Señor!... Créame, no soy un ladrón.
El hambre que tengo a esto me obligó,
¡Perdone señor por mi mala acción!-
Me decía todo esto aquél chaval
escondiendo su rostro confundido,
admitiendo que ha procedido mal
llorando de vergüenza, arrepentido.
Le pregunté se quería un bocata,
y el chaval ruboroso contestó:
sí señor, aunque el hambre no me mata,
pero sí, lo que mi vida perdió.
¿Qué perdiste en tu vida de importante?.-
Pregunté, interesado en la razón,
que llevara aquél chaval al desplante
de robar, sin talento de ladrón.
-No tengo un techo donde cobijarme,
son éstas mis únicas vestimentas
que en el año sirven para abrigarme
del frío, del calor y las tormentas.
Busqué trabajo en pueblos y ciudades
sin mirar esfuerzos o condiciones,
pensando sólo en mis necesidades
y cumplir mis escasas ilusiones.
En vano hice mi peregrinación
en busca de un trabajo retribuido.
Aquí me ve, cerca de ser ladrón
sin sentir deseo de haberlo sido.
¿ES ESTO ODIO?
Hay momentos que siento odio hacia ti.
Hay otros, que te recuerdo llorando.
¿Acaso es esto un loco frenesí?...
¿O quizás, es porque te sigo amando?
Por las noches, en sueños prodigiosos,
revivo tiempos de felicidad.
Durante el día, mis ojos llorosos,
lagrimean por mi fatalidad,
Sin lugar a dudas que sigo amando,
aunque a este amor lo ahogue mi llanto
por tu orgullo y falta de pundonor.
Alejado de tu felicidad,
me pregunto si esta fatalidad
es producto de mi odio o de mi amor.
SE MARCHÓ MI AMOR
Hace tiempo que no sé de mi amor.
Se fue una mañana muy temprano,
sin decirme la causa de su enfado,
la causa de tanto orgullo y rencor.
Hace tiempo que se marchó mi amada
llevando con ella mi bienestar;
dejándome sin cariño ni hogar,
abocado a la locura frustrada.
Me dejó cuando más necesitaba
de su apoyo a mi terrible dolor.
Es muy difícil creer en el amor
cuando ese amor de esta manera acaba.
Se fue como se van los insensatos,
frustrando mi fe en ella colocada;
luciendo su odio como arma macabra
para matar mis gozos moderados.
Su amor se marchó espesura adentro
huyendo de mi sombra tenebrosa,
en busca de otra vida, otro tormento,
o quizá, otra etapa maravillosa.
Se marchó llevando con ella, todo;
su juventud, su amor y comprensión,
tres hijas cultivadas a mi modo
y la bonanza de mi corazón.
Se fue, llevando con ella mi vida,
dejándome al borde de la locura,
con la funesta soledad suicida
y la falta de su especial ternura.
LA FOBIA ZAMORANA
Zamora tiene un castillo de piedra,
un puente romano y una catedral;
un caciquismo que manda y gobierna
por todo territorio nacional.
Zamora , que fuera orgullo de León,
cuna de artesanos, poetas y santos,
que dio muestras de un noble corazón
con el pundonor de Arias y otros tantos.
Zamora tiene un castillo que calla
las pasiones de una princesa amada,
que tuviera por cerco su muralla
y el foso del fortín que la escudaba.
Zamora tiene un castillo histórico
y una catedral de gran transcendencia.
Zamora tiene arte y amor bucólico,
dado por la Divina Providencia.
¡Zamora!... que fue y es, el principado
del honor, la sensatez y el altruismo,
es hoy infamemente profanado
por la fobia, insensatez y el egoísmo.
CHISMORREOS DE LA GENTE
Dicen que estoy desequilibrado,
escribiendo tantas tonterías.
Razón tienen, ya que mis poesías,
son cantos de un poeta apasionado.
Son versos incultos, sin cadencia,
que riman, pero no tienen ritmo,
son poemas sin corazón ni signo,
fruto de mi parca inteligencia.
Escribo, porque escribiendo expando,
el sentir de una vida frustrada.
Dichosa el alma que sea dada
a propagar con versos, su llanto.
Escribo aquello que mi alma siente
y lo dispone mi corazón.
Escribiendo mato mi pasión
y alcanzo la paz para mi mente.
Escribo en la soledad, aislado
de todos, con plumas de tintero,
en pergamino áspero y fulero,
verso a verso, mi triste pasado.
Escribo porque escribiendo alcanzo
la paz que mi corazón me pide.
Loado sea el hombre que decide
matar penas con poemas de llanto.
Que poesía es llanto permanente
que nos invade y ahoga el corazón;
sensata fuente de inspiración
para quién llora, ama, sufre y siente.
Que sintiendo en mi pecho el dolor
por haber perdido a quién quería,
me brota del alma ésta poesía
inculta, pero llena de amor.
EPITAFIO TRES
Bajo ésta tumba tenebrosa y fría,
reposan los restos de un caminante
que caminó por la vida, y al instante,
sin una justificación, moría.
Tomad ejemplo de este caminante
que fuera prepotente y despiadado,
pensando que lo que le habían dado
era mucho más que un escaso instante.
Pero un día, el tiempo le sorprendió
y el instante al instante apareció
para conducirlo a la eternidad.
Ahora, que reposa aquí sosegado,
se da cuenta que su macabro estado,
es el reflejo de su realidad.
ESCRIBO Y CANTO MIS VERSOS POR AMOR
Me acuerdo, cuando aún muy joven, al calor
de una vieja lata de aserrín ardiendo,
mi abuela, con su arte y saber, me iba haciendo
con su magisterio, poeta-trovador.
Declamaba poemas con rima y cadencia
de mi bisabuelo poeta-trovador,
por la rápida rima y su buen humor,
con qué cantaba a su gente con vehemencia.
Y pasaban horas oyendo mi abuela
recitando su poesía trovadora,
que gustaba por su rima seductora
y el fondo humorístico que había en ella.
Con las mágicas lecciones de mi abuela,
me fui apasionando por la poesía,
y componiendo, sin saber lo que hacía,
fui formándome como trovador-poeta.
Escribí sonetos y poemas junto a ella,
y a la sombra de una avejentada higuera.
Con ella, junto a aquella cálida hoguera,
me hice poeta, como lo fuera mi abuela.
Con los años me fui haciendo mayor,
con el tiempo, mis versos se malograron
entre placeres y vicios, que robaron
mi sosiego y mi espíritu trovador.
Escribí a la luna sonetos y poemas
de inmensa ternura y a mi gente le di
todo aquello que de mi abuela aprendí
al abrigo del fuego y de sus ternezas.
A mi hogar, carente de felicidad,
escribí poemas de lágrimas y amor
con estrofas románticas de dolor,
escritas con la sangre de mi ansiedad.
Con el tiempo, sin hogar, amor y abrigo,
fui perdiendo la ilusión por escribir,
convencido que una vez presto a morir,
mis toscos versos morirían conmigo.
No en vano mi corazón, con alegría,
recuerda las veladas, con un candil
alumbrando y la agradable voz senil
de mi abuela, recitando su poesía.
Se me aviva la ilusión por escribir,
consciente del futuro de esta faceta
ya que ser trovador o apreciado poeta,
no es más que una utopía sin provenir.
Que para ser poeta puro y con altruismo,
hace falta virtud, saber, arte y vena.
El poeta sueña y es feliz con su condena
al sentir la naturaleza en sí mismo.
Quede reconocido para mi honor,
mi ignorancia en el oficio de escribir.
Ya me dijo mi abuela antes de morir:
Escribe y canta tus versos por amor.
EN SOLITARIO, EN MI ALCOBA
Mi alcoba, es mi celda de castigo
por mis insensatas tonterías.
Castigo por vicio y desamor
tomados con lujuria y pasión
en tiempos que sólo la ilusión
era mi placer, mi juego y abrigo,
al amparo de amantes baldías.
Mi alcoba, es mi celda de castigo,
insegura, fría y silenciosa,
dónde sólo reina el desespero
de una vida triste. Es cualquier cosa…
una sombra, una cárcel, una losa,
velando un elemento perdido.
Una cárcel sin vida, es mi alcoba.
En mi alcoba, no hay noche ni día.
No hay maldad, petulancia o rencor.
Es una alcoba desalentada
por el estado de su inquilino
que condenado por su destino,
al abandono y melancolía,
ya no busca ni siente el amor.
En ésta alcoba hay silencio y frío;
tristeza inmersa en la oscuridad,
y un corazón débil y vacío,
que evoca su gran amor perdido,
un poeta callando su gemido
en ésta noche de Navidad.
UNA CARTA DE AMOR
Te quiero y moriré queriéndote
como a la vida misma quiere uno.
Con este amor con que me consumo
aún sabiendo que estoy perdiéndote.
Mi corazón, un velero perdido
vagueando sobre las olas del mar
indaga en el horizonte un lugar
cálido, sencillo, humano y efusivo.
Un lugar dónde pueda conseguir
desvanecer tu imagen sin dolor,
borrando de mi mente este tu amor
que me ahoga y me está haciendo sufrir.
Un lugar sin condiciones ni penas,
dónde el amor caliente mi existencia
para que mi corazón, con vehemencia
dé calor a la sangre de mis venas.
Un lugar dónde encuentre la verdad,
dónde brote la seriedad formal,
para que este amor pérfido y desleal,
muera en mí por toda la eternidad.
Escribo mis aparentes deseos
movido por la ira de un encelado,
sabiendo que te fuiste de mi lado
por mis falsedades y devaneos.
Aún reconociendo mi transgresión
no puedo eliminar de mi interior
el auténtico y candoroso amor
que da vida a mi estoico corazón.
Vuela amor mío, pero no te olvides
que tu vuelo, aunque sea placentero,
necesita de esta amor verdadero
que dejaste por vulgares deslices.
Y aunque tientes olvidar el pasado,
entregando a los demás tu esplendor,
en tus sueños, tu corazón amado
solamente reclamará mi amor.
EL ATARDECER EN LISBOA
Mirando el horizonte, al caer de la tarde,
se refleja sobre el Tajo el resplandor
de un áureo atardecer vivo y fulgurante,
mientras Lisboa, con su aire fascinante,
se recoge en su noche multicolor
con su ingenio, su sublimidad y su arte.
El Sol se esconde y Lisboa se desvela,
Dando vida a callejas anochecidas
Con olor a nostalgia y llanto de fado.
Se oye el triste suspiro del apenado
fadista, y los gemidos de las guitarras.
Lisboa duerme arropada por el fado
en calles estrechas de ropa tendida,
cuando el Sol en el horizonte se esconde
y las guitarras se oyen de monte en monte;
lienzo por ésta Lisboa concebida
para sufrir, canta y amar, a su lado.
Se oye una guitarra a la orilla del Tajo,
y una voz casta suena al oscurecer,
el Tajo, hechizado con la melodía
se deja dormir con la melancolía
de una noche que termina de nacer,
para dar vida al romanticismo y el fado.
El fado vive en el Barrio Madragoa,
en la Moraría, Bairro Alto y la Alfama;
en barrios dónde el sol al atardecer
se marcha mar adentro, para esconder
su fulgor ante la noche, que da fama
y gloria a ésta cosmopolita Lisboa.
Lisboa que fue romance, arte y poesía,
cuma marítima y gloria universal,
deja que mi alma se funda con tu vida
nocturna de melodía entristecida,
para que la sencillez de Portugal
sea bastión de ésta amada tierra mía.
Y cuando el Sol regresa al nacer del día,
el Tajo despierta y se torna el abrigo
De barcos y barcazas en algazara.
Se calla el fadista, duerme la guitarra
y el puerto de Lisboa activo y movido,
es un mar de vida, trabajo y alegría.
Todas las mañanas, por el mismo lado,
aparece el sol reluciente y radiante
rompiendo la mágica noche del fado.
Y todas mañanas a orillas del Tajo
pasea el fadista de la noche errante,
con su corazón feliz y enamorado.
EL RUEGO DEL AMOR
¡Mi paloma, que vuelas sin rumbo,
dejando mi vida en la orfandad!
¿Por qué te separas de mi mundo?
¿Por algo qué hicieras sin maldad?
Te cegaron los ojos su encanto.
Te maravillaron sus vocablos,
que tu corazón dócil y blando
se dejó llevar por sus halagos.
No llores amor mío y regresa
al hogar dónde vive tu amor,
que yo llorando, te hago la promesa
de olvidar tu lujurioso error.
Vuelve amor al que fuera tu hogar
y dónde tuvieras la ventura
de conocer mi forma de amar,
dándote con sensatez, ternura.
No dudes amor, cuanto te quiero.
te pido que vuelvas a tu hogar,
para qué mi corazón sincero
no deje en la vida de te amar.
Vuelve amor mío y busca el sabor
de ésta mi ternura penetrante.
Deja amor, ese afecto impostor,
que te brinda tu pérfido amante.
Vuelve sonriente, que mi perdón
es sincero, y mi alegría grande;
ya que recupero tu corazón
y expulso de tu vida, tu amante.
EL CASTILLO DE DOÑA URRACA
Hay un famoso castillo en Zamora,
con gárgolas, un foso y barbacanas,
y una Infanta que todas las mañanas
deambulando por el castillo, llora.
Dicen que su figura es tan hermosa
que la luna se esconde complaciente
para no denigrar la sorprendente
hermosura de la infanta dichosa.
Amores de la infanta en un pasado
por ella recordados con amor,
todas las noches, vagando alrededor
de las murallas, su lar y resguardo.
Aquél amor de una época pasada
que la infanta mantuviera escondido,
todas las noches se acerca al castillo,
evocando su leyenda apasionada.
Por su rostro inerte y desfigurado,
caen lágrimas de nostalgia y amor,
recordando aquél bravo campeador
Rodrigo Diaz de Vivar, su amado.
Y cuando llega la noche, volando,
peregrina por el castillo aojado
en busca de aquél que fuera su amado
para aquietar su nostalgia y su llanto.
HABLANDO CON EL DUERO
Una tarde de un caliente verano,
sesteando junto al legendario Duero,
me adormecí y tuve un sueño lozano,
una aventura que recordar quiero,
para qué mi perverso instinto fiero,
se muera con mi loco egoísmo humano.
Delante de mí, había un ser acuoso,
Vejestorio, grasiento y renegrido.
-¿Quién eres tú?...- Pregunté temeroso.
-Soy el río, antes riachuelo he sido,
en mi seno arroyos he recibido
para ser más río y más poderoso.-
-¿Por qué vienes tan sucio y repugnante?-
Pregunté mirándole con hastío.
-Manantial puro y limpio, fui al instante
de nacer, luego, cuando me hice río,
vosotros con vuestro nefasto brío
me embadurnaste con vuestro talante.
Moví molinos y llené azudas;
regué praderas y alumbré ciudades,
pude ver brutales hostilidades
entre vosotros, por causas absurdas.
En mi camino descubrí granujas
ahogándome con productos letales.
De lejos vengo y para lejos voy
repartiendo gracia y prosperidad.
Fui manantial, riachuelo y río soy
caminando por sendas sin edad,
repartiendo mi riqueza y bondad
en silencio, sin mirar lo que doy.
-Bendito seas río bien amado
por lo que nos das con afecto y amor.
Nos enseñas con tu sabio legado
a ser justos con la ley del Señor,
dando ejemplo con tu cauto pudor
dejando vida por dónde has pasado.
LLANTO POR UNA MADRE
Evoco con gran dolor
esos años de pobreza,
cuando sólo había amor
para comer, en la mesa.
Un día, todo cambió
en mi vida placentera.
Mi corazón se mustió,
y mi vida se hiso fiera.
Recuerdo aquél día triste,
cuando fui junto a tu cama.
Con débil voz me pediste
qué aborreciera la fama
y que diera sólo amor,
como tú a los demás diste.
Decías mamá, sonriente
que no llorase por ti,
Sabiendo tu casta mente
que te alejabas de mí.
Entre clamores partiste
aquél obstinado día.
Hoy, mi alma frustrada y triste
aún llora en melancolía.
Ahora cuando ya soy mayor,
te recuerdo en la distancia,
causándome gran dolor
la falta de tu presencia.
Por las noches miro al cielo
en tu busca, madre amada,
considero que el lucero
que más brilla, es tu morada.
Perturbado por mi creencia,
de que habitas esa estrella,
todas noches, con paciencia,
investigo la más bella.
Aquél día, que haga mella
la muerte, en mi débil vida,
te pido que en esa estrella,
me aguardes madre querida.
Entonces, como en mi infancia,
ajeno al hambre y al dolor,
alcanzaré la bonanza
con tus mimos y tu amor.
Espérame pues, allá
donde puedas cobijarme.
Desde esa estrella, mamá,
no dejes de vigilarme.
Para el día que me muera,
llegue a esa estrella luciente
de la mano de quien fuera,
mi madre y mi amor ferviente.
Y como cuando en la cuna
Tu cántico angelical,
Hará que mi alma duerma
Soñando con Portugal.
Sólo amor y armonía
Habrá en nuestros corazones.
Tuya será mi poesía
Mías serán tus pasiones.
LA SEMANA SANTA ZAMORANA
Hay silencio en las calles zamoranas.
En silencio profundo el pueblo llora.
Se oyen en la catedral las campanas.
Es Viernes santo en mi amada Zamora.
La floración del humano y el divino
entre la compasión y el desconsuelo,
fijan el arte y carácter sencillo,
de un generoso, cristiano y leal pueblo.
Al ritmo del tamboril, con pasión,
los cofrades caminan con fervor,
y el pueblo, difunde su devoción
entregando a su Dios todo su amor.
Viernes santo, sufrimiento estampado
en los solemnes pasos caminantes.
Conmemoración de un hecho sagrado,
dónde la fe y el amor, son constantes.
MI CANTO AL VINO
De la tierra, brota la arqueada parra.
De la parra, sale el bello racimo;
del racimo, brota la uva bizarra
de dónde nasce el fascinante vino.
Vino que embaucó griegos y romanos
por su aroma, color y paladar.
Duende para espíritus asustados
y Sagrado en la mesa y en el altar.
Dijo Fleming: -La penicilina cura
Las enfermedades de la humanidad,
Pero el vino, que proviene de la uva,
Contribuye para nuestra felicidad.
CUANDO ME ACUERDO DE TI
Cuando me acuerdo de ti
Mis ojos
Se humedecen tenuemente.
Abrojos
Son mis penas en mi mente
Enojos
De una vida en frenesí
Quiero llorar mas no lloro,
Por saber
Que el llanto acorta la vida.
Por querer
Mi llanto no me castiga
Al tener
Este amor, que mi alma abriga.
Me castigan tus traiciones
Al amor
Tus caricias simuladas
Sin ardor
Con promesas infestadas
Con sabor
A odiosas falsas pasiones.
Cuando me acuerdo de ti
Me enamoro
De ese precioso momento
Luego lloro
Por no ser señor del tiempo
Así evoco
Todo el tiempo que perdí.
Escrito a mi manera
A la sombra de una vetusta higuera
qué adorna mi taciturno corral,
escribo estos versos a mi manera
por la libertad de mi Portugal.
Quiero percibir la humana ternura
de un pueblo encadenado a la ansiedad,
nutrido por la funesta amargura
guiado por la ley de la autoridad.
Quiero disfrutar de la libertad
sintiendo su deleite soberano,
teniendo como única autoridad
la sufrida voz de mi pueblo hermano.
Quiero oír el chasquido de las cadenas
y el ruido de los portones penales,
muriendo con las injustas condenas
forjadas por los funestos chacales.
Quiero oler el olor de primavera
en un Portugal libre y venturoso
demoliendo el mundo de la ceguera
que nos calla la libertad y el gozo.
Quiero mirar al cielo en libertad
y hallar en él la luna mensajera
llevando al espacio la novedad
del nuevo amanecer, en primavera.
Porque quiero y exijo ser liberado,
de éstas cadenas y de esta ceguera,
escribo mi lamento, encadenado
a versos escritos a mi manera.
O AMOR E A LIBERDADE
Foi naquela tarde e àquela hora,
que a encontrei na Mouraria,
para dizer-lhe que ia embora
em busca de outra fantasia.
E ela chorando,
beijou-me loucamente,
e eu, balbuciando,
disse chorando:
voltarei certamente.
Abraçada a mim por amor
dizia estar apaixonada,
ignorando que a minha dor
era maior que a sua chaga.
E ela chorando
beijou-me loucamente
e eu balbuciando
disse chorando:
voltarei certamente.
Com pena e por necessidade
fugi a terras estrangeiras
ao encontro da liberdade,
e ela, a um convento de freiras.
E ela chorando,
beijou-me loucamente,
e eu balbuciando
disse chorando:
voltarei certamente.
Quando voltei, anos depois,
soube então quanto ela me amava,
ao voltar a ver-nos os dois
no convento onde ela morava.
E ela chorando
beijou-me loucamente,
e eu balbuciando
disse chorando:
voltarei certamente.
Radiante, a tomei nos meus braços
gritando-lhe com emoção:
será teu o meu coração,
são meus, teus hábitos sagrados.
E ela chorando
beijou-me loucamente.
e eu balbuciando,
disse chorando:
voltarei certamente.
LA ESCLAVITUD Y LA LIBERTAD
Àquella hora y em aquél día,
en tierras de Portugal,
atado a su Cruz moría,
la ilusión y lozanía
de un pueblo sincero y leal.
Marcado por su linaje,
sintió el látigo tirano
del prepotente salvaje,
que dio vida a su coraje
para así, morir ufano.
Crucificado en el monte
del olvido y del dolor,
por su ideal y su nombre,
murió como muere un hombre,
por una patria y un amor.
Aún muerto, su aspiración
por una patria, evadida
del egoísmo y la traición,
brotaba su corazón
lágrimas de sangre viva.
Murió a manos del poder
por decreto del fascismo,
pero sintiendo el placer
de ver su patria nacer
libre, dentro de sí mismo.
El hombre buscó ser libre,
la libertad lo mató,
pero aquél mártir aún vive
entre un pueblo que es proclive
a la patria que él amó.
PORQUE ASÍ PIENSO, ASÍ MUERO
Quiero recordarte, pero no puedo.
Me entorpecen la mente y tu apatía;
se esconden mis pretensiones por miedo,
y mi afecto, muere por cobardía.
Quisiera ir a tu encuentro y no puedo.
cede mi voluntad a tu venganza.
Quisiera acercarme a ti, pero el miedo,
me impide ante tu cruel intolerancia.
Quiero, pero el orgullo no me deja.
Me lo impide el camino ya andado.
Me acerca a ti la maldita pareja
del falso amor, y mi inmoral pasado.
Quisiera olvidar, pero el sentimiento
qué abrasa mi corazón agostado,
afecta sin piedad mi pensamiento
con amargos recuerdos del pasado.
Quiero pero no puedo, aunque no quiero
hacer lo que mi corazón me pide.
Si porque así pienso, por ello muero,
moriré con el amor que en mi vive.
A MI AMADA HIJA MARY NIEVES
Amada hija mía. ¿Por qué te alejas
de la sombra que siempre te guardó?
Mis lágrimas, son fruto de tus quejas,
son flechas que tu rabia me lanzó.
Todos los días y a todas las horas,
te recuerdo con tierno desconsuelo,
por saber que por mi dolor no lloras,
ignorando yo, lo por qué de todo ello.
Como árbol vetusto desplomándose,
vapuleado por el intenso viento,
mis sentimientos están sangrándose
por los dardos de tu injusto lamento.
Tiene en cuenta, hija mía, que la vida
es un calvario de lauros y cruces,
adónde la bonanza está escondida
tan sólo en el amor que tú produces.
Porque soy tu padre y tanto te quiero,
te llevaré en mi mente al Eterno,
sabiendo que poco a poco me muero
empujado por tu rencor enfermo.
DEJAD QUE LA SIGA AMANDO
Dejad qué despeje mi pensamiento
de vagas y perversas ilusiones,
para qué mi vida, esclava del tiempo,
no sea esclava de vagas pasiones.
Dejad qué me abrigue en la soledad
de los vientos funestos del placer,
para percibir la necesidad
del amor, y la bondad del querer.
Dejad qué mis ojos entristecidos
se cierren ante tanta iniquidad,
para qué con los restantes sentidos
me sienta dichoso en la oscuridad.
Dejad qué me duerma profundamente,
para ahogarme en un mar de fantasías;
para qué mí corrompida alma encuentre
soñando, el recuerdo de mis orgías.
Dejad qué el viento otoñal de mi vida
limpie mi espíritu de seducciones,
para qué conduzca mi alma perdida,
al mundo eterno de las ilusiones.
Dejad qué al lado de mi soledad,
dé vida a tantos poemas de dolor,
para qué sienta la necesidad
de recuperar mi primero amor.
Dejad que estos versos de amor y llanto
vuelen al encuentro de su rencor,
para qué sepa, que sigo llorando
apasionadamente, por su amor.
UNA FOTO DE MI VIDA
Acabo de descubrir con terror,
la cobardía de la prepotencia;
la sencilla bondad de la inocencia
y la generosidad del amor.
En un rincón de una calle cualquiera
estaba un esmirriado hombre pidiendo,
de brazo tendido y mirada muerta,
mimado por el agua, el frío y el viento.
Su mirada, era una sombra perdida
al paso del gentío indiferente;
su mente, una estrella desvanecida,
ahogada por la fobia de la gente.
Le puse en su mano unas monedas
con mi mirada en sus ojos deformes,
y el hombre dijo: -anchas son las veredas
para corazones cautos y nobles.
Camina amigo de mano tendida
con la mente al servicio del Señor,
para qué sea dichosa tu vida
cómo lo es tu corazón en amor.-
Seguí mi camino pensando en ello,
y en cada paso qué daba, sentía
el placer por todo lo que había hecho,
aquella mañana, lluviosa y fría.
SIEMPRE QUÉ SUEÑO
Siempre qué sueño, sueño contigo,
y entre níveas nubes de algodón,
arrastro amor, amor y castigo
para un amargado corazón
qué vuela en busca de tu perdón,
allá donde pueda estar contigo.
Volando sobre el blanco algodón,
sin alas, sin nada en qué volar,
solamente con mi corazón,
que con sus deseos de alcanzar
el amor supremo, que es amar
sinceramente, sin condición.
Despierto asustado por el ruido
del trueno en noche tempestuosa,
sintiendo mi corazón herido.
Miedo de la noche borrascosa
para esconderme bajo la losa
de la soledad, por tu castigo.
Se mueren mis penas y pesares,
y mi vida se torna afligida
entre recuerdos y realidades;
sufriendo el castigo de la vida.
Mirando el pasado en mi partida,
descubro en mis sueños, mis verdades.
ESCRIBIR, ES MI PLACER
Si escribiendo versos sin fundamento,
doy placer a un espíritu agitado,
aunque digáis que soy un iletrado,
mientras yo viva, seguiré escribiendo.
Porque escribo, mi espíritu se agranda,
y mi sangre se renueva en mis venas;
mi sufrida mente, en verso demanda,
la quiebra de mazmorras y cadenas.
Porque siento en mi pecho la ansiedad
por escribir lo qué pondero y siento,
ajeno a reglas de la autoridad
de las letras, yo seguiré escribiendo.
No tiene arte ni saber lo que escribo.
Son mis versos hechos a mi manera,
para qué disfrute de ello, quien quiera
peregrinar en el tiempo, conmigo.
Escribo con la mente acrisolada
y el espíritu radiando intuición,
versos extraídos de mi corazón,
recordando nostálgico, mi amada.
Apenado por el amor y el tiempo,
que en el tiempo me causara dolor,
aunque siga con ésta cruz de amor,
dolientes versos seguiré escribiendo.
DEJA AMOR MÍO
Deja amor mío qué amanezca,
para qué leas en mis ojos
mi amor y mueran tus enojos,
para qué nuestro amor florezca
aislado de infamias y abrojos.
Deja mi amor que sea así,
para que tu amor, siga en mí.
Deja mi amor, que arrepentido,
te diga todo cuanto siento,
para qué mi arrepentimiento
acalle el falaz fementido,
acalle el bulo de la gente.
Deja amor, que nuestro camino
sea lo que quiera el destino,
para qué mi querer consiga
tenerte a través de los tiempos.
Fundemos nuestros sentimientos
ignorando el cuento y la intriga,
Y callemos nuestros lamentos,
para qué esta noche, soñando,
sepa qué me sigues amando.
MASTURBACIONES EN EL TIEMPO
Me siento viejo, inútil y cansado
ante mi deseo ruin y trivial,
por querer resucitar el pasado
sólo para satisfacción carnal.
Evoco noches de gloria machista
Entre música, copas y jarana,
Con amores que a la primera vista,
Eran prostitutas para la cama.
Mis evocaciones son tan vividas
Que en este estado de viva ilusión,
Vivo aquellas noches envilecidas
En el placer de la masturbación.
Y en sueños, recupero aquellos tiempos
En que el tiempo para mí no contaba.
¡Noches felices… radiantes momentos!...
Cuando el tiempo galopando, pasaba.
Miro al cielo tentando descubrir
El gran misterio de la procreación.
Con pasmo, veo en el cielo morir
Mis locas orgías sin reflexión.
Me doy cuenta que fui todo y soy nada.
Que amé sin percibir lo que era amor,
Sólo ahora entiendo de la vida implantada
Por Dios, el Omnipotente Creador.
No quiero, pero moriré soñando
Con esos viciosos años de amor.
Con ellos, me seguiré masturbando
Con mezcla de placer, muerte y dolor.
MIEDO A LA MUERTE
Aturdido estoy, pensando
que llego al fin del camino
sin saber de mi destino.
Me asusta el desconocido,
ese infinito impreciso,
adónde nos van llevando.
Asustado, hago sumario
de mi vida en este mundo,
recordando lo inmundo
de mi vicio estrafalario.
Siento miedo de un segundo
universo autoritario.
Como mortal, soy consciente
de la muerte y su secreto,
a la cual no tengo miedo,
aunque soy hombre consciente
de su mal. Por eso quiero,
si puedo, no estar presente.
MIEDO A LA MUERTE
Me juzgo un hombre fuerte y valiente,
aunque mi físico sea flaco.
por la fortaleza de mi mente
y la tenacidad con qué lo hago.
Es cierto que es floja mi potencia
ante la mirada de la gente,
pero gracias a la Omnipotencia,
mi carácter es fuerte y valiente.
No tengo miedo, porque soy fuerte
ante los eventos de la vida.
No tengo miedo a la misma muerte,
por mucho que ella sea temida.
Entretanto, tengo miedo al miedo,
por ignorar su mal en sí mismo;
pienso que miedo, es signo de riesgo,
y el riesgo, es el miedo al abismo.
Sí, tengo miedo al desconocido.
A la oscuridad del mundo ciego.
al hombre con el miedo escondido,
qué mistifica por miedo al miedo.
Sí que tengo miedo de ésta gente,
porque ellos son el miedo encarnado,
ya que trafican cobardemente
con el miedo de su cautivado.
Cautivado por gente perversa
me dejé arrastrar por su enredo,
descubriendo en su enseña perversa,
la sentencia real del miedo.
LLANTO HUMANO
Ya no soy aquél hombre que era,
enfrentándome sin temores
a los males de la quimera
por la vida, con sus dolores.
Estoy cansado de vivir
Y arrepentido haber nacido,
pensando venir a morir
sin pena, por haber vivido.
No siento placer ni dolor.
El todo es nada en ésta vida.
Ya no me apasiona el amor,
y la fe… la tengo perdida.
Sólo quiero ser lo que soy.
un objeto sin fundamento,
sabiendo, de qué si aquí estoy,
lo debo al misterio del tiempo.
Ya no soy el señor y dueño
de mi objetividad humana,
pues la vida, fue y es un sueño
sin un ayer ni un mañana.
Rememorando mi pasado,
me desagrada este presente,
por encontrarme condenado
por la vida, a un fin aparente.
Miro atrás y veo dolor.
Ríos de sangre corrompida;
corazones sin fe ni amor,
espectros con apenas… vida.
ESTA NOCHE
Esta noche tuve un amargo sueño.
Soñé que me habías abandonado,
por hastío y te haberes enamorado
de un alguien, por tu capricho y desdeño.
La tristeza invadió mi corazón
y soñando, me revelé enemigo
de ese adulterado amor prostituido,
fruto de tu capricho y perversión.
Rompiendo con la norma universal,
te fuiste a vivir con tu amiga leal
por un amor desnaturalizado.
Me duele en el alma que tu aventura,
descomponga la convivencia humana,
por esa absurda locura lesbiana.
LA FUENTE DEL AMOR
Todo cuanto veo, palpo y contemplo,
es bello, expresivo y revelador.
Todo ello, es fruto y magia del amor,
sangre de la vida, y motor del tiempo.
La luz, qué desgarra la oscuridad,
o la oscuridad que ciega el fulgor,
son parte del embrión de la verdad
brotado de la fuente del amor.
El pensamiento dicta la expresión,
y la palabra aclara su valor;
pero la fuente de su conexión,
emana de la fuente del amor.
Todo cuanto está ligado a la vida
sea vida, tiempo, gozo o dolor,
será siempre semilla descendida
de la misteriosa fuente de amor.
Siendo el amor fuente de bien y unión,
¿Por qué lo rechazamos hostilmente?
Amor que nasce y medra en corazón
sincero, es amor puro, ciertamente.
EL AMOR ANTINATURAL
Quiero con este apenado poema
decir lo que pienso del amor,
para qué sepas que no hay escena
si no hay intérprete para interpretar,
y que casi siempre, el moderador
modera, pero sin representar.
El amor es llama qué calienta
el alma y dulcifica el corazón;
es la lucidez que alumbra y templa
el deseo y la ansiedad final.
El amor es coraje y razón,
Sin dudas, patrimonio nacional.
Siendo así, me niego a entender
ese amor moderno adulador,
que transforma el exceso en querer
matando el alma matrimonial.
Nunca jamás puede haber amor
si el amor es antinatural.
EL HOMBRE SIN ALMA
No me acuerdo donde nascí,
ni sé dónde dejé mi infancia;
sólo sé que andando, perdí
la inocencia y la ignorancia.
Con el tiempo me hice mayor,
y andando, conocí ciudades
dónde el hambre, el odio y el dolor
medran en celos y maldades.
Caminando me hice mayor,
injuriado por esa gente
villana, que por maldad vende,
la mentira y mata el amor.
Me enseñaron a perdonar
y quisiera saberlo hacer,
pero, herido por el poder,
quiero y no pueda condonar.
Busco dónde vive el Creador
y se me alborota la mente.
Por qué ya no tengo, ciertamente,
la fe, la esperanza y el amor.
COMO UNA EFÍMERA BRISA
Hay cuatro pasiones que viven conmigo
y caminarán conmigo hasta qué muera:
el amor maternal, que en mi niñez tuviera
En mi infancia, y aquél amor perdido
Por mis celos y hechos imperdonables
Que fueron causa del mal de mis males.
Mis hijas, fruto de un amor frustrado,
Permanecerán en mi pensamiento
Y estarán hasta mi último momento
En comunión con mi afecto sagrado:
Mis nietos amados, que tanto quiero,
Hijos de tres luminarias del cielo.
Cuatro pasiones unidas a mí
Por sentimiento, amor y afinidad.
Cuatro amores que marcaron mi lealtad
Y compensaron penas que sufrí
Amores que en mí viven con pasión
Hasta que se calle mi corazón.
Ese día, quiero que esos amores
Transmitan paz, alegría y sosiego,
Para que tome nueva vida mi ego
Allá donde no hay sombras ni dolores.
Ese día, quiero oír vuestro lamento
Como una efímera brisa del viento.
DE PEQUEÑO, SOÑÉ SER POETA
De pequeño, supe del sentimiento
y de la astucia, por necesidad.
Huyendo del hambre, corrí más que el viento,
pero no pude huir de la orfandad.
Aún crío, lloré por tener un libro,
y me atraía una estrofa de versos,
pero el fascismo con el tiempo, me hiso
maestro de los rencores, sin tenerlos.
Ahora, cuando alcanzo la ancianidad
y percibo el soplo de la Deidad,
me duele la incultura qué me veta.
No sé cómo escribir lo que quisiera,
por no tener de pequeño una escuela
que me enseñara a ser más hombre y poeta.
ANDANDO PARA LLEGAR
Descalzo, pantalón corto y una camisa
Remendada y desteñida, caminaba
Por su sendero cabizbajo, sin prisa;
el chaval caminaba, pero no andaba.
A medio camino, quejoso paró,
para determinar el camino andado.
Fue tal el aturdimiento que sufrió,
que perdió sentido de lo caminado.
Decaído, se sentó al borde de aquél sendero,
sin ánimo para seguir su camino.
Pensó, que caminando sin un lucero,
no llegaría jamás a su destino.
Miró al cielo y llorando desconsolado
gritó al firmamento para hacerse oír:
¿Por qué Señor?, ¿Por qué el recorrido andado
no me acerca al lugar adonde yo quiero ir?.
Y una voz del vacío, con potestad,
tronó: -andando caminante, no llegas.
para llegar, hace falta voluntad,
constancia, fe y aspiraciones austeras.
CAMINANDO
Andando aprendí a andar.
Conviviendo a compartir;
con el tiempo, aprendí a amar,
a odiar, llorar y mentir.
Me hice hombre, sin una infancia
dichosa para evocarla.
Fui bueno con la ignorancia
mientras pude disfrutarla.
En mi juventud, amé
y disfruté de la vida,
con el llanto que heredé
de mi infancia deslucida.
Ya llegado a mi vejez,
sólo vivo recordando
mi desgraciada niñez
y mi pubertad de llanto.
Me doy cuenta que el camino
que hice, caminando errado,
fue capricho del destino
o de un signo desdichado.
Miro al cielo y busco luz,
pero entre la oscuridad
sólo destella una cruz,
la cruz de la soledad
Allá, dónde el Sol se esconde al atardecer,
vive el silencio, la quietud y la harmonía.
Fue allá, dónde descubrí el amanecer
y adónde soñé establecerme algún día.
Cerca del cielo y de perfil contorsionado,
bordean mi pueblo de pinos y castaños
cuatro montañas de contraste figurado,
que enclaustran un gran lago, hace siglos de años.
Un lago que es fuente de miles de relatos,
y de unas montañas de fronda portentosa,
que sirven para otorgarnos sus desplegados
bienes, con la bondad de una pequeña cosa,
Por la noche, el silencio es profundo e incitante:
aúllan los lobos y gorjean las cigarras,
y las montañas se transforman al instante
en la leyenda tenebrosa de las fábulas.
Suenan las campanas en las profundidades,
Y las aguas del lago se excitan, llorando
aquella tragedia, mientras las autoridades
explican el terrible desastre, falseando.
RECUERDOS DE UN ENCUENTRO
Nascí en una noche de frío y viento,
allá, entre montes de negra pizarra,
al ritmo del canto de una cigarra,
nutrido por el hambre y el sufrimiento.
De aquella matriz de madre indigente,
vine al mundo sin nada, descarnado,
con la condición, ser predestinado
para siervo del tiempo y de la gente.
Con el tiempo me fui haciendo más hombre
sirviendo a señores sin alma ni nombre
en ricas galeras de ociosidad.
Ahora que pienso y voy siendo mayor,
me doy cuenta que no hay castigo peor
que vivir la vida sin libertad.
SI UN DÍA LLORA TU CORAZÓN
Años pasaron sin poder verte,
alejado en un pueblo lejano,
viviendo entre sueños e ilusiones,
desesperado por mis pasiones,
gritando alocado por tu mano,
pensando poseerte sin tenerte.
Cualquier ruido que oigo, te oigo a ti.
Cualquiera remembranza que tenga
tú estás en el cuadro que imagino.
Siempre tu figura en mi camino
guiándome por la mágica senda
al edén del amor que viví.
Si algún día tu corazón llora,
recordarás triste mi dolor,
y se helará la sangre en tus venas,
por el pesar de mis agrias penas,
recordando aquél fogoso amor
que aún hoy, en mi corazón mora.
SOBRE EL DUERO
Cuando camino junto al viejo Duero,
me sugestiona el olor de su ambiente;
me fascina el ruido de su corriente,
y me encanta su trotar placentero.
Riega las vegas y mueve molinos,
zigzagueando entre cerros y prados,
bordeando pueblos, ciudades y estados,
definiendo fronteras y caminos.
Me encanta pasear al atardecer
junto al Duero. Me halaga comprender
su mensaje de servicio y lealtad.
Desde su lecho divisa el cimborrio
y el puente romano, su fiel custodio,
regando con su amor nuestra ciudad.
O MAR E O FADO
Atirei uma canção ao mar
e o pujante mar não quis ouvi-la.
Só pude ouvir o morrer cansado
de uma espumosa onda, que a chorar,
molhou os meus pés e com voz sofrida,
pediu-me que lhe cantasse um fado.
Gelou-se o sangue nas minhas veias,
e o meu coração, tenso e irritado
por não ter voz nem arte de artista,
chorou de pena, e longe, as sereias
entoaram com harmonia o fado,
e a minha alma se tornou fadista.
Quando anoitece me acerco ao mar.
Vejo e escuto o canto das sereias,
E as brancas ondas chegam aos meus pés
Com ternura, para me consolar.
Meigas dádivas, doce sonhar,
De um saudoso emigrante português.
Atirei uma canção ao mar
e o mar com brio, emoção e garra,
silenciou a minha alma de artista
calando a minha pena com o bradar
das suas ondas, e uma guitarra
Vibrou, mas eu não pude cantar.
Porque nasci poeta e não fadista.
RECUERDOS DE UM ENCUENTRO
Me acuerdo de aquél fatal momento
que callado, oyendo tu lamento
entre lágrimas y maldiciones,
lloré a tus pies arrepentido
por ser inmoral, y no haber sido
el hombre para tus ilusiones.
Callada en un rincón de la sala,
escondiendo tu ácida mirada,
pensando cómo hacerme apenado,
acurrucado junto al florero
escondía mi rostro fullero
recordando el mal de mi pecado.
Tu llanto hería mi corazón
y tus lágrimas, sin compasión,
saturaban mi alma de dolor.
¡Cuán corto y sorprendente es el tiempo
rompiendo una vida en un momento,
aniquilando dos vidas de amor!
TENGO MI CORAZÓN ARDIENDO
Te estoy amando de verdad
Y tú, me humillas con rencor,
abrasando con tu maldad,
mi vida, que con ansiedad
lucha y sufre por nuestro amor.
Te estoy amando de verdad
sabiendo que tu amor no existe.
No lo sé si haces por maldad
o de veras tu voluntad
Es matar el amor que heriste.
Admito que el amor tiene vida,
mientras dos corazones latiendo
tengan la sangre rejuvenecida,
pero hoy, con la sangre entumecida
mi triste corazón, está ardiendo.
Estoy triste por saberte lejos,
Pero más, por tu vil sentimiento.
¡Cuán grande es el amor entre viejos!...
Aman por amor y mueren ciegos,
Con su triste corazón ardiendo.